viernes, 7 de diciembre de 2012

TE QUIERO O TE NECESITO?


Hay personas que se enamoran siempre de personas que necesitan ayuda, pero no para amarlas sino para sentirse útiles y queridas. 

Si la pareja no te importa no te impliques, si no te afecta de alguna manera no es una relación armónica y madura, que es el ideal al que todos aspiramos. 

La coodependencia más común es la de una pareja en la que unos de sus miembros sufre una enfermedad o una adicción, el otro dedica su vida a cuidarle y a ayudarle pero sin dejar que se cure completamente, ya que, lo que da sentido a su vida es sentirse útil y necesitado. 

Esto explica que hay personas que tienen un rasgo común en todas sus relaciones, siempre se enamoran de alcohólicos, personas sin trabajo que hay que mantener, personas que necesitan algún tipo de ayuda. 

Esto es una lucha en que cada uno ejerce su forma de control del otro asumiendo papeles de víctima o de salvador. Los expertos coinciden en que quien está inmerso en una relación de coodependencia, nunca se da cuenta de ello por sí mismo, corresponde a un tercero desde fuera la responsabilidad de hacerlo evidente. 

La coodependencia puede provocar también una serie de síntomas psicosomáticos inespecíficos, dolores de cabeza, desarreglos digestivos menstruales, insomnio o trastornos psicológicos o enfermedades como la depresión, la obesidad, la bulimia. Los primeros síntomas de alarma serían no estar a gusto, no sentirse feliz, no querer llegar a casa, no sentir deseo. Ante esto siempre cabe preguntarse a uno mismo que me pasa. 

El temor de comprometerse 

El miedo a la intimidad, al compromiso, a la dependencia amorosa que hoy día se da con mucha frecuencia es también un tipo de relación dependiente. Hay muchas personas que cuando les surge el deseo, la atracción por alguien o se enamoran les aparece automáticamente el miedo a la dependencia, al compromiso. Suelen darse estas situaciones en personas con experiencias anteriores dolorosas y frustradas o en personas con padres separados. 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

CAUSALIDAD PSÍQUICA ANSIEDAD Y ANGUSTIA



La angustia, la ansiedad sería el componente esencial que es necesario objetivar, que es necesario
reconocer cuando nos enfrentamos al hecho de la entrevista, al hecho de qué es lo que le está pasando al otro.
Efectivamente, esa vivencia de ansiedad tendría dos límites. Un límite, por decirlo así, superior, y un límite
inferior. El límite inferior sería el pánico. El límite superior el miedo. Supuestamente tendríamos que decir que
entre el pánico y el miedo podríamos situar toda una serie de continuos –de estados vivenciales, en los que
ubicaríamos tanto estructuras de personalidad como vivencial de conflicto- y consiguientemente de
estructuras de conflicto que irían desde una menor hasta una mayor organización. En este sentido, las
proporciones serían fáciles de establecer:
Pánico es a organicidad lo que angustia es a síntoma, lo que miedo es a objeto.
Esa sería, permanentemente la equivalencia que se podría establecer. Es decir, habría una equivalencia
por decirlo en términos de estructuración psicopatológica, que nos situaría por orden a la vivencia y,
consiguientemente, por orden a un tipo de representación del sujeto, que no hay que olvidar que el sujeto, en
un momento determinado por relación a la situación a la que está inmerso, puede aparecer como
absolutamente psicótico, o puede aparecer en otras situaciones de equilibración como un individuo neurótico
o un individuo perfectamente equilibrado. Todo depende un poco de su sentido de la vivencia y, por tanto, de cómo se instala en el campo de las relaciones interpersonales e incluso de las relaciones intersubjetivas.
Una situación en un momento dado a un individuo que la viva con pánico, evidentemente, ya le
podemos estar diciendo que no ocurre nada, para que ese individuo, en un momento determinado, como efecto de la vivencia se desorganice totalmente y entonces no tenga asideras ni para ubicar las cosas que le rodean, ni para encontrar agarraderos en esa situación, para poner límites de referencia, positivos o negativos, estables, tanto temporales como espaciales. Entonces, los índices de la realidad que nosotros manejamos tienen muy poco que ver con algo que no es del orden de la lógica sino que es del orden de la vivencia. Si en un momento determinado un individuo ha perdido sus ejes impalpables de orientación espacio-temporal, si ha perdido sus ejes de orientación biográfica, existencial, sus ejes de identificación personal, se encuentra, efectivamente, perdido en esa situación. Por tanto, podríamos decir que está en una situación psicótica, ¿cómo se demuestra esto? Se demuestra como ocurre en todos los acontecimientos traumáticos. Son pérdidas más o menos traumáticas, más o menos momentáneas de los ejes que configuran esa organización de nuestra secuencia de acontecimientos interpersonales, lo que podríamos llamar relaciones de realidad.
Efectivamente, en esa situación que podría ser del pánico al miedo, evidentemente, la disolución del
objeto entraña un recurso hacia la organicidad. Cada vez que hablamos de lo psicopatológico, cada vez que
hablamos de lo psicológico, nos encontramos con un problema que es trascendental y es que hablamos de
causalidad psíquica y la causalidad psíquica es del orden de la representación, del orden de lo simbólico y nodel orden de lo físico, del orden de lo natural. Por tanto, todo proceso que nos conduzca hacia lo físico, hacia
lo natural es una regresión, o, si se quiere, es un proceso que nos encamina hacia periodos de constitución o
de desarrollo arcaicos. La causalidad psíquica se pone de manifiesto tan pronto como en el ser humano se
origina la representación: el mundo de la alucinación, el mundo de lo imaginario, el mundo de todo aquello
que nos hace soportar la ausencia, porque somos capaces de darnos un simulacro que nos hace soportar esa ausencia porque la dominamos por medio de un análogo –representación de eso que no está presente-. Este sería el punto central.
¿Qué es lo que ocurre con el problema de la angustia y la sintomatización? ¿Quiere decir aquí, que en
la sintomatización el individuo no ha pasado o no ha ascendido a nivel de la causalidad psíquica? ¿Quiere
decir que el individuo todavía no ha superado el plano de la organicidad? Esta puede ser la primera gran
pregunta que haya qué plantearse. Todo recurso a la somatización es siempre un paso atrás, es siempre una
nostalgia de lo orgánico. Se ha dicho que la regresión a la depresión es, muchas veces, una nostalgia del estado fetal
El proceso de somatización, en la medida en que recurre a unos procesos orgánicos, es una nostalgia
de un estado previo. El problema es el nivel de generalización con que nos encontramos cada vez que
hablamos del síntoma. El proceso sería el siguiente: el problema de la sintomatización está no con una
incapacidad del sujeto para imaginar sino con una negativa del sujeto para canalizar una vivencia, para
organizar una vivencia y cuando hablamos de una vivencia hablamos de un tono afectivo, positivo o negativo,
amor odio, por relación a una representación. Un sentimiento que puede ser ambivalente porque incluso al
mismo sujeto no le interesa, muchas veces, aclarar, porque aclarar ya es darse la representación
correspondiente. Habría que hablar de una vivencia donde le faltaría la clave de estructuración de esa vivencia,lo que cierra la vivencia, la posibilidad de representación. No hay ninguna representación vivencial sin su correspondiente afecto, positivo, negativo o ambivalente y al contrario, no existe ningún afecto positivo,negativo o ambivalente sin su consiguiente representación. Lo que se daría es una vivencia que se
descompensa por la vía de que no tiene un punto clave, no se cierra. El proceso representativo se cierra sobre lo que el psicoanálisis, en este caso, llamaría un desplazamiento, en el sentido de que sustituye la
representación que le corresponde por aceptar simbólicamente a tomar en su lugar un elemento que es el que sirve de conclusión simbólica.
Estamos hablando de la angustia, ansiedad y su correspondiente sintomatización. Un sujeto y cuando
hablo de sujeto le estamos concediendo su acceso o instalación en un plano de causalidad psíquica, no es
solamente capaz de alucinar determinado tipo de satisfacciones, sino capaz de representarse determinado tipo de cosas, las que fueren. Por definición, a este sujeto no le falta la capacidad en su vivencia de dotarse del lado representativo de esa vivencia. La vivencia es un afecto que tiene una afección interna, positiva, negativa o bivalente a la que se acompaña una representación. En la medida que se hace más comunicable la representación, la parte afectiva se hace más fría. A medida que hacemos una vivencia más comunicable, la
parte expresiva, la parte de afecto se queda más dentro de nosotros; el afecto es lo que más trabajo cuesta
expresar. Cuando hacemos un esfuerzo por simbolizar lo que nos está pasando de alguna manera, tenemos que alejarlo de lo que estamos viviendo. El esfuerzo de objetivación enfría la vivencia. La vivencia comporta
siempre las dos dimensiones: sentirme afectado por algo que me afecta.
El fantasma igual que el imaginario son tipos o clases de vivencia que se definirían por su clase de
representación. El fantasma pertenece al tipo de representación arcaica de la que tenemos experiencia,
generalmente, a través de una figura vinculante con muy pocos componentes que procedan de experiencia
interna o externa. El fantasma tiene mucho más que ver con una figura mítica que puede ser buena, mala o
ambivalente.
Concepto de representación: La representación es lo que sustituye a otra cosa, lo que está en lugar de
otra cosa, lo que representa algo. La representación tiene sentido, otra cosa es tener el código con el que
poderla descifrar. Si nos encontramos con un discurso delirante podemos adoptar dos medidas: decir, ese
discurso es un discurso o decir ese discurso es una representación, es una representación del mundo que está
viviendo, del conflicto que está viviendo ese individuo, de cómo está viviendo su situación, de cómo él está
viviéndose a sí mismo en relación a los otros .
Si un individuo pertenece a otro organismo sin tener autonomía nerviosa central, pertenece a otro
organismo, no ha lugar a su representación autónoma. No está funcionando como individuo psíquico
autónomamente, sino que todo su sistema nervioso esta exclusivamente funcionando como un sistema integral por un sistema nervioso totalizado, por un sistema nervioso central que lo constituye como subtotalidad dentro de la totalidad del organismo materno. Si ese niño nace y el proceso de diferenciación no se da, el orden de
su representación estará dado por la figura vinculante con la que está fusionado. Sería como si no se hubiese
consumado la separación orgánica, porque aunque se haya realizado la separación orgánica no se ha producido el nacimiento psicológico del niño o no se ha producido la maduración cognitiva del niño. Se produce una maduración sensomotriz, sin embargo, esto no explica el desarrollo cognitivo psicológico del bebe, ya que el desarrollo tendrá que ser cognitivo, afectivo, en vínculos, en relaciones en donde él vaya dotándose de una identidad de referencia; es a eso a lo que llamamos subjetividad. Cuando el niño se sitúa a sí mismo como un polo de referencia sobre el que convergen acciones pero del que parten acciones y reacciones, el niño se ha convertido en un ser autónomo, el niño ha realizado el proceso de su madurez cognitiva. El niño estará en condiciones de empezar su proceso de separación.
Representación: Cuando uno se imagina el amiguito, cuando se imagina el coco, cuando uno se
imagina un superman, está representando determinado tipo de figuras. Habrá representación con más o menos circulación social, será mayor o menor el grado de circulación de los símbolos, lo que aluda al carácter sintomático a veces de una expresión o de otra expresión. Por esto, también, los códigos corporales varían ylos síntomas varían de cultura a cultura. Hay culturas donde un síntoma no aparece ¿por qué? Porque esta muy cargado de valor simbólico y entonces no se utilizaría. Un recuerdo es una representación. Un malestar, en lo que tiene de actualidad misma, tiene dos componentes: un componente de afección y un componente de representación. Un estímulo es doloroso o placentero pero al mismo tiempo, un estímulo desencadena según su naturaleza un tipo u otro de representación. No podemos pensar en un símbolo sólo como en un estímulo sin más, sino que un símbolo está cargado semánticamente, está cargado afectivamente, valorativamente, con ideología, etc. Un sujeto que sea independiente, que adquiera su representación con independencia será aquel que pueda conseguir una representación según él.
 CAUSALIDAD PSÍQUICA
“En el comienzo ¿qué fue? El acto. No. ¿La palabra? No.¿El fantasma? No. La secuencia fundamental: el
fantasma, la palabra y el acto.”
Simplificando al extremo, diremos que desde las primeras semanas de la vida, el recuerdo de las
estimulaciones sensitivo-sensoriales asociadas ya a la insatisfacción de la frustración-tensión, ya al fin de la
insatisfacción, se agrupan en el nivel encefálico central en dos constelaciones: el nudo antropógeno específico
displacer y el nudo antropógeno específico placer, los cuales no son otra cosa que acumulación de recuerdos adquiridos. Placer/displacer serían los dos elementos fundamentales de los cuales saldrá el fantasma.
Uniéndose al fantasma, la palabra. Y de la combinación fantasma/palabra y en la articulación de la
satisfacción/insatisfacción, el acto.
“Todo el aparato psíquico humano está sometido originariamente a la omnipotencia del arcaísmo, a
las particularidades específicas del crecimiento y de la organización nerviosa de la primera infancia, y aparece liberándose parcialmente y tomando distancia por medio del juego de las realidades internas y externas que permiten la supervivencia. Toda potencia es arcaica. El arcaísmo es el irracionalismo fundamental: es el placer o el displacer, es la angustia total, es todo lo que es necesario endosar a las mujeres, es esa regresión en donde se desvela el sublime misterio: “majestuosas las diosas truenan en la soledad, alrededor de ellas no hay lugar,
no existe tampoco el tiempo, hablar de ellas es temblar porque ellas son las madres.”
El fantasma es lo primario. El fantasma, un imaginario, un sistema psíquico de imaginario que
especifica el irreductible componente irracional del ser humano. Todo acto está ganado sobre el fantasma,
sobre las ilusiones, sobre los miedos, sobre las culpabilidades pero sin fantasma no hay hombre, solo robot.
Ese arcaísmo primario, ese irracional fundamental, ese placer total, esa angustia total es necesario endosársela a la mujer, a las madres.” Es con dolor que yo desvelo el sublime misterio: majestuosas las diosas truenan en la soledad, alrededor de ellas no hay lugar, no existe tampoco el tiempo, hablar de ellas es temblar porque ellas  son las madres.” Fausto, Goethe.
Sin causalidad psíquica, sin reino de la representación no es posible hablar de hombre. Sin reino de
la representación habrá engramas –estímulos asociados a una reacción-; sin componente mediacional, sin
representación, habrá estímulo asociado a respuesta. Para que haya hombre es necesario el punto intermedio, la representación. Para que haya representación es necesario el fantasma. Llamamos fantasma al movimiento primero alucinatorio, al placer, a la carencia del placer, a la búsqueda del placer, a la búsqueda de la insatisfacción, al fracaso, a los miedos, a las culpabilidades. Es decir, todo lo que establece el proceso de socialización o el proceso de vinculación del niño. En la medida que la culpabilidad es, en sus últimos
elementos, un límite y lo que inhibe el acto y el pensamiento es siempre un acto, el desarrollo segundo de la
psicomotricidad no será ciertamente autosuficiente si no planteamos previamente el hecho de esa culpabilidad, porque culpabilidad es relación del otro, es ley, es separación de la naturaleza. Si no hubiera más que acto, el yo que se desarrolla quedaría sometido pasivamente a las entidades arcaicas intrapsíquicas y a su proyección en el mundo exterior, a las fusiones que se suceden a las disfusiones. Si no hay culpabilidad no hay sentimiento de identidad con lo que el hombre no dispondría de ningún poder, de ningún margen de libertad.
Una situación tal en la que las angustias y los placeres se fundirían, por lo que las virtualidades del acto
voluntario serían incompatibles con la supervivencia.
La ley se escribe para transgredirla, la libertad está precisamente en esto, si no hubiera ley no habría
libertad jamás. Culpabilidad sería, sabiendo que haces mal, lo haces porque quieres hacerlo. Si no supieras
que haces mal, no habría este sentimiento. Pero para ganar su identidad hay cosas que un individuo tiene que
hacer aunque sepa que está mal para sus padres, etc. Si la culpabilidad es muy fuerte inhibe totalmente,
entonces ya no se actúa. El sujeto se paraliza y no puede ganar la propia identidad. La ley pueden ser las
expectativas que tu familia tenga para ti, por lo cual te obliga a una serie de estudios, te obliga a una serie de
amigos, te obliga a unas relaciones y puede ser una sola ley: las expectativas ya marcadas. La casa liberal sería la casa de la ocultación.
“Es preciso por tanto, y es elemento que se constata universalmente, que existen mediaciones
temporales y parciales que permiten el cumplimiento de un montón de actos voluntarios, vitalmente
necesarios sin que, sin embargo, el sujeto tenga bajo la mirada de inmediato el conocimiento de esas entidades arcaicas, todo potentes, sin que para él se abra ese agujero que conduce a una intolerable angustia de aniquilamiento, a una devoración del yo por la madre mala, reflejo inverso de los fantasmas agresivos del bebe y del niño pequeño. Distanciaciones y mediaciones que aseguran los ritos propiciatorios, las ceremonias expiatorias, las operaciones mágicas y, a un grado más elevado, las diversas religiones. Tradicionalmente, en las sociedades occidentales iba de que si el rol de mediador, del tercero, lo jugaba siempre el padre. La teoría freudiana no hacía más que recoger esto de la teoría ambiente. Recientemente otro psicoanalista se preguntaba, ¿de dónde viene el padre? Esta es la pregunta clave. Ese padre, es evidente que no se trata del padre biológico, sino del padre psíquico, inscrito en el psiquismo y suficientemente investido como para hacer peso con esas potentes imágenes arcaicas maternalizadas, que son las inevitables. Diríamos que, además, si podemos considerar que la necesidad casi básica, la necesidad de la que se va a originar las satisfacciones y las insatisfacciones va a ser el hambre, el pecho es un objeto casi, casi privilegiado. Si el pecho frustra, el niño
no tiene alimento, no tiene satisfacción, no consigue alimentarse adecuadamente, no consigue un nivel de
comodidad, no consigue el nivel de seguridad que le da el sueño, el bienestar que puede experimentar cuando está lleno, el bienestar que siente cuando está limpio, el bienestar que experimenta cuando se le cambia de
posición, cuando se le acuna, el placer que siente cuando se le ha llenado de alimento y además juguetea con
lo que está succionando. Tendremos que va a asociar todo un conjunto de experiencias displacenteras a un
objeto principal. Sin ir a niveles superiores ya tendríamos una primera metaforizacón de lo que podría
significar el pecho malo en Melanie Klein. El pecho malo es un objeto parcial en torno al cual el niño va
constituyendo sus primeros niveles de organización psíquica con una serie de contenidos variables, cuya
cualidad tiene un tono: el displacer, la desarmonía, el desafecto,, la inseguridad, el pánico, el terror, etc. De
ahí, va a derivar todo un conjunto de imágenes de inseguridad permanente. Es decir, del exterior, con el
contacto primero que tiene con el elemento que le sirve de punto de referencia para el exterior, va a derivar
que del exterior proceda absolutamente toda amenaza. Con lo que nos encontramos con un niño en el que toda
su simbólica fundamental va a estar, toda ella, teñida de angustia. Todas sus sucesivas integraciones
posteriores van a hacer que prevalezca el sentimiento de terror ante el mundo exterior puesto que de él recibe,
permanentemente, insatisfacción, y por tanto cualquier índice que provenga de ese exterior va a ser un índice
de amenaza para él.
Si del exterior va recibiendo una serie de estímulos de satisfacción, ese niño no se va a encerrar en el
interior. Ese niño, claro que alucinará con sus sueños, sin embargo va a tener un juego interior-exterior, en la
misma medida en que el exterior le seguriza, en que el contacto con el exterior no va a ser permanentemente
de frustración sino que es una vía de consecución de satisfacciones. De aquí el que el contacto con el exterior
no sea visto, no sea vivido siempre como un permanente foco de tensión, de inseguridad, de terror, de angustia.
Si, por otro lado, la madre, va logrando, va dando de alguna manera significación a los pequeños actos, a las
pequeñas integraciones del niño y de ahí, la importancia del agente socializador –la madre con capacidad de
ensoñación, la madre que es capaz de ir adelantándose al tiempo de maduración de su hijo-. Como a otro nivel,
cuando el niño llega al nivel del estadío del espejo; él sensomotoramente no ha alcanzado todavía un esquema
corporal completo porque todavía quedan muchos circuitos sensoriales sin integrar; mecanismos sensitivos y
sus correspondencias motoras no están armónicamente unidos. Todavía no hay una totalización de la
recepción de sus estímulos, la organización de los estímulos y su traducción a respuestas, sino que hay
recepción parcial de estímulos con lo que la respuesta sigue siendo parcial. El niño va adquiriendo dos
elementos, hay dos elementos que son distintos:
El esquema corporal: El individuo jamás es consciente de él. El esquema corporal se actúa. Cuando a un individuo le pedimos que actúe con plastilina o con una materia prima, estamos viendo el esquema corporal
que tiene pero del que no es consciente. El esquema corporal es dos ejes de dominio espacio-temporal, es la
disposición sensitivo-motora del cuerpo. Es el dominio del espacio y del tiempo, el dominio del sistema de
relaciones. Esto no se corresponde exactamente con la imagen corporal.
La imagen corporal sí es un concepto que tenemos cada uno de nosotros en donde influyen los valores
culturales, los valores del grupo, las experiencias que uno pueda tener. La imagen nunca corresponde con el
esquema corporal.
El niño, por definición, cuando está entre los 6 y 18 meses es todavía un animalito que a nivel corporal
todavía no está estabilizado en cuanto organización, entonces, ¿qué importancia tiene el espejo? La
importancia que tiene el espejo es que el niño obtiene por primera vez un sucedáneo de totalidad. Al ver el
espejo, ve una totalidad. Es como si, de pronto, él tuviera medios cognitivos que le permitieran hacer una
percepción cognitiva integra de un objeto de su entorno totalizado, el niño se adelanta a la maduración. De
nuevo nos volvemos a meter en el mismo tema de lo imaginario.
Hemos partido y hemos dicho: en el nacimiento, lo imaginario, en otros momentos del desarrollo, lo
imaginario. En otros momentos volveremos a actuar por lo imaginario; cuando estamos en la calle, lo
imaginario. Permanentemente nos estamos moviendo en la vida por medio de esquemas prefabricados que son los que nos dan la medida de las cosas, la organización de las cosas. Desde las primeras semanas el recuerdo asociado a la insatisfacción-tensión (hambre ) o tensión muscular se agrupan al nivel encefálico central en dos onstelaciones : nudo antropógeno del placer y el nudo antropógeno del displacer, los cuales son acumulaciones de recuerdos adquiridos, A partir de ahí vamos a ir asociando por cadena. Aquí está el registro, sino cómo podemos explicar la presencia del “miembro fantasma”, cómo podemos explicar el recuerdo. En la
presencia del “miembro fantasma” hay una lenta asimilación del esquema corporal, un problema de tipo
experiencia.
Lo que nombras existe y en tanto que existe, deja de tener esa carga terrorífica. El problema en toda
su magnitud es lo que no se puede nombrar, porque frente a lo que no se puede nombrar está la negación del sujeto. En la tortura se lleva a un individuo a una situación tal en la que sea imposible nombrar, con lo que el
individuo pierde su consistencia. Mientras que el individuo tenga para odiar, para nombrar, vive, existe, es una identidad psicológica. La eficacia de una situación de privación sensorial es que te deja sin capacidad para manejarte como sujeto. Mucha gente se salva de la psicosis auténtica por la capacidad imaginativa, por la capacidad de inventarse vidas, y sólo así, se salva. Y sólo así es posible que un individuo se salve de una
situación terrorífica, inventándose vidas porque la que tiene no es vivible.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Rasgos de la Obsesion



Los rasgos esenciales del trastorno obsesivo-compulsivo son recurrentes obsesiones de actos compulsivos  lo bastante severos como para producir pérdida de tiempo (ejem. más de una hora al día) o causan notable angustia o significativo perjuicio  . En algún momento durante el curso del trastorno, la persona ha reconocido que las obsesiones o compulsiones son excesivas e irracionales . Si otro desorden del Eje I está presente, el contenido de las obsesiones o compulsiones no se limita a él . El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (ejm. abuso de drogas, una medicación) ni a una condición médica general .
Las obsesiones son persistentes ideas, pensamientos, impulsos o imágenes que son experimentadas como intrusismos e inapropiadas y que causan marcada ansiedad o angustia. Las características de intrusión  inapropiadas de las obsesiones han sido descritas como "ego distónicas". Esto se refiere a la sensación del individuo de que el contenido de la obsesión le es extraño, no está dentro de su control y no es la clase de pensamiento que esperaría tener. De cualquier modo, el individuo es capaz de reconocer que las obsesiones son producto de su propia mente y que no son impuestas desde fuera (como en la inducción de pensamiento).
Las obsesiones más frecuentes son pensamientos repetidos sobre la contaminación (ejm. contaminarse al estrechar la mano) dudas repetidas (ejm. preguntarse si se ha realizado algún acto como dañar a alguien en un accidente de tráfico o haber dejado una puerta sin cerrar), la necesidad de disponer las cosas en un orden determinado (ejm. experimenta angustia intensa cuando los objetos están desordenados o asimétricos), impulsos agresivos u horrendos (ejm. herir al propio hijo o gritar una obscenidad en la iglesia) e imaginaciones sexuales (ejm. una imagen pornográfica recurrente). Los ppensamientos, impulsos o imágenes no son simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real (ejm. inquietudes normales de la vida como el dinero, trabajo o estudios) y es improbable que estén relacionados con problemas reales.
El individuo con obsesiones generalmente trata de ignorar, suprimir cada pensamiento o impulso o de neutralizarlos con otro pensamiento o acción (una compulsión). Por ejemplo, el sujeto lleno de dudas acerca de si ha cerrado el gas intenta neutralizaras comprobando repetidamente para asegurarse de que está apagado.
Las COMPULSIONES son conductas repetitivas (lavarse las manos, ordenar, comprobar algo) o actos mentales (rezar, contar, repetir palabras en silencio) cuyo objetivo es el de evitar o reducir la ansiedad o la angustia, en vez del de dar placer o gratificación. En la mayoría de los casos, la persona se siente conducida a realizar la compulsión para reducir la ansiedad que a compña a una obsesión o para evitar una situación desagradable. Por ejemplo, los individuos con loa obsesión de contaminarse, pueden reducir su angustia mental lavándose las manos hasta dejarlas en carne viva; la angustia de las personas con la obsesión de haberse dejado la puerta sin cerrar, puede conducirles a comprobar el cerrojo cada pocos minutos; la angustia por pensamientos blasfémicos no deseados puede encontrar alivio contando desde 10 hacia atrás y hacia adelante 100 veces por cada pensamiento. En algunos casos, los individuos realizan actos rígidos o estereotipados de acuerdo con unas complejas reglas de idiosincrasia sin ser capaces de indicar por qué las están haciendo. Por definición, las compulsiones son o claramente excesivas o no están conectadas de una forma realista con aquello para lo que tendrían que prevenir o neutralizar. La compulsiones más frecuentes incluyen lavarse y limpiar, contar, comprobar, preguntar o pedir conformación, repetir actos y ordenar.
Por definición, los adultos con Trastornos Obsesivos Compulsivos, han reconocido en algún momento que las obsesiones o compulsiones son excesivas e irracionales. Este requisito no se aplica a los niños, ya que ellos pueden carecer del conocimiento suficiente para emitir este juicio. Sin embargo, incluso los adultos tienen un gran margen de perspicacia hacia la irracionalidad de las obsesiones o compulsiones. Algunos individuos están dudosos acerca de la racionalidad de sus obsesiones o compulsiones, y esa intuición del individuo puede variar según las situaciones y el tiempo. Por ejemplo, el sujeto puede reconocer como irracional una compulsión de contaminación cuando es discutida en una situación a salvo (como en la consulta del psicólogo), pero no cuando cuando debe manipular dinero. En aquellas situaciones en las que el individuo reconoce que las obsesiones y compulsiones son irracionales, él o ella puede desear o intentar resistirse a ellas. cuando intenta resistirse a una compulsión, el sujeto puede experimentar una sensación de creciente ansiedad o tensión que es a menudo aliviada rindiéndose a la compulsión. Durante el trastorno, tras repetidos intentos de resistir las obsesiones o compulsiones, el individuo puede ceder a ellas, no mucho después de experimentar el deseo de resistirlas, y puede incorporarlas a sus rutinas cotidianas.
Las obsesiones y compulsiones pueden causar una gran angustia, pueden llevar mucho tiempo (costar más de una hora al día), o interferir significativamente en la rutina normal del individuo, en su labor ocupacional, actividades sociales o en sus relaciones de amistad con otros. Las obsesiones o compulsiones pueden sustituir conductas útiles y satisfactorias y pueden ser altamente desorganizadas por actos globales. Debido a que intrusiones obsesivas pueden distraer, frecuentemente resultan ineficientes para realizar tareas cognitivas que requieren concentración, como puede ser leer o realizar operaciones numéricas. Además, algunos individuos evitan aquellos objetos o situaciones que les provocan obsesiones o compulsiones. Cada restricción  puede generalizarse y restringir severamente el funcionamiento global.
 

viernes, 23 de noviembre de 2012

Calidad de Vida Perspectiva Individual


"La felicidad es un pájaro azul que una tarde
se nos posó en la palma caliente de la mano,
y nos dejó como la huella de un paraíso perdido
que nunca nadie alcanzó y con el que todos,
en algún momento, dormidos
o en estado de vigilia, soñamos"





El presente documento pretende ahondar en la temática de calidad de vida poniendo énfasis en el carácter subjetivo del concepto, es decir, la importancia de las diferencias personales que se encuentran influidas directamente por la cultura, la historia, la temporalidad. En otras palabras, las variables del entorno que repercuten en nuestra espiritualidad.
Para lograr lo mencionado, se ha realizado un análisis teórico de los planteamientos de diversos investigadores/as con el fin de hacer una integración del concepto de calidad de vida siempre considerado desde el punto de vista de la subjetividad.

A lo largo de la historia distintos grupos de pensadores y pensadoras (filósofos/as, científicos/as, etc), han tenido en sus discursos y estudios muy presente la inquietud de saber y de explicar el estado de felicidad. Al terminar el siglo pasado y a comienzo de éste, se abrió paso a los estudios acerca de Calidad de Vida, concepto que se define muy bien como "bienestar subjetivo".
Desarrollo
Para comenzar a abordar el tema de calidad de vida, se quisiera recalcar la importancia que tiene el carácter subjetivo de éste. Y para ello nos basaremos en la siguiente definición de subjetivo: "Perteneciente o relativo al sujeto, considerado en oposición al mundo externo. Relativo a nuestro modo de pensar o de sentir, y no al objeto en sí mismo".
En las personas, la forma de sentir o pensar acerca de algo esta influido directamente por los factores del entorno, en especial, la cultura. De esta manera, si se gratifica el proceso, las personas (definidas como seres sociales) se transforman en la intersección de éstos factores, es decir, "nosotros, los seres humanos operamos en nuestra vida en muchos y diferentes dominios de realidad, los cuales como diferentes redes de conversaciones y explicaciones se intersectan en nuestros cuerpos. En otras palabras, el ego es un modo dinámico en un espacio multidimensional de identidades humanas, y el yo – el humano individual – es la corporalidad que realiza la intersección de las redes de conversaciones que constituyen el ego". Si se le da otra lectura a éste planteamiento, se puede decir que sostiene que los seres humanos poseen encapsulada cierta forma de sentir y pensar (nuestra subjetividad), es decir, el propio vivenciar subjetivo se ve limitado por la cultura en la que se está inserto, de esta manera, si una mujer Africana está a punto de contraer matrimonio no va a sentir y pensar lo mismo acerca del matrimonio que una mujer Chilena que esté en la misma situación, simplemente porque son dos personas distintas que se construyeron en lugares distintos, con características distintas, con representaciones sociales distintas y rituales distintos de matrimonio.
De acuerdo a lo anterior, si se está determinado por la cultura en la que se esté inserto, podría pensarse que la calidad de vida se daría igual para las distintas culturas y entonces pudiera definirse el concepto abordando los distintos factores de cada cultura, pero no basta con eso. Hay un espacio en el medio de las intersecciones de factores que influyen en el accionar como la tan mencionada cultura, la historia personal, la ubicación sociocultural y geográfica en donde se nace, etc. y ese espacio es lo que le da a cada persona su manera de sentir la vida, sus expectativas, sus metas, sus deseos, su sentido de vida, etc y que se relaciona directamente con la libertad (siempre entendiéndola como limitada por los factores del entorno). "La libertad, rectamente comprendida es un cumplimiento por la persona de la ordenada secuencia de eventos de su vida. La persona libre se mueve voluntaria, libre y responsablemente para desempeñar su importante papel en un mundo cuyos eventos determinados pasan por él y por su elección y voluntad espontánea" . Es ésta libertad la que diferencia el ser de cada persona, ese espacio que queda en el corazón y que está intersectado por muchos factores es lo que hace elegir cosas distintas, en otras palabras es la subjetividad propia.
Desde esta perspectiva, no se puede hablar de calidad de vida sin considerar las diferencias individuales, sin considerar la importancia de lo subjetivo que rodea a ésta y lo más importante sin olvidar que se está hablando de la felicidad de las personas.
Como se mencionó anteriormente, muchas personas han intentado teorizar acerca del concepto de calidad de vida, y la forma en que las personas la alcanzarían. Estas teorías, por lo general, se encuentran sesgadas por la visión o enfoque al que se encuentra adscrito quien la plantea, por lo tanto, presentan limitaciones en sus conceptos. En este sentido, es interesante preguntarse qué tanto tienen en consideración la subjetividad, las diferencias personales y la espiritualidad (tales como las vivencias, experiencias, estilos de crianza, lugar de nacimiento, entre otros) al momento de definir el concepto de calidad de vida y bienestar subjetivo. Estos factores cumplen un rol fundamental en lo que la persona va a entender o va a buscar para su bienestar subjetivo o calidad de vida y cómo enfrentarán las adversidades.
Si bien en el último tiempo se ha avanzado hacia una concepción post material en lo que se refiere a las formas en que las personas obtendrían bienestar subjetivo, aún se manejan teorías que no abordan los aspectos más espirituales y subjetivos por medio de las cuales se comprende el mundo y se construye la realidad.
Es comprensible que cuando se trata de organismos que desean implantar políticas o mediciones de calidad de vida dentro de alguna población (por ejemplo, la OMS), sea necesario operacionalizar el concepto en elementos más "objetivos" u observables y que se hace más difícil abocarse a elementos más individuales o subjetivos. En este sentido, Wilson ha sido acertado en lo que se refiere al planteamiento de necesidades centrales dentro de las diferentes culturas, como por ejemplo la alimentación, las que podrían utilizarse en este sentido. Pero también cada persona encontrará la forma de utilizar los satisfactores y de suplir sus necesidades.
Observando las teorías que existen sobre calidad de vida, Diener ha sido uno de los que más ha considerado los aspectos subjetivos y personales dentro de sus planteamientos. Algunos de los aspectos que ha tomado en cuenta se encuentran la cultura, la separación de aspectos cognitivos y afectivos y deja el espacio para una evaluación personal dentro de su concepción de calidad de vida. En cuanto a las teorías planteadas por Diener, las que se conocen como "arriba – abajo" y "abajo – arriba", se consideras rescatable -desde la postura de las autoras del artículo- el espacio que deja abierto para considerar una reflexión y lectura propia de la persona sobre las situaciones, podría entonces considerarlas como satisfactorias o insatisfactorias de acuerdo a su valoración subjetiva. Desde este punto de vista, para las personas no es la situación en sí misma la que provocaría satisfacción, sino la evaluación personal de ésta. En otro ámbito pero dentro de estas mismas teorías, de la que se conoce como "abajo – arriba" se considera rescatable la referencia a las pequeñas felicidades que se pueden experimentar a diario, la conciencia de que se puede ser felices en todo momento y no ver la felicidad sólo como una meta a largo plazo
Otra teoría planteada por Diener que considera aspectos subjetivos y personales es la que se conoce como teoría teleológica o finalista. Esta que reconoce el bienestar subjetivo como posible de alcanzar por medio del establecimiento, acercamiento y cumplimiento de las propias metas. Dentro de esta teoría Diener presenta entre los factores relevantes al contexto o cultura. En esta consideración es posible apreciar un acercamiento a lo subjetivo y las diferencias personales dentro del concepto calidad de vida. Al plantear que no todas las metas producirán bienestar subjetivo, Diener está considerando la acción de la propia persona en la consecución de éste, ya que no sería la meta en sí la que haría que la persona lo alcanzara, sino la elaboración de las propias capacidades, de las posibilidades de alcanzar las metas, de la valoración de la sociedad, etc.
En las sociedades actuales existe una tendencia a sentir temor a vivir el día a día, a mirar hacia delante y no ver nada. Al plantear metas se hace real el futuro, lo que permite, de alguna forma apaciguar la ansiedad que ello produce, mejorando la calidad de vida y obteniendo bienestar subjetivo.
Dentro de las teorías cognitivas, es la de comparación social la que mejor plantea aspectos subjetivos en el concepto de calidad de vida. Esta teoría es bastante real, en el sentido que dentro de las sociedades la comparación existe en la mayoría de los ámbitos. En cuanto a la subjetividad, se plantea que la comprensión de comparación es parte de las elaboraciones de la persona; la forma en que construye el mundo le va a dar a entender las pautas por las cuales debe recibir la información que le entregan las demás personas; de acuerdo a la imagen que tenga de sí misma va a compararse con realidades "mejores" o "peores". Todo esto dependerá de la propia concepción de su realidad, de su vida personal, de sus vivencias, etc. Por último, es necesario una observación de la propia vida y de la propia realidad para llegar a una conclusión luego de hacer una comparación con otras personas o grupos, lo cual es parte de un proceso evidentemente subjetivo, ya sea cognitivo o emocional. A partir de esto, de las comparaciones, la persona considerará el propio bienestar subjetivo o calidad de vida.
Esta teoría plantea también la imposibilidad de que la persona logre bienestar subjetivo si sus cercanos significativos no lo poseen o no se encuentran bien. En esto se encuentran involucrados factores emocionales, por lo tanto, subjetivos.
En cuanto a las teorías que no consideran la subjetividad dentro de sus planteamientos, se cree que la teoría de la actividad es una de ellas, ya que es demasiado amplia en su concepción, en el sentido que no especifica qué se entenderá por actividad, o si existe elaboración por parte de la persona al momento de realizar la actividad. Es posible deducir que sería la actividad por sí misma la que otorgaría bienestar subjetivo, sólo realizándola se obtendría. En base a esto se considera que es bastante reduccionista y deja de lado elementos relevantes al momento de hablar de personas que se encuentran insertas en una sociedad, entre éstos, los factores personales, las diferentes concepciones de actividad, las historias de cada persona, es decir, los componentes que conforman la subjetividad de la persona.
Siempre desde el eje de la subjetividad, el hecho de entender conceptualmente "calidad de vida", se requiere comprender que, al concebirse: "vida" se hace referencia a una forma de existencia superior a lo físico únicamente puesto que se debería considerar el ámbito de relaciones sociales del individuo, sus posibilidades de acceso a los bienes culturales, su entorno ecológico-ambiental, los riesgos a que se encuentra sometida su salud física y psíquica, entre otros elementos; en otras palabras, además de sus nexos con los demás en la esfera social y comunitaria, trasciende a su individualidad. Pues bien, por lo tanto, "Calidad de Vida es un concepto relativo que depende de cada grupo social y de lo que éste defina como su situación ideal de bienestar por su acceso a un conjunto de bienes y servicios, así como al ejercicio de sus derechos y al respeto de sus valores"; es así como cada grupo social identifica las tendencias en materia de bienestar, por ello se hace preciso diferenciar los diversos modos de vida, aspiraciones e ideales, éticas e idiosincrasias de los conjuntos sociales, para distinguir los diferentes eslabones y magnitudes, pudiendo así dimensionar mejor las respectivas variaciones entre unos y otros sectores de la comunidad, por citar un ejemplo, en el caso de las sociedades que ya han resuelto sus necesidades básicas, en términos de bienes y servicios, sus objetivos de bienestar se orientan más hacia la realización personal familiar y profesional del grupo social, es decir, dada la existencia de sociedades más desarrolladas que otras, los estándares de bienestar son diferentes y así las definiciones de calidad de vida. Y tal como plantea Blanco (1988) Los valores, apetencias e idearios varían notoriamente en el tiempo y al interior de las esferas y estratos que conforman las estructuras sociales. La calidad de vida estaría además construida histórica y culturalmente con valores sujetos a las variables de tiempo, espacio e imaginarios, con los particulares grados y alcances de desarrollo de cada época y sociedad, y su consecuente forma particular de mirar el mundo: Subjetividad. Explicado de otra manera, sería utópico aspirar a la unificación de un único criterio de calidad de vida.
Desde lo anterior, el concepto calidad de vida es considerado como subjetivo y que a través de todo el mundo la calidad de vida varía en la cultura en la cual se enmarque, en el espacio y en el tiempo. Gallopin (1980), menciona que precisamente el punto central depende de la situación, y que el conjunto de las variables ambientales más pertinentes puede y debe ser diferente en diversos contextos. Lo que en un medio ambiente determinado es positivo o negativo, dentro de ciertos limites extremos inferiores y superiores, puede cambiar mucho según las distintas situaciones y, salvo en el caso de variables como las que influyen en la salud humana (que es una tendencia objetiva de la calidad de la vida), resulta casi imposible ordenar la calidad del medio ambiente sobre una base universal.
No obstante, existen tendencias -por así llamarlos- que se consideran como básicas para poder evaluar una vida como poseedora de calidad o bien tendencias objetivas, estas son fundamentalmente la satisfacción de las necesidades básicas tal y como lo planteó Maslow, y ello queda en evidencia si se le pregunta a una persona qué es calidad de vida, muchos lo relacionan con el acceso a un trabajo digno y bien remunerado que les permita acceder a bienes y servicios básicos como vivienda, educación, salud y nutrición, servicios públicos, movilidad vial, recreación, seguridad, entre muchos otros.
La evaluación del concepto presenta una situación parecida. Para algunos autores los enfoques de investigación de este concepto son variados, pero podrían englobarse en dos tipos: Enfoques cuantitativos, cuyo propósito es operacionalizar la Calidad de Vida. Para ello, han estudiado diferentes tendencias: Sociales (se refieren a condiciones externas relacionadas con el entorno como la salud, el bienestar social, la amistad, el estándar de vida, la educación, la seguridad pública, el ocio, el vecindario, la vivienda, etc); Psicológicos (miden las reacciones subjetivas del individuo a la presencia o ausencia de determinadas experiencias vitales); y Ecológicos (miden el ajuste entre los recursos del sujeto y las demandas del ambiente) y, Enfoques cualitativos que adoptan una postura de escucha y atención a la persona mientras relata sus experiencias, desafíos y problemas y cómo los servicios sociales pueden apoyarles eficazmente.
Conclusión
A lo largo del tiempo, el concepto de Calidad de Vida ha sido definido como la calidad de las condiciones de vida de una persona, como la satisfacción experimentada por la persona con dichas condiciones vitales, como la combinación de componentes objetivos y subjetivos, es decir, Calidad de Vida definida como la calidad de las condiciones de vida de una persona junto a la satisfacción que ésta experimenta, y, por último, como la combinación de las condiciones de vida y la satisfacción personal ponderadas por la escala de valores, aspiraciones y expectativas personales, no obstante, se estarían omitiendo aspectos que intervienen directamente con la forma de interpretar o no las situaciones como positivas o no, es decir, aspectos que influyen la escala de valores y las expectativas de la personas: la cultura.
Adicionando a las concepciones anteriores el aspecto cultural, se propone el siguiente modelo de calidad de vida (ver figura 1): considerando a priori que ya existe cobertura de ciertas necesidades básicas para la sobre vivencia del ser humano, ya que si ellas no se encuentran cubiertas no puede ascenderse o construir. Pues bien, Se concibe al ser humano inmerso dentro de sociedad enmarcada en un lugar determinado (físico e histórico) y una cultura que ha adquirido mediante socialización; ambos elementos regulan e incluso limitan -si bien no de forma terminante- las concepciones de mundo del sujeto. Desde esta arista, el sujeto se ubica para evaluar más o menos conciente lo que le acontece y, sin duda, no es sencillo, puesto que aquel proceso se encuentra mediado por una cantidad de factores anexos a los globales antes mencionados, por nombrar algunos: el nivel evolutivo, la comparación con otros, su historia personal, el momento actual, las expectativas futuras, etc. Todo ello se conjuga y permiten que el sujeto a cada momento de la vida, la conciba de cierta forma, y la vivencie acorde a dicha evaluación. Por último, si bien se ha planteado calidad de vida desde una evaluación mediada por una multiplicidad de factores, no podemos obviar las características personales, el estado que se adiciona al resto de los factores antes mencionados complejizando más aun este proceso, desde aquí recatamos la subjetividad, esta forma de concebir el mundo tan particular como humanos existen en la Tierra, que a la vez está mediada por el proceso de socialización y la cultura en la cual se desenvuelve y lo 

domingo, 11 de noviembre de 2012

LAS ACTITUDES



Las actitudes son las predisposiciones a responder de una determinada manera con reacciones favorables o desfavorables hacia algo. Las integran las opiniones o creencias, los sentimientos y las conductas, factores que a su vez se interrelacionan entre sí. Las opiniones son ideas que uno posee sobre un tema y no tienen por que sustentarse en una información objetiva. Por su parte, los sentimientos son reacciones emocionales que se presentan ante un objeto, sujeto o grupo social. Finalmente, las conductas son tendencias a comportarse según opiniones o sentimientos propios. Las actitudes orientan los actos si las influencias externas sobre lo que se dice o hace tienen una mínima incidencia. También los orientan si la actitud tiene una relación específica con la conducta, a pesar de lo cual la evidencia confirma que, a veces, el proceso acostumbra a ser inverso y los actos no se corresponden, se experimenta una tensión en la que se denomina disonancia cognitiva.
NATURALEZA DE LAS ACTITUDES Y SUS COMPONENTES

  • Es posible que en una actitud haya más cantidad de un componente que de otro. Algunas actitudes están cargadas de componentes afectivos y no requieren más acción que la expresión de los sentimientos. Algunos psicólogos afirman que las actitudes sociales se caracterizan por la compatibilidad en respuesta a los objetos sociales. Esta compatibilidad facilita la formación de valores que utilizamos al determinar que clase de acción debemos emprender cuando nos enfrentamos a cualquier situación posible.
  • Existen tres tipos de componentes en las actitudes y son: componente cognitivo, componente afectivo y componente conductual.

  • · Componente cognitivo: es el conjunto de datos e información que el sujeto sabe acerca del objeto del cual toma su actitud. Un conocimiento detallado del objeto favorece la asociación al objeto.
    · Componentes afectivos: son las sensaciones y sentimientos que dicho objeto produce en el sujeto.
    El sujeto puede experimentar distintas experiencias con el objeto estos pueden ser positivos o negativos.
    · Componente conductual: son las intenciones, disposiciones o tendencias hacia un objeto, es cuando surge una verdadera asociación entre objeto y sujeto.

  • Las actitudes tienen mucho interés para los psicólogos porque desempeñan un papel muy importante en la dirección y canalización de la conducta social.
  • Las actitudes no son innatas, sino que se forman a lo largo de la vida. Éstas no son directamente observables, así que han de ser inferidas a partir de la conducta verbal o no verbal del sujeto.

  • FORMACIÓN DE LAS ACTITUDES
    · Se pueden distinguir dos tipos de teorías sobre la formación de las actitudes, estas son: la teoría del aprendizaje y la teoría de la consistencia cognitiva.
    • Teoría del aprendizaje: esta teoría se basa en que al aprender recibimos nuevos conocimientos de los cuales intentamos desarrollar unas ideas, unos sentimientos, y unas conductas asociadas a estos aprendizajes. El aprendizaje de estas actitudes puede ser reforzado mediante experiencias agradables.
    • Teoría de la consistencia cognitiva: esta teoría se basa o consiste en el aprendizaje de nuevas actitudes relacionando la nueva información con alguna otra información que ya se conocía, así tratamos de desarrollar ideas o actitudes compatibles entre sí.
    • Teoría de la disonancia cognitiva: esta teoría se creó en 1962 por Leon Festinger, consiste en hacernos creer a nosotros mismos y a nuestro conocimiento que algo no nos perjudica pero sabiendo en realidad lo que nos puede pasar si se siguiese manteniendo esta actitud, tras haber realizado una prueba y fracasar en el intento. Esto nos puede provocar un conflicto, porque tomamos dos actitudes incompatibles entre sí que nosotros mismos intentamos evitar de manera refleja. Esto nos impulsa a construir nuevas actitudes o a cambiar las actitudes ya existentes.
    EJEMPLOS DE CADA TEORÍA
    Teoría del aprendizaje: al aprender nuevos conocimientos sobre la sexualidad, se intenta recoger toda la información posible para poder realizar un cambio en nuestra conducta, partiendo de la nueva información adquirida.
    Teoría de la consistencia cognitiva: al estudiar algo nuevo, intentamos memorizarlo mediante la relación de lo que vamos a aprender con lo que ya sabemos, esto nos llevará a que a la hora de acordarte de lo nuevo memorizado te será más fácil recordarlo.
    Teoría de la disonancia cognitiva: normalmente las personas que consumen drogas tienen constancia de lo que se hacen a ellos mismos pero sin embargo las siguen consumiendo, debido a que se hacen creer que el placer que les produce tomarlas compensa lo que en un futuro les ocurrirá.
    ESTEREOTÍPOS, PREJUICIOS Y DISCRIMINACIÓN
    El estereotipo es una concepción simple y muy común la cual es aceptada por un grupo o sociedad a una persona determinada sea de diferente estructura social o determinado programa social.
    El estereotipo cumple una función que se adapta perfectamente, es ordenada y simplifica la información que necesita el sujeto para poder reaccionar con una mayor rapidez.
    Los prejuicios son unos sentimientos negativos o positivos, normalmente se forman por creencias o pensamientos estereotipados. Estos sentimientos se dan a conocer de forma simpática o antipática ante unos individuos, razas, grupos, nacionalidades o ideas, pautas e instituciones.
    Muchas veces los prejuicios nos hacen ser hostiles o favorables con un conjunto de personas o una sola, a veces somos discriminatorios o muy acogedores, esto es muchas veces según como es la persona según su condición racial, económica, religiosa... A este comportamiento se le denomina discriminación.
    ACTITUDES Y CONDUCTAS
    A una persona de la cual, conocemos cuáles son sus actitudes no podemos predecir cual va a ser su conducta. Son muy pocos los casos en los que podemos establecer relaciones entre actitudes y conducta. Para poder llegar a prever una conducta, tenemos que conocer muy profundamente unas actitudes muy específicas.
    Normalmente lo que la gente dice sobre sus propias actitudes suele ser mentira y esto sucede porque no conocemos casi ninguna de nuestras actitudes respecto a los objetos. Y no conocemos estas actitudes hasta que tenemos que actuar frente a un objeto. Con esto se deja aún más claro que las actitudes no influyen tanto en la conducta, es más, a veces, incluso son las conductas las que determinan las actitudes.
    Esta relación entre conducta y actitud está sometida a numerosas influencias.
    EL CAMBIO DE LAS ACTITUDES
    Por el contrario de lo dicho anteriormente las actitudes si que influyen en la conducta social. Por eso quienes intentan cambiar las conductas de las personas se centran en cambiar las actitudes. Hay muchos ejemplos de esto: los padres que intentan influir en la conducta de los hijos, los maestros que intentan influir en los alumnos, etc.
    Varios psicólogos defienden que hay dos formas de cambiar las actitudes: la forma de la naturaleza cognitiva y la de la naturaleza afectiva.
    · Naturaleza cognitiva: se utiliza en las personas motivadas y que saben bien que desean. Esta es una forma muy útil y se llega a producir este cambio de actitudes esta nueva actitud durará mucho tiempo.
    · Naturaleza afectiva: esta forma de cambio no es tan clara como la cognitiva, sino que intenta producir un cambio mediante claves. Si se llega a producir este cambio, es un cambio temporal y no perdurará durante mucho tiempo.

    Conferencia Emilio Duro Creciendo Felices. Tu Calidad de Vida.

    Aprovecha lo que tienes

    Cuánto tienes a tu alcance para hacer algo no es ni por asomo tan importante como lo que decidas hacer con ello. Muchísima gente que se volv...