domingo, 17 de julio de 2022

La clave para una buena comunicación






                                                                     



Cuando se entra en el plano de la comunicación interpersonal, se debe tener en claro que la verdad no es lo que el emisor dice, sino lo que el receptor interpreta de lo dicho. Por lo tanto el encargado de que el mensaje sea bien recibido, es la persona que lo transmite. 

Ya que, quien se expresa lo hace porque en definitiva quiere lograr "algo" de la otra persona, ya sea una conducta, una reacción o bien un aprendizaje. Por lo tanto dado que se encuentra en la búsqueda de alcanzar un objetivo, debe encargarse y asegurarse de que el mensaje sea bien entendido e interpretado por el receptor. Puede pedir que éste repita el mensaje para corroborar el entendimiento o bien observarlo (analizando aspectos externos) para evaluar luego qué emociones o sentimientos provocaron lo dicho en el receptor. Los seres humanos necesitamos crear y mantener vínculos que nos permitan satisfacer necesidades por ejemplo la necesidad de amistad, amor, o de realización de actividades. Por esto es que es tan importante desarrollar la percepción, para poder identificar los cambios de ánimo de las personas y así saber manejar mejor las relaciones interpersonales, es una forma de lograr adelantarse a las posibles reacciones que puedan tener las personas.

La comunicación está formada por el contenido, o sea lo que la persona dice (utilización del lenguaje), y por la forma en que lo dice (comunicación no verbal). Un importantísimo dato es que en todo mensaje transmitido el 93% de la comunicación es no verbal, por esto la forma de expresarse es fundamental para comprenderlo. El significado de la comunicación está dado por la respuesta obtenida y no por la intención que uno tiene al comunicar.
La mejor información es la conducta, lo que se hace prima sobre lo que se dice. Es imposible no comunicar ya que toda conducta es comunicación, incluso la no-comunicación. Para mejorarla hay que tener en cuenta que cada persona interpreta la realidad de una forma única, de acuerdo a su propio modelo de mundo, y a la percepción que tenga de éste.

La clave de una buena comunicación se encuentra en la capacidad de comprender a las personas. "Comprender para ser comprendido". Una herramienta que es útil es la atención consciente activa (estar aquí y ahora), donde prestamos absoluta atención a la otra persona, nos ponemos en sus zapatos para entenderlos verdaderamente y así al sentirse comprendido, querrá escucharnos también. Hay que tener en claro que siempre hay que definir previa y correctamente el objetivo que se tiene con la otra persona con la cual nos comunicamos, es decir qué es lo que se quiere lograr con la comunicación, qué es lo que quiero que haga o diga la otra persona con la cual me comunico

¿PENSAR O SENTIR?







                                                                               



Parece que el dilema planteado en el título es real...¿es mejor dejarse llevar por el análisis, la reflexión, que son la esencia misma del pensar?, ¿o debemos actuar de acuerdo a nuestro sentir más inmediato, sin el temor a equivocarnos?. Intuitivamente podemos saber que el actuar emocional, el que deriva del sentir más primitivo, lo que podríamos llamar simplemente emoción, no mide las consecuencias, no calcula; Krishnamurti y otros filósofos han resaltado la importancia del sentir, que deriva en un estado meditativo, en la cual la realidad no está siendo pensada, porque todo lo pensado está en el pasado, sino que está siendo sentida, vale decir, está siendo vivida simultáneamente con su fluir, sin comparaciones, análisis o reflexión, es decir, sin cálculo. Pero ello, ¿es en realidad posible?. ¿No caeríamos en la más salvaje de las conductas al dejarnos llevar por nuestros simples instintos, el sentir primigenio, sin aplicar la reflexión derivada de la experiencia?.

También sabemos que reducir todos los actos, toda la vida de relación, al pensamiento, transforma a los seres humanos en máquinas programadas por sus experiencias anteriores y las consecuencias de estas, con conductas ceñidas estrictamente a las reglas derivadas de estas consecuencias, lo que anula la creatividad. Pero, tiene la ventaja de que las consecuencias pueden ser medidas, y hasta cierto punto, calculadas, y por lo tanto, controladas. ¿Dónde está entonces la medida justa, la receta que nos permitirá ser creativos sin destruir, ser calculadores sin amputar, ser, finalmente, humanos?

La vida humana es un aprendizaje; este aprendizaje se inicia con impulsos que generan actos, que derivan en consecuencias, que cuando son dañinas nos llevan a proponer normas, sistemas y leyes para protegernos del daño sufrido. Si el temor a sufrir lo mismo es muy grande, la norma impuesta para evitarlo suele ser tan prohibitiva, que se amputa cualquier intento de exploración de ese terreno, hasta que un audaz investigador de la emoción siente el impulso a violar la norma y descubre algo nuevo sobre ella. Ese ha sido hasta ahora nuestro camino de descubrimiento.

Realmente, me inclino a pensar ( porque así lo siento) que dicho dilema es falso, como lo son casi todas las divisiones que plantea la mente. Se presenta por nuestra ignorancia de lo que somos, como estamos constituidos y como funcionamos. El sentir y el pensar son dos funciones de una misma estructura; los más científicos la llamarán mente, los más religiosos, alma o espíritu, (los griegos la llamaban psique), pero todo no es mas que una unidad que nuestra cultura analítica ha separado en dos: mente y corazón. La parte que llamamos mente, es en realidad el depósito de experiencias almacenadas, evaluadas y procesadas, y el pensamiento es la manera como estos recuerdos se sacan a la luz de la conciencia. El corazón es la otra parte de esta estructura, que siente la vida fresca y nueva, sin analizarla ni compararla, simplemente la percibe tal como es, por lo que la vida es para ella, siempre nueva. Cada parte tiene una función. Cuando aprendamos a usarlas coordinadamente, y las apliquemos a las situaciones para las que fueron diseñadas, dejaremos de sentir cuando hay que pensar y vice-versa

DEJAR FLUIR.................













                                                  



                                                                       

Al meditar en el Universo podemos sentir de algún modo su armonía y perfección. El universo está ordenado y funciona conforme a leyes específicas. Como parte de este universo, microcosmos dentro del macrocosmos, estamos sujetos a las mismas leyes y principios. No obstante, no siempre los seres humanos permiten la expresión plena de esta armonía dentro de sí.
Si actúas conforme a las leyes de la creación, tu vida se armoniza y cada acción de tu ser puede reflejar belleza y paz.

Este Sendero conduce desde esa armonía intangible del universo a la armonía concreta en la personalidad. Y el trabajo sobre sí consiste en reconocer todas las polaridades del carácter y buscar un término medio equilibrante.

Toda la vitalidad debe ser cuidada y puesta al servicio de lo superior. El conocimiento y el gozo interno convienen dejarlo fluir para que se renueve constantemente y para que lleve más armonía y belleza a quienes lo necesiten.

El recorrido de este Sendero culmina con la exteriorización de la sabiduría alcanzada. El conocimiento se imparte a los demás, segmentado en múltiples matices y colores, según las necesidades y aptitudes de quien lo recibe”.

¿Que es dejar fluir?

La vida natural y humana se desarrolla a través de un proceso de transformación permanente. La energía se transforma, se transfiere, se transmuta, se recicla, pero nunca permanece igual.

Dejar fluir es no aprisionar la vida misma. Es tomar con sabiduría los obstáculos y bendiciones que nos entrega ella misma. Conocer mejor nuestra misión personal y espiritual solo así aumentara el flujo de nuestra conciencia, actuando conforme a las leyes universales.

¿Por qué decimos: deja fluir y las oportunidades llegan?

En la vida siempre tenemos metas e ideales y a veces nos empecinamos en quererlas de inmediato. Ocurre que en ocasiones los procesos son más lentos o a veces no llegan cuando esperamos. Quedamos con un sentimiento de frustración de que nada resulta. Sucede porque no hemos tomado conciencia y tenemos esa energía retenida, es decir, no la hemos intercambiado de vasija como lo muestra el Arcano “La Templanza”.

¿Como dejarse fluir y para ser guiados en la vida espiritual?

Cuando el Estudiante Iniciado tiene un Guía Espiritual quien le muestra el camino, tiene que desprenderse de sus egoísmos personales, ser flexible, confiar en su Maestro y ser obediente, estando siempre atento a sus mensajes o enseñanzas.

¿Dejar fluir es desorden?

El desorden no sirve, Porque la primera tarea que nos enseñan en la Fraternidad , es el planteamientos de metas y técnicas de trabajo para nuestra evolución. Entonces dejar fluir es plantarse lo que queremos en la vida, definirse, dirigir, actuar y soltar. El iniciado no se deja llevar por frases tales como: “Que sea lo que Dios quiera”, “Dejarlo al destino”, “lo que pase tiene que pasar”…

¿Como dejar fluir tus sentimientos más profundos?

Expresando con naturalidad los sentimientos, ser uno mismo, mostrase a la vida como se es, con defectos y cualidades. La honestidad, siempre será bien recibida.

¿Dejar fluir es vivir el solo el presente?

Cuando soltemos el pasado y el futuro, podremos vivir el presente y apreciarlo en todo los acontecimientos que nos entrega la vida. Para ello se requiere solamente las condiciones adecuadas para dejar fluir todas las habilidades y manejo de las actitudes de la personalidad.

MEDITACION

¿Te has puesto a pensar cuán perfecto eres?

¿Has reflexionado sobre la precisión y la coordinación con la que trabaja cada órgano y célula de tu cuerpo para que tú puedas abrir los ojos todos los días a la vida, para que puedas realizar tantas actividades sin parar durante más de diez horas diarias.

Eres perfecto.

¿Por qué entonces no ha de ser perfecto lo que te rodea? ¿Por qué tu vida funciona tan bien, sin necesidad de que controles tu respiración, tus impulsos neurológicos, tu rápida cicatrización ante cualquier cortadura, cada uno de los movimientos y acciones de tu cuerpo…?

Todo funciona bien porque allí no fijas tu atención. Allí dejas fluir, dejas ser. No pones trabas ni interferencias.

Asimismo ocurre con tu vida, si tú dejas ser, si tú sueltas los procesos de la vida que te crean preocupaciones, depresiones, angustias, rabias (esos acontecimientos que llamas problemas y que no son otra cosa que oportunidades) verás cómo las cosas sí tienen solución, verás cómo le encuentras una rápida salida. Sólo porque no lo conviertes en el eje de tu vida.

ENVEJECER CON DIGNIDAD................





                                     


                                                                                                                               
                                                                                                                                 

“El tiempo pasa, no vamos volviendo viejos…”
¿Será esto tan cierto?

¿Es el paso del tiempo el que inexorablemente marca la vejez?

¿Cuándo uno empieza a envejecer?

¿Es el reloj biológico el disparador de ese sentimiento que huele a muerte anticipada?

O ¿es la sociedad quien plantea una imagen negativa de la vejez?

Es todo esto, pero, seguramente, se comienza a sentir la vejez en el mismo momento en que uno siente que está envejeciendo.

¿Qué es lo que produce ese temor que hasta llegar alcanzar la dimensión de una fobia?


La sociedad que licua los sentimientos y trasforma todo en espectáculo convierte en mercadería desechable a los hombres y mujeres, después de cierta edad.

Ésta es una herida que no muchos pueden soportar.

Los individuos cumplen con un rol social, este rol está dado por su propia circunstancia, pero también por las exigencias de la sociedad.

La baja autoestima, la desvalorización y la ausencia de un sentido claro de la vida colaboran para que este miedo crezca y permanezca.

Entonces, aparece, en el horizonte, el afán de prolongar la juventud indefinidamente. Dice la Dra. Graciela Zarebski, profesora del área de Gerontología de la Universidad Maimónides: El camino complicado es el que parece más sencillo: aspirar a parecer siempre jóvenes representa querer detener el tiempo o volver a épocas pasadas y adherir a un modelo social que enaltece la juventud eterna. Es una batalla perdida de antemano: lo que se desmiente o se oculta, tarde o temprano, reaparece. Cuanto más oculto, más siniestro el desenlace. Es recurrir a soluciones mágicas y rápidas, de alcance efímero: el resultado es la frustración permanentemente renovada.

Se intenta modificar la realidad, incapaz de aceptar un cuerpo que envejece, aunque el valor como persona permanezca intacto.


Seguir jóvenes físicamente es una manera de pertenecer, permanecer en el tiempo, contrariar el devenir de la vida.

La frustración también surge, ya lo señalaba Erikson, cuando no se ha logrado alcanzar satisfactoriamente la etapa de generatividad, dando lugar a un empobreciendo personal. Si bien este estadio de la vida está ligado a los procesos orgánicos, depende también de los procesos psíquicos que regulan el desarrollo de la personalidad y del poder moral del proceso social.


Las personas sienten que están viviendo una vida rutinaria sin poder cumplir sus expectativas. La monotonía ha invadido incluso el mundo del los afectos. Sienten que nunca han sido amados y que ni siquiera ellos lo han hecho. Perciben que la vida se les escapa de las manos y no soportan la idea de envejecer. Lo paradójico es que no pueden vivir en el presente una vida plena, por la angustia que les produce el sentir que no están consumando aquello que se habían proyectado y ven que sus sueños se desvanecen.

Cada uno envejece como vive. Se vive según el camino que cotidianamente se va construyendo. ¡Cuantas trabas se implantan en él!


Cada etapa de la vida tiene su propia razón de ser. Ninguna es mejor o peor que la otra. Todas forman parte de la historia personal, que estará más cerca de la felicidad, dependiendo de cómo se ve el vaso: medio lleno, medio vacío. Cada cosa llega en el justo momento, nunca en las vísperas.

Me fastidia envejecer, cuando me doy cuenta de que no concreté todo lo que me había propuesto. Más sabiendo que tuve la posibilidad. Eso me da mas bronca (Testimonio de Carlos, 32 años, empleado).
Sé que estoy envejeciendo bien. Me miro al espejo y estoy conforme conmigo. Sé que he hecho cosas y me faltan cosas por hacer. Lo que no hice ya está. La cuestión es vivir a pleno cada momento. Diría que estoy envejeciendo con dignidad (Testimonio de Luís, 45 años, abogado).

La vejez se va anunciando desde ciertas manifestaciones que asoman lentamente. Pocos se animan a reconocer sus anuncios. A menudo, el descubrimiento trae aparejada la crisis con el concebido temor a dejar de ser deseado o ya no obtener el éxito.


Un buen envejecer no sólo es la ausencia de arrugas, sino también asumir una madurez donde la persona se sienta realizada y feliz. Se trata, ni más ni menos, de vivir sintiéndose bien con uno mismo en comunicación con los demás.

miércoles, 13 de julio de 2022

“Ser feliz sólo depende de ti”




                                                  




Muchas personas no saben esto pero “ser feliz sólo depende de ti” y de nadie ni de nada más.

Si relegamos nuestra felicidad a los demás o a los acontecimientos que nos sucedan sólo podremos ser felices cuando los demas lo deseen y cuando los acontecimientos surjan como los deseamos. Serán los demás y nuestro alrededor los que tengan el poder de decidir sobre nuestra felicidad, siendo pocos los momentos en los que podremos gozar de ella..

Sin embargo, cuando la felicidad tan sólo depende de nosotros mismos y de nada ni nadie más, todo cambia, pues podremos ser felices siempre que así lo deseemos nosotros. Y en realidad eso es la verdadera felicidad!

Cuando la felicidad sólo depende de nosotros y deja de ser la consecuencia de determinados sucesos, es cuando se es verdaderamente feliz.

La verdadera felicidad consiste en ser feliz con todo y a pesar de todo, no sólo en los buenos momentos sino también en los malos. La verdadera felicidad no es un estado de ánimo sino que es una actitud personal, es ser consciente de que la tristeza y el sufrimiento no nos aportan nada bueno y que por ello debemos reducirlos a los momentos estrictamente necesarios (muy pocos) y aprovechar el máximo tiempo posible en ser felices.

Para ser feliz tan sólo hace falta que tomes la firme decisión de querer serlo y comprometerte con esa decisión.

Así que, sé feliz!

“Existen maravillas en todo, aún en la oscuridad y el silencio, y aprendo a estar satisfecho en cualquier estado en que me encuentre.” Helen Keller

Aquí y ahora!!!!!






                                                                      




Son muchas las personas que viven todo el tiempo pensando en algún hecho que ocurrió en el pasado o preocupados por lo que el futuro va a depararles, cometiendo así el error de dejar escapar el presente que es el único tiempo en el que se puede actuar.

También suelen cometer el error de querer encontrarse en otro lugar distinto al que en ese momento están, perdiendo así la oportunidad de disfrutar de todo aquello que les rodea.

El tiempo y el lugar son “AQUI y AHORA”. Grábalo en tu mente.

Lo pasado ya pasó y no se puede volver hasta ese momento para cambiar las cosas. El futuro es impredecible y no se puede controlar. Sólo podemos vivir el presente, el “Ahora”. Y debemos tratar de aprovechar cada instante al máximo porque el tiempo que se va ya no vuelve.

El único lugar donde podemos influir es “aquí” pues es el lugar donde estamos. Si bien podríamos desear encontrarnos en otro sitio no debemos perder por ello la oportunidad de disfrutar de éste, ya que si no tu felicidad se verá relegada exclusivamente a los momentos en los que estés donde deseas y eso no es inteligente. Por ello debemos tratar siempre de estar donde deseamos pero disfrutar siempre de donde estemos.

Debemos sumergirnos en el “Aquí y Ahora” diariamente, concentrándonos en aquello que estamos realizando en este momento y en este lugar tratando de disfrutar al máximo de ello.

Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora. John Lennon

Una cosa es estar vivo y otra muy distinta vivir la vida.






                                                         




Una cosa es estar vivo y otra muy distinta vivir la vida.

Y es que todas las personas que habitamos la tierra estamos vivas pero, sin embargo, muy pocos somos los que vivimos de verdad.

¿Sabes a qué me refiero?

La mayoría de la gente tan sólo se dedica a transitar por la vida y a agotar el tiempo que le ha sido regalado, haciendo lo mismo día tras día de forma automática, sin detenerse por un instante siquiera a pensar qué es lo que desea lograr y a dónde quiere ir. Es decir, está viva pero no vive.

Entonces, ¿qué es vivir la vida?

- Vivir la vida es tomar conciencia de la gran suerte que tenemos por el simple hecho de estar vivos.

- Vivir la vida es levantarse cada día con el objetivo de aprovechar al máximo cada segundo compartiéndolo con aquellas personas que más nos importan y dedicándolo a lograr lo que deseamos.

- Vivir la vida no es sólo repirar sino que implica soñar y además perseguir nuestros sueños.

- Vivir la vida es tener metas y propósitos que la den sentido.

- Vivir la vida es intentarlo, caerse y levantarse para volver a intentarlo. Así hasta conseguirlo.

- Vivir la vida es esforzarse sin rendirse.

- Vivir la vida es querer ser feliz.

Y tú, ¿vives la vida o simplemente estás vivo?

“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.” Oscar Wilde.

martes, 12 de julio de 2022

Hagamos la diferencia..............









                                                    


Es muy fácil encerrarnos en nuestra propia vida y dejar que el “yo, yo, yo” se apodere de nosotros. Estamos tan atrapados en nuestras propias vidas, que olvidamos que hay otros menos afortunados que nosotros. Y con la vida tan agitada que llevamos, parece que no podemos detenernos a hacer algo por los demás. 
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo bueno por alguien, sin esperar nada a cambio? ¿Cómo te sentiste? ¡Te apuesto que te sentiste muy bien! Date la oportunidad de sentirte así más a menudo. Es tiempo de que trabajemos juntos, que unamos nuestras fuerzas y hagamos una diferencia en el mundo. “Si no eres tú, ¿entonces quien? Si no es ahora, ¿entonces cuando? Se parte de la solución, no parte del problema. ¡Esto hace una diferencia enorme! ¡Elevemos nuestra conciencia, convirtiéndonos así en la diferencia que queremos ver en el mundo!
 
¿De qué manera podemos realmente hacer una diferencia en el mundo? Considera lo siguiente:

Recuerda que tú tienes un propósito único en la vida que tienes que descubrir.
Cree que puedes hacer la diferencia.
Reconoce que todo lo que haces cuenta, cada paso que das, cada palabra que dices, o que no dices. Nada es trivial. No hay cosas pequeñas. Todo importa.
Para ser el cambio que quieres ver en el mundo, sólo tienes que estar comprometido(a).
Toma responsabilidad de tu persona y de tus circunstancias.
Nunca digas: “No es mi trabajo” , o “¿Qué puedo hacer si solo soy una persona?”
No te preocupes por cómo lograrlo. Si tienes claridad en lo que quieres cambiar y por qué lo quieres cambiar, se dará.
No esperes a que todo esté en orden para comenzar. Las circunstancias casi nunca serán perfectas. Haz lo que puedas con lo que tienes y en donde estás.
El comienzo del cambio es tomar consciencia. No podemos cambiar algo que no reconocemos. Al hacernos más conscientes, comenzamos el proceso de cambio.
Para que las cosas cambien, tú debes cambiar primero. No podemos cambiar a los demás, sólo nos podemos cambiar a nosotros mismos. Sin embargo, cuando cambiamos nosotros, todo cambia. Y al hacerlo, realmente podemos cambiar el mundo.
Las personas a veces no recuerdan exactamente lo que hiciste por ellas, o lo que les dijiste, pero siempre recuerdan cómo los hiciste sentir.
Todos los cambios significativos a través de la historia, no han sido causados por los gobiernos o los ejércitos. Sucedieron como resultado del valor y el compromiso de los individuos.
“Seamos la diferencia que queremos ver en el mundo” 

Mahatma Gandhi

domingo, 10 de julio de 2022

DECÁLOGO DE LA FELICIDAD





                                                




NO HAY fórmulas milagrosas ni varitas mágicas. Para ser feliz hay que pensar, sentir y actuar de acuerdo a los valores que cada uno considera primordiales. Unos preferirán la ética, otros la religión o el amor. Lo esencial es no dar el brazo a torcer.

1. No cambies. No hace falta tratar de transformarse en la persona que nunca se ha sido. Lo más acertado es observarse detenidamente a uno mismo y, con ayuda de lápiz y papel, separar las razones que añaden y restan felicidad. Al reflexionar, igual resulta que el novio de la niña o la hipoteca tampoco son motivo auténtico de desilusión.

2. Serenidad ante todo. No hay que dejarse desbordar por un revés, aunque parezca que se hunde el mundo. Debe afrontarlo con la mayor serenidad del mundo. No es cuestión de cerrarse a las emociones que provocan los conflictos pero sí de mantenerlas bajo control. Un buen ejercicio consiste en rememorar aquel suceso que hace tres años nos pareció tan catastrófico y que hoy es parte del anecdotario personal. Él lama Zopa Rimpoché es de los que creen que los problemas se pueden transformar en felicidad.

3. Ojo con los puntos ciegos El teórico Daniel Goleman no ha podido buscar un calificativo más acertado para definir esas mentiras que cada persona se cuenta a sí misma para obviar todos aquellos sucesos que pueden desmontar toda una estructura vital. Entre las parejas, en la vida cotidiana, y hasta en las altas esferas políticas, los puntos ciegos existen como un trueque del subconsciente. A veces, correr un tupido velo demasiadas veces al día puede desembocar en patologías. Las mentiras vitales, como las definía Ibsen, hay que administrarlas con cuentagotas.

4.Vivir el presente. Parece obvio, pero hay quien se pasea por la vida como un zombi. Unos anhelan ese momento en que se sentían de verdad felices y radiantes. Tan enfrascados están en aquello que ya no existe que se vuelven incapaces de saborear el día a día. No es que ahora su vida sea más aburrida, es que ellos se han negado a disfrutarla. La misma ineptitud para abrazar la felicidad aqueja a los que fantasean con que el futuro les proveerá de todo lo que desean.

5.Introducir novedades Por pequeñas que sean siempre son bien recibidas. "La imaginación y el espíritu contienen posibilidades ilimitadas para hacer la vida más interesante y agradable", explica Serafín Ruiz, autor de "El arte de ser feliz". Un baño nocturno en el mar, una tarde para uno solo, una pequeña escapada al campo o la ciudad, una cena especial, enseñar a los críos los juegos de la infancia... Sólo hay que pensar un poco para sorprender a los demás. Incluso a uno mismo.

6.Permitir las emociones Es lo que aconseja Elena Gismera, psicóloga social. El dolor, la ira, la tristeza, la soledad o el desánimo son emociones que forman parte de la vida diaria. Cuando se glorifica la infelicidad y uno se recrea en ella, puede parecer que existe una confabulación global contra uno mismo. Hay que encajar el dolor y permitir que fluya para poder ser felices. Sentirlo, para desprenderse de él.

7.Amor. Es un sentimiento que asegura la felicidad cuando es auténtico. No hay estado que genere tanta efervescencia y complicidad. Claro que en muchas ocasiones se interpretan como amor los celos enfermizos, el egoísmo y la necesidad patológica de poseer a la otra persona. Esos amores posesivos y destructivos lo mejor es desterrarlos para siempre. Quien bien te quiere no tiene por qué hacerte llorar.


8.Acción. No es cuestión de calzarse las deportivas y el chándal e ir haciendo "footing" de un lado para otro, pero la actividad es básica para sentirse bien. Levantarse por la mañana y no tener nada más que hacer que sentarse frente al televisor es bastante desalentador para lograr la felicidad. Aunque se esté en paro, siempre es posible asistir a cursos del Inem, aprovechar para poner en práctica eso que siempre soñó realizar o colaborar con alguna asociación de voluntariado. Además de sentirse útil, se crean nuevas amistades.

9.OPtimismo. Formar un tándem con la frustración es lo más adecuado para minar la salud y las relaciones con los demás. Ya desde niños hay que saber aceptar que las cosas no siempre son como uno desea. Los adultos que se revuelven, amargan y programan venganza cuando ascienden a otro compañero en el trabajo o cuando su pareja no les dedica todo el tiempo del mundo, merecerían llevar chupete en lugar de carné de identidad.

10.Naturalidad. Fuera corsés y falsas poses. No hay que avergonzarse de uno mismo, que para algo está la autoestima. Hay que estar de acuerdo con las propias convicciones. La felicidad precisa de frescura y "de cierto equilibrio. No es cuestión ni de inflar el globo artificialmente ni de pincharlo hasta que se reduzca a la nada. Es preciso responsabilizarse de nuestra vida y hacerlo sin artificios"

miércoles, 6 de julio de 2022

NECESITO DE ALGUIEN (Charles Chaplin)Dedicado a todos los que me leéis.....





                                                 








Que me mire a los ojos cuando hablo.
Que escuche mis tristezas y neurosis con
paciencia y aun cuando no comprenda,
respete mis sentimientos.

Necesito de alguien
que venga a luchar a mi lado sin ser llamado.
Alguien lo suficientemente amigo para
decirme las verdades que no quiero oir, aun sabiendo
que puedo irritarme.

Por eso, en este mundo de indiferentes,
necesito de alguien que crea
en esa cosa misteriosa, desacreditada, casi imposible:
la amistad.

Que se obstine en ser leal, simple y justo.
Que no se vaya si algún día pierdo mi oro y
no pueda ser más la sensación de la fiesta.
Necesito de un amigo que reciba con gratitud
mi auxilio, mi mano extendida,
aun cuando eso sea muy poco para sus necesidades.

No pude elegir a quienes me trajeron al mundo,
pero puedo elegir a mi amigo.
En esta búsqueda empeño mi propia alma, pues con una
amistad verdadera, la vida se torna mas simple, mas
rica y mas bella...

Charlie Chaplin

El verdadero valor de la amista







                                     


Ninguna relación puede funcionar si no aceptamos a las personas como realmente son en su vida pública. Como seres humanos tendemos a querer cambiar a los demás y hacerlos a la manera que a nosotros nos parecen que deben ser.

Es cierto que debemos ser una influencia positiva para los demás; no hay nada malo que imitemos lo bueno de ellos y que ellos, a su vez, imiten lo bueno de nosotros, pero los cambios que se realizan en una persona deben hacerse porque ella así lo desea y no por nuestro afán de cambiarla.

Hay seres humanos que no tienen amigos, porque quieren que las personas con quienes se relacionan sean perfectas, pero, hasta donde se sabe, aún no nace la persona perfecta.

Todos tenemos defectos. Muchos de nuestros defectos son productos de la herencia de nuestros padres y abuelos, la educación, el medio. Cuando una persona confía en nosotros y nos demuestra su afecto, debemos ver lo positivo que hay en ella y la oportunidad de enriquecernos aprendiendo de sus virtudes y aceptándola con sus defectos, que son muchos.

Muchas de las grandes amistades que han existido se han formado entre personas totalmente diferentes tanto en carácter como en pensamiento, y muy diferentes entre sí. El cine y la televisión, a través de su historia, han creado a los personajes de muchas de sus series basados en este simple principio.

Es importante entender que todos somos diferentes y que la verdadera amistad consiste en armonizar nuestras diferencia y apreciar más a fondo lo mejor de nuestros amigos, aceptando aquello que no es placentero, pero que forma parte de su carácter y personalidad.

La lealtad es quizás la característica, por excelencia, de una buena amistad. Algunas veces, por trabajo, estudios u otras preocupaciones, no es posible muchas veces ver a los amigos con la frecuencia que quisiéramos. Llamar a nuestros amigos por lo menos para saludarlos ó escribirles, y saber cómo están tanto de salud como por su familia, es una forma de lealtad; obviamente olvidarnos de ellos es una deslealtad de nuestra parte.

Quizás la forma clásica de demostrar lealtad hacia nuestros amigos, es impedir a toda costa que otras personas hablen mal de nuestros amigos, cuando no están presentes y no se pueden defender de ese ataque. Esto no es fácil. Es necesario armarse de valor para decirle a quien habla mal, que se detenga en ese momento, y que si tiene que decir algo de nuestro amigo ó amiga, que lo diga de frente a las personas que insultó.

También se demuestra la lealtad estando con nuestros amigos ó amigas en las buenas ó en las malas. Especialmente si están enfermas. Es más, la verdadera amistad se demuestra en los momentos de prueba, en los momentos más difíciles.

Es muy común que cuando una persona vive en la prosperidad le sobren amigos. Esto es fácilmente observable entre los artistas de cine, los deportistas famosos, y otras personas que hacen vida pública y ganan por supuesto mucho dinero. Pero, ¿qué sucede cuando se acaba el dinero? La gran mayoría de los pseudo amigos desaparecen de la faz de la tierra. En una verdadera amistad no hay interés material, el único interés que prevalece es el que se tiene por la persona misma. Interés por disfrutar juntos lo positivo de la vida; interés por crecer juntos; interés por aprender juntos; interés por disfrutar de la compañía de los amigos sin importar si son ricos ó pobres, si te pueden dar algo ó no.

Muchas personas tienen amigos sólo para su beneficio propio. El interés genuino se manifiesta en las personas, no en las cosas materiales.

Como amigos podemos sentir empatía y solidarizarnos especialmente con el sufrimiento de quienes queremos de verdad. Los verdaderos y auténticos amigos tienen la capacidad de entender y compartir los problemas, los sentimientos, las alegrías, en fin, las emociones en sí mismas, pero sin hacer juicios. Cualquier alegría es mucho más grande, cuando se comparte con alguien; cualquier tristeza es más llevadera cuando se puede descargar en un amigo ó una amiga.

Aprovecha lo que tienes

Cuánto tienes a tu alcance para hacer algo no es ni por asomo tan importante como lo que decidas hacer con ello. Muchísima gente que se volv...