miércoles, 13 de julio de 2022

Una cosa es estar vivo y otra muy distinta vivir la vida.






                                                         




Una cosa es estar vivo y otra muy distinta vivir la vida.

Y es que todas las personas que habitamos la tierra estamos vivas pero, sin embargo, muy pocos somos los que vivimos de verdad.

¿Sabes a qué me refiero?

La mayoría de la gente tan sólo se dedica a transitar por la vida y a agotar el tiempo que le ha sido regalado, haciendo lo mismo día tras día de forma automática, sin detenerse por un instante siquiera a pensar qué es lo que desea lograr y a dónde quiere ir. Es decir, está viva pero no vive.

Entonces, ¿qué es vivir la vida?

- Vivir la vida es tomar conciencia de la gran suerte que tenemos por el simple hecho de estar vivos.

- Vivir la vida es levantarse cada día con el objetivo de aprovechar al máximo cada segundo compartiéndolo con aquellas personas que más nos importan y dedicándolo a lograr lo que deseamos.

- Vivir la vida no es sólo repirar sino que implica soñar y además perseguir nuestros sueños.

- Vivir la vida es tener metas y propósitos que la den sentido.

- Vivir la vida es intentarlo, caerse y levantarse para volver a intentarlo. Así hasta conseguirlo.

- Vivir la vida es esforzarse sin rendirse.

- Vivir la vida es querer ser feliz.

Y tú, ¿vives la vida o simplemente estás vivo?

“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.” Oscar Wilde.

martes, 12 de julio de 2022

Hagamos la diferencia..............









                                                    


Es muy fácil encerrarnos en nuestra propia vida y dejar que el “yo, yo, yo” se apodere de nosotros. Estamos tan atrapados en nuestras propias vidas, que olvidamos que hay otros menos afortunados que nosotros. Y con la vida tan agitada que llevamos, parece que no podemos detenernos a hacer algo por los demás. 
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo bueno por alguien, sin esperar nada a cambio? ¿Cómo te sentiste? ¡Te apuesto que te sentiste muy bien! Date la oportunidad de sentirte así más a menudo. Es tiempo de que trabajemos juntos, que unamos nuestras fuerzas y hagamos una diferencia en el mundo. “Si no eres tú, ¿entonces quien? Si no es ahora, ¿entonces cuando? Se parte de la solución, no parte del problema. ¡Esto hace una diferencia enorme! ¡Elevemos nuestra conciencia, convirtiéndonos así en la diferencia que queremos ver en el mundo!
 
¿De qué manera podemos realmente hacer una diferencia en el mundo? Considera lo siguiente:

Recuerda que tú tienes un propósito único en la vida que tienes que descubrir.
Cree que puedes hacer la diferencia.
Reconoce que todo lo que haces cuenta, cada paso que das, cada palabra que dices, o que no dices. Nada es trivial. No hay cosas pequeñas. Todo importa.
Para ser el cambio que quieres ver en el mundo, sólo tienes que estar comprometido(a).
Toma responsabilidad de tu persona y de tus circunstancias.
Nunca digas: “No es mi trabajo” , o “¿Qué puedo hacer si solo soy una persona?”
No te preocupes por cómo lograrlo. Si tienes claridad en lo que quieres cambiar y por qué lo quieres cambiar, se dará.
No esperes a que todo esté en orden para comenzar. Las circunstancias casi nunca serán perfectas. Haz lo que puedas con lo que tienes y en donde estás.
El comienzo del cambio es tomar consciencia. No podemos cambiar algo que no reconocemos. Al hacernos más conscientes, comenzamos el proceso de cambio.
Para que las cosas cambien, tú debes cambiar primero. No podemos cambiar a los demás, sólo nos podemos cambiar a nosotros mismos. Sin embargo, cuando cambiamos nosotros, todo cambia. Y al hacerlo, realmente podemos cambiar el mundo.
Las personas a veces no recuerdan exactamente lo que hiciste por ellas, o lo que les dijiste, pero siempre recuerdan cómo los hiciste sentir.
Todos los cambios significativos a través de la historia, no han sido causados por los gobiernos o los ejércitos. Sucedieron como resultado del valor y el compromiso de los individuos.
“Seamos la diferencia que queremos ver en el mundo” 

Mahatma Gandhi

domingo, 10 de julio de 2022

DECÁLOGO DE LA FELICIDAD





                                                




NO HAY fórmulas milagrosas ni varitas mágicas. Para ser feliz hay que pensar, sentir y actuar de acuerdo a los valores que cada uno considera primordiales. Unos preferirán la ética, otros la religión o el amor. Lo esencial es no dar el brazo a torcer.

1. No cambies. No hace falta tratar de transformarse en la persona que nunca se ha sido. Lo más acertado es observarse detenidamente a uno mismo y, con ayuda de lápiz y papel, separar las razones que añaden y restan felicidad. Al reflexionar, igual resulta que el novio de la niña o la hipoteca tampoco son motivo auténtico de desilusión.

2. Serenidad ante todo. No hay que dejarse desbordar por un revés, aunque parezca que se hunde el mundo. Debe afrontarlo con la mayor serenidad del mundo. No es cuestión de cerrarse a las emociones que provocan los conflictos pero sí de mantenerlas bajo control. Un buen ejercicio consiste en rememorar aquel suceso que hace tres años nos pareció tan catastrófico y que hoy es parte del anecdotario personal. Él lama Zopa Rimpoché es de los que creen que los problemas se pueden transformar en felicidad.

3. Ojo con los puntos ciegos El teórico Daniel Goleman no ha podido buscar un calificativo más acertado para definir esas mentiras que cada persona se cuenta a sí misma para obviar todos aquellos sucesos que pueden desmontar toda una estructura vital. Entre las parejas, en la vida cotidiana, y hasta en las altas esferas políticas, los puntos ciegos existen como un trueque del subconsciente. A veces, correr un tupido velo demasiadas veces al día puede desembocar en patologías. Las mentiras vitales, como las definía Ibsen, hay que administrarlas con cuentagotas.

4.Vivir el presente. Parece obvio, pero hay quien se pasea por la vida como un zombi. Unos anhelan ese momento en que se sentían de verdad felices y radiantes. Tan enfrascados están en aquello que ya no existe que se vuelven incapaces de saborear el día a día. No es que ahora su vida sea más aburrida, es que ellos se han negado a disfrutarla. La misma ineptitud para abrazar la felicidad aqueja a los que fantasean con que el futuro les proveerá de todo lo que desean.

5.Introducir novedades Por pequeñas que sean siempre son bien recibidas. "La imaginación y el espíritu contienen posibilidades ilimitadas para hacer la vida más interesante y agradable", explica Serafín Ruiz, autor de "El arte de ser feliz". Un baño nocturno en el mar, una tarde para uno solo, una pequeña escapada al campo o la ciudad, una cena especial, enseñar a los críos los juegos de la infancia... Sólo hay que pensar un poco para sorprender a los demás. Incluso a uno mismo.

6.Permitir las emociones Es lo que aconseja Elena Gismera, psicóloga social. El dolor, la ira, la tristeza, la soledad o el desánimo son emociones que forman parte de la vida diaria. Cuando se glorifica la infelicidad y uno se recrea en ella, puede parecer que existe una confabulación global contra uno mismo. Hay que encajar el dolor y permitir que fluya para poder ser felices. Sentirlo, para desprenderse de él.

7.Amor. Es un sentimiento que asegura la felicidad cuando es auténtico. No hay estado que genere tanta efervescencia y complicidad. Claro que en muchas ocasiones se interpretan como amor los celos enfermizos, el egoísmo y la necesidad patológica de poseer a la otra persona. Esos amores posesivos y destructivos lo mejor es desterrarlos para siempre. Quien bien te quiere no tiene por qué hacerte llorar.


8.Acción. No es cuestión de calzarse las deportivas y el chándal e ir haciendo "footing" de un lado para otro, pero la actividad es básica para sentirse bien. Levantarse por la mañana y no tener nada más que hacer que sentarse frente al televisor es bastante desalentador para lograr la felicidad. Aunque se esté en paro, siempre es posible asistir a cursos del Inem, aprovechar para poner en práctica eso que siempre soñó realizar o colaborar con alguna asociación de voluntariado. Además de sentirse útil, se crean nuevas amistades.

9.OPtimismo. Formar un tándem con la frustración es lo más adecuado para minar la salud y las relaciones con los demás. Ya desde niños hay que saber aceptar que las cosas no siempre son como uno desea. Los adultos que se revuelven, amargan y programan venganza cuando ascienden a otro compañero en el trabajo o cuando su pareja no les dedica todo el tiempo del mundo, merecerían llevar chupete en lugar de carné de identidad.

10.Naturalidad. Fuera corsés y falsas poses. No hay que avergonzarse de uno mismo, que para algo está la autoestima. Hay que estar de acuerdo con las propias convicciones. La felicidad precisa de frescura y "de cierto equilibrio. No es cuestión ni de inflar el globo artificialmente ni de pincharlo hasta que se reduzca a la nada. Es preciso responsabilizarse de nuestra vida y hacerlo sin artificios"

miércoles, 6 de julio de 2022

NECESITO DE ALGUIEN (Charles Chaplin)Dedicado a todos los que me leéis.....





                                                 








Que me mire a los ojos cuando hablo.
Que escuche mis tristezas y neurosis con
paciencia y aun cuando no comprenda,
respete mis sentimientos.

Necesito de alguien
que venga a luchar a mi lado sin ser llamado.
Alguien lo suficientemente amigo para
decirme las verdades que no quiero oir, aun sabiendo
que puedo irritarme.

Por eso, en este mundo de indiferentes,
necesito de alguien que crea
en esa cosa misteriosa, desacreditada, casi imposible:
la amistad.

Que se obstine en ser leal, simple y justo.
Que no se vaya si algún día pierdo mi oro y
no pueda ser más la sensación de la fiesta.
Necesito de un amigo que reciba con gratitud
mi auxilio, mi mano extendida,
aun cuando eso sea muy poco para sus necesidades.

No pude elegir a quienes me trajeron al mundo,
pero puedo elegir a mi amigo.
En esta búsqueda empeño mi propia alma, pues con una
amistad verdadera, la vida se torna mas simple, mas
rica y mas bella...

Charlie Chaplin

El verdadero valor de la amista







                                     


Ninguna relación puede funcionar si no aceptamos a las personas como realmente son en su vida pública. Como seres humanos tendemos a querer cambiar a los demás y hacerlos a la manera que a nosotros nos parecen que deben ser.

Es cierto que debemos ser una influencia positiva para los demás; no hay nada malo que imitemos lo bueno de ellos y que ellos, a su vez, imiten lo bueno de nosotros, pero los cambios que se realizan en una persona deben hacerse porque ella así lo desea y no por nuestro afán de cambiarla.

Hay seres humanos que no tienen amigos, porque quieren que las personas con quienes se relacionan sean perfectas, pero, hasta donde se sabe, aún no nace la persona perfecta.

Todos tenemos defectos. Muchos de nuestros defectos son productos de la herencia de nuestros padres y abuelos, la educación, el medio. Cuando una persona confía en nosotros y nos demuestra su afecto, debemos ver lo positivo que hay en ella y la oportunidad de enriquecernos aprendiendo de sus virtudes y aceptándola con sus defectos, que son muchos.

Muchas de las grandes amistades que han existido se han formado entre personas totalmente diferentes tanto en carácter como en pensamiento, y muy diferentes entre sí. El cine y la televisión, a través de su historia, han creado a los personajes de muchas de sus series basados en este simple principio.

Es importante entender que todos somos diferentes y que la verdadera amistad consiste en armonizar nuestras diferencia y apreciar más a fondo lo mejor de nuestros amigos, aceptando aquello que no es placentero, pero que forma parte de su carácter y personalidad.

La lealtad es quizás la característica, por excelencia, de una buena amistad. Algunas veces, por trabajo, estudios u otras preocupaciones, no es posible muchas veces ver a los amigos con la frecuencia que quisiéramos. Llamar a nuestros amigos por lo menos para saludarlos ó escribirles, y saber cómo están tanto de salud como por su familia, es una forma de lealtad; obviamente olvidarnos de ellos es una deslealtad de nuestra parte.

Quizás la forma clásica de demostrar lealtad hacia nuestros amigos, es impedir a toda costa que otras personas hablen mal de nuestros amigos, cuando no están presentes y no se pueden defender de ese ataque. Esto no es fácil. Es necesario armarse de valor para decirle a quien habla mal, que se detenga en ese momento, y que si tiene que decir algo de nuestro amigo ó amiga, que lo diga de frente a las personas que insultó.

También se demuestra la lealtad estando con nuestros amigos ó amigas en las buenas ó en las malas. Especialmente si están enfermas. Es más, la verdadera amistad se demuestra en los momentos de prueba, en los momentos más difíciles.

Es muy común que cuando una persona vive en la prosperidad le sobren amigos. Esto es fácilmente observable entre los artistas de cine, los deportistas famosos, y otras personas que hacen vida pública y ganan por supuesto mucho dinero. Pero, ¿qué sucede cuando se acaba el dinero? La gran mayoría de los pseudo amigos desaparecen de la faz de la tierra. En una verdadera amistad no hay interés material, el único interés que prevalece es el que se tiene por la persona misma. Interés por disfrutar juntos lo positivo de la vida; interés por crecer juntos; interés por aprender juntos; interés por disfrutar de la compañía de los amigos sin importar si son ricos ó pobres, si te pueden dar algo ó no.

Muchas personas tienen amigos sólo para su beneficio propio. El interés genuino se manifiesta en las personas, no en las cosas materiales.

Como amigos podemos sentir empatía y solidarizarnos especialmente con el sufrimiento de quienes queremos de verdad. Los verdaderos y auténticos amigos tienen la capacidad de entender y compartir los problemas, los sentimientos, las alegrías, en fin, las emociones en sí mismas, pero sin hacer juicios. Cualquier alegría es mucho más grande, cuando se comparte con alguien; cualquier tristeza es más llevadera cuando se puede descargar en un amigo ó una amiga.

La aventura de amar





                                                                    





Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni en si mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la Vida.

Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y
respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su verdad interior por si mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.

Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad
desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del privilegio de ser tu mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto...si tú quieres recibirlo".

Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder
en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de si mismo duda,
contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su
desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente.

Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin
representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé
lo que no puede o no desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el
último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan
profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.

Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de
tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras
francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuanto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus
riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar
para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su
desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus
capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.

Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios limites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus
derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.

Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tu formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y
radiantes de la humanidad, como sus lados obscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por
tanto, amar a un ser humano es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.

martes, 5 de julio de 2022

Desarrollar tu potencial



Todos tenemos una misión en la vida: perfeccionarnos y ser felices. Para alcanzar esta meta poseemos la capacidad de escoger entre muchas alternativas que nos lleven a eso que deseamos. A lo largo de toda nuestra vida no hemos dejado de elegir. Al ser los únicos en la creación con esta capacidad de elección nos sugiere que tenemos también un propósito; algo importante, fundamental y trascendente como objetivo. 

Cada uno de nosotros tiene uno o varios talentos y a cada uno le corresponde hacer una introspección para averiguar cuales son sus deseos y sus capacidades para desarrollarlas.
A lo largo de nuestra vida hemos estado aprendiendo, evolucionando, progresando y el hecho de llegar a ser adultos no detiene este proceso. 
No importa la edad siempre es posible cambiar y aprender nuevos comportamientos, manejar nuevos pensamientos y sentimientos que nos beneficien. Si crees que porque ya eres un adulto ya no tienes que aprender más ni voy a evolucionar más estás equivocado. Muchos se creen ya hechos y terminados como están. 
Estamos rodeados de todo tipo de cosas maravillosas que podemos obtener, de actividades que hacer y de novedades que aprender, lo único que necesitamos es en primer lugar estar conscientes de qué quieres lograr en la etapa de la vida en la que estás. Una vez que te das cuenta cuál es tu estado presente y sobre todo cuando notas que este estado es insuficiente para ti, entonces podrás dar el paso para un estado deseado.

Para dar ese paso al estado deseado necesitas de algún recurso. Así como si quieres ir a la playa, pues necesitarás cambiar de este estado presente de estar en la ciudad y moverte para llegar a la playa. 
El primer paso es desear ir a la playa y después buscar los recursos necesarios para lograrlo. En este caso los recursos pueden ser la organización, la manera y el momento para ir a la playa. Por supuesto que son necesarios ciertos recursos materiales para poder llegar pero también se requiere tener una motivación para lograrlo. Si la playa no te motiva, pues no moverás ni un dedo para llegar allá. Es por ello que la motivación es una parte importante del proceso para lograr tu objetivo.

Una vez que tengas la motivación podrás actuar. La acción es la última parte del proceso para llegar al estado deseado. Inconscientemente así hemos funcionado para lograr cualquier cosa. 

De ahora en adelante puedes ser más consciente de donde te encuentras y a donde quieres ir. Todo proceso conlleva algún tiempo y pasos a seguir. Sobre todo se necesita mandar los mensajes correctos a la mente para que los lleve a cabo. 

Si piensas, en el caso de querer ir a la playa, que probablemente vaya a llover, que es posible que el carro se descomponga o que es muy pesado el camino probablemente no hagas nada, ya que esos pensamientos sólo sirven para boicotear tu propósito.

Esos pensamientos te frenarán y en vez de motivarte, estarás desmotivado. Sin motivación no hay energía y te quedarás donde estás. Lo más importante es darte cuenta donde estás en este momento y cómo te sientes. ¿Estás satisfecho contigo mismo, estás contento como estás? O ¿hay algo que quieres hacer o cambiar? Quizá hablamos de ser más paciente, más organizado, más comunicativo. Con honestidad date cuenta cómo te sientes hoy.



Hay un ejercicio que puedes hacer para ayudarte con técnicas de Programación Neurolingüística (PNL) para lograr estos cambios con relativa rapidez. Es enseñarle a tu mente lo que deseas y cómo lo puedes lograr.







                                                



Te recomiendo que pongas dos papeles en el piso y que uno sea tu estado presente y el otro tu estado deseado. En el estado presente siente tu falta de paciencia u organización, o aquello que no te agrada. Ahora da un paso al estado deseado. ¿Cómo serías con más paciencia y con más organización? ¿De qué manera cambian tus sentimientos? Si te sientes mejor en tu estado deseado, regresa al estado presente. Desde ahí piensa qué necesitas para lograr ese estado deseado. Necesitas recursos, ¿cuales serían estos recursos? Por recursos nos referimos a tolerancia, comprensión, disciplina, amabilidad, flexibilidad, entre otros. 

Busca a ver cual recurso necesitas para que te ayude para trasladarte del estado presente al estado deseado. Visualiza cómo serás con tu recurso en el futuro y verifica si eso te motiva. Si te motiva y estás a gusto con esa visión de ti mismo, da el paso y métete en el estado deseado con tu recurso en mente. Vive la experiencia como si fuera hoy.

Es un esfuerzo que vale la pena. Y verás lo sencillo que es enseñarle a la mente lo que uno quiere. Este ejercicio lo puedes repetir todas las veces que quieras hasta que tu mente ceda. Toma tu tiempo para realizarlo, visualiza y medita bien las cosas para conseguir mejores efectos. Muchas veces por programas anteriores tenemos interferencias que sin darnos cuenta, nos boicotean.

Por último verifica la ecología de tu cambio. Verifica que nadie sea afectado negativamente por tu cambio. Asegúrate que el cambio que quieres hacer sea bueno para ti y bueno para las personas que te rodean.

Momentos de inspiración llamado OASIS






                                                      







Contempla con ojos radiantes el mundo que nos rodea...porque los mayores secretos se esconden
siempre donde menos se piensa. El que no cree en la magia...nunca lo encontrará.....


Quien viaja demasiado aprisa...se pierde la esencia del viaje.....

El alma se mide por la amplitud de sus deseos....del mismo modo que se juzga de antemano una catedral

por la altura de sus torres...

Siempre quise un bello sueño...y cuando llegó...me dolió que fuera un sueño.......

La razón puede advertirnos que es lo que debemos evitar...pero unicamente el corazón nos dice que

hay que hacer....

Enamorarse es por lo pronto, sentirse encantodo con algo...y algo solo puede encontrarse...si parece

perfección....

Quisiera ser pensamiento, para estar dentro de ti...y saber que es lo que sientes, cuando te acuerdas

de mi.........

Escribir poesias...es como tender al sol las mejores telas del alma......

La gente que me gusta de Mario Benedetti ( PARA TODOS LOS QUE ME LEÉIS)


















                                       



Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
 Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar. 
Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar. 
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales. 
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría. 
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe. 
Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. 
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a éstos les llamo mis amigos. 
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata. Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.

domingo, 3 de julio de 2022

TU VALES MUCHO







                                        



No minimices tu valor comparándote con otros. Son esas diferencias lo que nos hace seres especiales.

No hagas tus metas por lo que para otras personas sea importante. solo tu sabes lo que es mejor para ti.

Nunca tomes en vano las cosas cercanas a tu corazón. aférrate a ellas como te aferras a la vida pues sin ellas la vida no tiene sentido.

No permitas que tu vida se resbale por tus dedos, viviendo en el pasado o viviendo en el futuro vive tu vida un día a la vez y podrás disfrutar todos los días de tu vida.

No te rindas cuando aun tienes algo que ofrecer nada es realmente en vano hasta el momento en que tu decides dejar de intentarlo.

Es un hilo muy frágil lo que nos une a los otros. no tengas miedo de encontrar riesgos es asumiendo esos riesgos que aprendemos a vivir.

No le cierres la puerta al amor diciendo que es difícil de encontrar.

La manera mas rápida de encontrar amor es dando amor, La manera mas rápida de perder al amor es aferrándonos muy fuertes a el...

No rechaces tus sueños, sino tienes sueños no tienes esperanza, sino tienes esperanza no tienes un propósito.

No corras por la vida tan rápido que olvides, no solamente donde has estado sino hacia donde vas.

La vida no es una carrera sino una jornada para ser saboreada a cada paso que des...

sábado, 2 de julio de 2022

“No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”

















                                                 

                                                 

¿Hasta cuando? Hay un dicho popular que dice: “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”. Cuando pasamos por una pérdida que duele mucho, llega el momento de la desesperación y nos preguntamos: ¿Hasta cuándo estaré en esta intensidad emocional de duelo agudo?

La mente repasa obsesivamente el pasado. Los sentimientos son: ansiedad de separación, soledad y angustia. La ensoñación duele al evocar recuerdos bonitos que no volverán. La mente no puede entender las razones del corazón porque el sufrimiento nubla el entendimiento.

La intensidad de la conciencia de pérdida la atravesamos por el cuerpo físico en síntomas bien definidos: náuseas, palpitaciones, opresión en la garganta y el pecho, nudo en el estómago, dolores de cabeza, insomnio y fatiga. Las emociones reprimidas, que no manejamos con inteligencia emocional, se van convirtiendo en enfermedades psicosomáticas, a lo largo de la vida.

La pérdida se nota también en nuestras conductas observables: continuos cambios de humor, incoherencia al hablar, irritabilidad y tristeza, que no podemos ocultar a los demás. ¿Hasta cuándo?

Cada persona comenzará a dejar ir esta etapa, de acuerdo a su personalidad única y su carácter. Diferentes factores contribuyen tales como: crianza, auto estima alta, inteligencia emocional y espiritual que se desarrolle durante el proceso, capacidad de tomar decisiones y apoyo de personas positivas cercanas que respalden un cambio.

En gran medida, pasar a una etapa más sosegada, depende mucho de la apreciación mental que hagamos de la pérdida. Recuerdo la hija de una amiga a quien su primer novio la dejó porque era demasiado “buena”. Le ocurrió algo parecido en su segunda relación. Ella asumió que había “algo” malo en ella y tuvo que trabajar con su auto valor y auto imagen.

Hubiera sido diferente su proceso de pérdida si, desde un principio, ella internalizaba que no había nada extraño con ella. Simplemente, esos muchachos no estaban listos para el tipo de relación de pareja que ella deseaba tener. La lección fue desarrollar más confianza en ella. También aprender a escoger mejor. Tiene mucha razón Don Miguel Ruiz cuando dice en su libro: Los cuatro acuerdos: “No tomes nada personalmente”.

La conducta de otra persona y/o las situaciones externas no definen nuestro valor; mucho menos, nuestra conducta. Son nuestros apegos, dependencias, necesidades de afecto de siempre, expectativas irreales, falta de auto amor y conciencia inmadura de víctima las que nos mantienen, por demasiado tiempo, sobre reaccionando en la conciencia de pérdida.

Para cambiar a una conciencia de superación hay que aprender a reconocer la diferencia entre justificar y validar sentimientos. Justificar sentimientos es usar nuestra razón para darle validez a nuestra infelicidad presente. Buscamos en el pasado la explicación a nuestras desdichas. Cada vez que vamos al cuento, nuestra mente y nuestras emociones encontrarán las “razones” para seguir con el coraje, la desilusión y el dolor, grabados en la conciencia de pérdida.

Validar sentimientos significa que estamos bien conscientes del dolor que todavía sentimos. Precisamente, porque sabemos su impacto en la conducta total, no queremos sostenerlos en el pensamiento ni aumentarlos con evaluaciones estériles. Los validamos con aceptación para no ir más al pasado; ese ir y venir a la conciencia de pérdida agota y desanima.

Necesitamos desarrollar unas frases que nos recuerden que ya no queremos sufrir por lo mismo: “Se acabó”. Tener la creencia que sí podemos superar con auto estima cualquier situación. El poder radica en alinear mente, cuerpo y espíritu. De la relación transpersonal recibimos consuelo, fortaleza y sabiduría. Estemos dispuestas conscientemente a aprender las lecciones y enfocar la mente en metas y planes de auto cuido y auto capacitación.

No hay dolor que no traiga algo bueno; búscala en tu vida en el momento presente. ¿Te conoces más; tienes hoy más fortaleza; estás más consciente de tus necesidades de afectos; has encontrado tu propósito de vida en ayudar a otros a superarse? Recuerda nuestra herencia humana-divina es el amor y no el dolor.

Aprovecha lo que tienes

Cuánto tienes a tu alcance para hacer algo no es ni por asomo tan importante como lo que decidas hacer con ello. Muchísima gente que se volv...