Estructura de carácter» es la expresión que muchos psicoterapeutas corporales utilizan para describir determinados tipos físicos y psicológicos. Tras realizar amplias observaciones y estudios, Wilhelm Reich llegó a la conclusión de que podía encajar en cinco categorías principales a la mayoría de las personas a las que trataba. Comprobó que personas con experiencias infantiles y relaciones paternofiliales similares tenían cuerpos que también lo eran. Asimismo, comprobó que las personas con cuerpos similares tenían una dinámica psicológica básica semejante, y que dicha dinámica no sólo dependía de los tipos de relaciones paternofiliales, sino también de la edad en que el niño tuviera una experiencia vital traumática que le impulsara a bloquear sus sentimientos y, por tanto, el flujo energético, iniciando así el desarrollo de un sistema de defensaque llega a hacerse habitual. En el seno materno bloqueará o se defenderá contra una experiencia traumática de forma muy distinta acomo lo hará con un trauma experimentado en la fase oral del crecimiento, o en el período de latencia. Esto es natural, ya que el individuo y su campo son muy distintos en las diferentes fases de la vida
En esta sección ofreceré algunas descripciones básicas de cada estructura de carácter, incluyendo la etiología, las formas corporales y sus configuraciones aurales. También expondré la naturaleza del yo superior y la tarea de la vida corporal en cada estructura, hasta donde sea posible. El yo superior y la tarea vital de cada persona son únicos, aunque se puede generalizar un tanto al respecto.
El yo superior de una persona es considerado como la chispa divina, o el propio Dios, dentro de cada individuo, el lugar donde ya somos uno con Dios. Hay una chispa divina en cada célula de nuestro ser físico y espiritual que contiene esta conciencia divina interior.
La tarea vital se considera de dos formas: primero, a nivel personal, hay una tarea personal que consiste en aprender a expresar una nueva parte de la propia identidad. Las partes del alma que no se identifican con Dios ayudan a formar la encarnación específica para aprender a ser uno con el Creador y, al mismo tiempo, mantenerse individualizado. La tarea mundial es un don que introduce cada alma en la vida física para aportarloal mundo. Muchas veces es como el trabajo vital que llega en la juventud de forma natural. Un artista aporta su arte, un médico el donde curar, un músico sus melodías, una madre su capacidad para criar y su amor, etc. En otras ocasiones, la persona tiene que debatirse a través de muchos cambios de trabajo para penetrar en lo que finalmente entienda que es su trabajo vital. El poder y la claridad con que se adopte la tarea vital dependen en gran medida de que se cumpla la tarea personal del aprendizaje.
El cuerpo del individuo es la cristalización en el mundo físico de los campos energéticos que rodean a cada persona y de la cual forman parte. Estos campos energéticos contienen la tarea de cada alma. Por tanto, se puede considerar que la estructura del carácter es la cristalización de los problemas básicos o la tarea personal que un individuo ha elegido para encarnarlos y solucionarlos. El problema (tarea) se cristaliza en el cuerpoy es retenido en él, de forma que el individuo puede verlo y trabajarlo con facilidad. Estudiando la estructura de nuestro carácter en relación con nuestros cuerpos, podemos dar con la clave para la autocuración.
La dolencia básica que he encontrado en todas las personas con las que he trabajado hasta la fecha es el odio hacia sí mismas. Ésta es, en mi opinión, la enfermedad básica interna que todos sufrimos, pero la forma exacta en que se manifiesta el odio a uno mismo y la no aceptación del yo se define en las distintas estructuras de carácter. A medida que trabajamos para entender nuestra dinámica a nivel cotidiano, podemos aprender a aceptarnos a través de este proceso. Podemos vivir durante años pasando por la voluntad de Dios (el Dios interior), por la verdad y por el amor (todos ellos son pasos que nos llevan a la autorrealización), pero no habremos llegado mientras no seamos capaces de amar incondicionalmente. Esto significa que hay que empezar por el yo. ¿Podemos amarnos incondicionalmente aunque veamos nuestras propiaslimitaciones? ¿Podemos perdonarnos cuando embrollamos las cosas? ¿Podemos, después de haberlas embrollado, serenarnos y decir: «Bueno, tengo que sacar alguna enseñanza de eso, soy una mujer (hombre) de Dios, me realineo con la luz y sigo mi marcha,
cueste lo que cueste encontrar mi camino de regreso a mi Dios interior y al hogar»? Teniendo esto presente, volvamos a las estructuras de carácter a sabiendas de que probablemente nos llevará la vida
entera afrontar las profundas cuestiones relacionadas con las causas de que cada uno de nosotros constituya, en primer lugar, una clase determinada o una combinación de clases de estructura de
carácter.
En un trabajo conjunto, los doctores Al Lowan y John Pierrakos establecieron originalmente las categorías de los principales aspectos de las estructuras de carácter en los niveles físico y de personalidad.
John Pierrakos les añadió los aspectos espiritual y energético. Cambió el significado de estas
estructuras añadiendo la dimensión espiritual del ser humano a los elementos puramente biológicos y patológicos desarrollados por Reich. Parte de su trabajo consistió en relacionar la función del chakra con las estructuras de carácter. Yo llevé esta tarea algo más adelante y desarrollé las pautas aurales generales de la estructura de carácter, como se muestra en las figuras 13-5 a 13-8, y los sistemas de defensa energética que se exponen en el capítulo 12.
Las figuras 13-1, 13-2 y 13-3 son las tablas que muestran las principales características de cada estructura. Fueron compiladas en el curso de formación energética impartido por el doctor Jim Cox en 1972, y en el curso de formación energética de núcleo que dio el doctor John Pierrakos en 1975, al que asistí yo. Por mi parte, he añadido la información de mi propio trabajo.
La estructura esquizoide
La primera estructura (primera en el sentido de que se produce antes el corte más importante del flujo energético) se denomina estructura esquizoide. En este caso, la primera experiencia traumática tiene lugar antes de nacer, en el alumbramiento o bien durante los primeros días de vida. El trauma se centra en torno a alguna hostilidad recibida directamente de un progenitor, como el enfado de uno de ellos, el
hecho de que uno de los padres no quiera al niño, o un trauma producido durante el proceso de alumbramiento (por ejemplo, cuando la madre se encuentra emocionalmente desconectada de su hijo y éste se siente abandonado). El alcance de tales acontecimientos es muy diverso: una ligera
desconexión entre madre e hijo puede ser muy traumática para un niño, mientras que en otro no produce el más mínimo efecto. Esto guarda relación con la naturaleza del alma que está llegando y con la tarea que haya elegido para sí misma en esta vida.
La defensa energética natural que se emplea contra el trauma en este período de la vida consiste, simplemente, en retroceder al mundo del espíritu del que procede el alma. Tal defensa se desarrolla y se emplea para este tipo de estructura de carácter hasta que a la persona le resulta muy fácil retirarse a algún lugar «aparte», es decir, dentro del mundo del espíritu (véase la figura 12-3). Esta defensa se hace habitual y el sujeto la emplea en cualquier situación en que se sienta amenazado. Para compensar su defensa de escape, trata de mantenerse unido en el nivel de la personalidad. Su fallo básico es el miedo: miedo a no tener derecho a existir. En su interacción con los otros, sea el terapeuta o sus amigos, hablará en un lenguaje despersonalizado, en términos absolutos, y tenderá a intelectualizar. Estas experiencias sólo contribuyen a confirmar su percepción de estar separado de la vida y de no existir realmente.
Cuando se presenta para la sesión de curación, muestra su queja en forma de miedo y ansiedad enormes. En el trabajo de terapia, lo importante es que entienda que para sentir que existe debe sentir la unidad, aunque él cree que para sobrevivir debe fraccionarse. Por tanto, tiene el propósito negativo de dividirse. Esto crea el doble lazo según el cual «existir significa morir». Para resolver terapéuticamente este problema necesita reforzar los límites que definen quién es y sentir su fuerza en el mundo físico.
En el proceso terapéutico, una vez que el cliente abandona su actitud de ser un buen muchacho para el médico y empieza a trabajar, la primera capa de personalidad que encontraremos será el aspecto culpabilizador, en ocasiones denominado máscara, que dice: «Te rechazaré antes de que me rechaces». Después de trabajar en la profundización de la personalidad, las emociones básicas, conocidas como el yo inferior o el yo sombra, dirán: «Tampoco tú existes». Entonces, cuando se inicie la resolución, surgirá la parte más desarrollada de la personalidad, lo que a veces llamamos el poder superior o el yo superior de la personalidad, para decir: «Soy real».
Las personas que tienen un carácter esquizoide pueden abandonar sus cuerpos con facilidad, y lo hacen con bastante regularidad. A nivel corporal, el resultado es un cuerpo que parece una combinación de piezas que no se hallan unidas o integradas firmemente. Por lo general, estas personas son altas y delgadas, aunque en al-gunos casos pueden tener cuerpos gruesos. La tensión del cuerpo tiende a configurarse en forma de anillos que lo rodean. Las articulaciones suelen ser débiles, y el cuerpo, falto de coordinación, con las manos y los pies fríos. La persona es, por lo común, hiperactiva, y no está unida al suelo.
Figura 13-1
ASPECTOS PRINCIPALES DE CADA ESTRUCTURA DE CARÁCTER
FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD
Tiene un bloque energético en el cuello, cerca de la base del cráneo, que normalmente aparece de color azul grisáceo oscuro. Por lo general, la energía se escapa a chorros por la base del cráneo. Muchas veces se presenta una desviación en la espina dorsal a causa de la desviación habitual que experimenta el sujeto con respecto a la realidad material conforme vuela parcialmente al exterior de su cuerpo.
Sus muñecas, tobillos y pantorrillas son débiles, y por lo general su cuerpo no está conectado a la tierra. Puede que un hombro sea más grande que el otro (incluso sin jugar al tenis). Muchas veces mantiene la cabeza ladeada y su mirada es vaga, como si estuviera parcialmente ausente. De hecho lo está. Suele decirse que estas personas son «escamosas». Muchas de ellas empezaron a masturbarse en su primera infancia,
descubriendo que una forma de conectar con la fuerza vital era a través de su sexualidad. Esto les ayudaba a sentirse «vivas» cuando no podían conectar con quienes las rodeaban.
Lo que una persona de carácter esquizoide intenta evitar mediante el uso de su sistema defensivo es su terror interior, el miedo a la aniquilación. Desde luego, cuando era un bebé no podía controlar esto, ya que dependía por completo de aquellos a los que consideraba terroríficos, o de quienes se sentía totalmente abandonado en su hora más importante de necesidad: el proceso de nacimiento. Siendo lactante, el carácter esquizoide sentía la hostilidad de, por lo menos, uno de sus progenitores, las personas de las que dependía para sobrevivir. Esta experiencia puso en marcha su terror existencial.
Figura 13-2
ASPECTOS PRINCIPALES DE CADA ESTRUCTURA DE CARÁCTER
SISTEMAS FÍSICO Y ENERGÉTICO
Sus muñecas, tobillos y pantorrillas son débiles, y por lo general su cuerpo no está conectado a la tierra. Puede que un hombro sea más grande que el otro (incluso sin jugar al tenis). Muchas veces mantiene la cabeza ladeada y su mirada es vaga, como si estuviera parcialmente ausente. De hecho lo está. Suele decirse que estas personas son «escamosas». Muchas de ellas empezaron a masturbarse en su primera infancia,
descubriendo que una forma de conectar con la fuerza vital era a través de su sexualidad. Esto les ayudaba a sentirse «vivas» cuando no podían conectar con quienes las rodeaban.
Lo que una persona de carácter esquizoide intenta evitar mediante el uso de su sistema defensivo es su terror interior, el miedo a la aniquilación. Desde luego, cuando era un bebé no podía controlar esto, ya que dependía por completo de aquellos a los que consideraba terroríficos, o de quienes se sentía totalmente abandonado en su hora más importante de necesidad: el proceso de nacimiento. Siendo lactante, el carácter esquizoide sentía la hostilidad de, por lo menos, uno de sus progenitores, las personas de las que dependía para sobrevivir. Esta experiencia puso en marcha su terror existencial.
Figura 13-2
ASPECTOS PRINCIPALES DE CADA ESTRUCTURA DE CARÁCTER
SISTEMAS FÍSICO Y ENERGÉTICO
El carácter esquizoide puede encontrar la liberación de su terror interior de aniquilación cuando, ya adulto, se da cuenta de que dicho terror está más relacionado con su rabia interior que con cualquier otra cosa.
Esta rabia procede de seguir experimentando el mundo como un lugar frío y hostil, donde el aislamiento es necesario para sobrevivir. Parte del ser esquizoide cree firmemente que tal es la esencia de la realidad material. Bajo esa rabia se encuentra el gran dolor de saber que lo que necesita es amar, conectarse con otros seres humanos y nutrirse de ellos; sin embargo, en muchos casos no ha sido capaz de crear tal conexión en su vida.
Siente terror al creer que su propia rabia puede hacerle saltar en pedazos que se dispersarán por el universo. La solución a su problema consiste en hacer frente poco a poco a su propia rabia sin huir en actitud defensiva. Si puede mantenerse unido al suelo y dejar escapar el terror y la rabia, liberará su dolor interior y el deseo de conexión con los otros y dejará espacio para que entre el amor hacia sí mismo. Para la autoestima se necesita práctica. Todos la necesitamos, cualquiera que sea la combinación de estructuras de carácter que podamos ser. La autoestima procede de vivir conforme a pautas que no le traicionen a uno mismo. Procede de vivir de acuerdo con la propia verdad interior, cualquiera que ésta sea.
Procede de no traicionarse a uno mismo. Se pueden practicar los ejercicios de autoestima que se ofrecen en la sección final.
El campo energético de la estructura esquizoide
La estructura esquizoide se caracteriza principalmente por presentar discontinuidades en el campo energético, como desequilibrios y rupturas. La energía principal de la persona se mantiene profundamente dentro de su núcleo y, por lo general, está congelada hasta que la terapia y el trabajo de curación la liberan. La figura 13-4 muestra la delgada línea fracturada del cuerpo etéreo de esta estructura, con fugas
de energía por las articulaciones. Su color suele ser azul muy claro. La siguiente capa y los cuerpos mentales se ven a veces fuertemente sujetos y congelados o, en otras ocasiones, desplazándose alrededor al azar sin una energía equilibrada entre la parte delantera y la posterior, la derecha y la izquierda. El campo suele ser más brillante y presenta más energía en un lado y en la parte posterior de la cabeza. Los cuerpos espirituales del esquizoide suelen ser fuertes y brillantes, con muchos colores luminosos en la sexta capa del aura, o cuerpo celestial. La forma oval, o capa del patrón cetérico, suele tener un aspecto muy brillante, con un color más plateado que dorado. Tiene, por lo general, límites
difusos y presenta una forma hinchada, aunque no del todo, con un estrechamiento en los pies, donde suele haber debilidad.
Figura 13-3
ASPECTOS PRINCIPALES DE CADA ESTRUCTURA DE CARÁCTER
RELACIONES INTERPERSONALES
Esta rabia procede de seguir experimentando el mundo como un lugar frío y hostil, donde el aislamiento es necesario para sobrevivir. Parte del ser esquizoide cree firmemente que tal es la esencia de la realidad material. Bajo esa rabia se encuentra el gran dolor de saber que lo que necesita es amar, conectarse con otros seres humanos y nutrirse de ellos; sin embargo, en muchos casos no ha sido capaz de crear tal conexión en su vida.
Siente terror al creer que su propia rabia puede hacerle saltar en pedazos que se dispersarán por el universo. La solución a su problema consiste en hacer frente poco a poco a su propia rabia sin huir en actitud defensiva. Si puede mantenerse unido al suelo y dejar escapar el terror y la rabia, liberará su dolor interior y el deseo de conexión con los otros y dejará espacio para que entre el amor hacia sí mismo. Para la autoestima se necesita práctica. Todos la necesitamos, cualquiera que sea la combinación de estructuras de carácter que podamos ser. La autoestima procede de vivir conforme a pautas que no le traicionen a uno mismo. Procede de vivir de acuerdo con la propia verdad interior, cualquiera que ésta sea.
Procede de no traicionarse a uno mismo. Se pueden practicar los ejercicios de autoestima que se ofrecen en la sección final.
El campo energético de la estructura esquizoide
La estructura esquizoide se caracteriza principalmente por presentar discontinuidades en el campo energético, como desequilibrios y rupturas. La energía principal de la persona se mantiene profundamente dentro de su núcleo y, por lo general, está congelada hasta que la terapia y el trabajo de curación la liberan. La figura 13-4 muestra la delgada línea fracturada del cuerpo etéreo de esta estructura, con fugas
de energía por las articulaciones. Su color suele ser azul muy claro. La siguiente capa y los cuerpos mentales se ven a veces fuertemente sujetos y congelados o, en otras ocasiones, desplazándose alrededor al azar sin una energía equilibrada entre la parte delantera y la posterior, la derecha y la izquierda. El campo suele ser más brillante y presenta más energía en un lado y en la parte posterior de la cabeza. Los cuerpos espirituales del esquizoide suelen ser fuertes y brillantes, con muchos colores luminosos en la sexta capa del aura, o cuerpo celestial. La forma oval, o capa del patrón cetérico, suele tener un aspecto muy brillante, con un color más plateado que dorado. Tiene, por lo general, límites
difusos y presenta una forma hinchada, aunque no del todo, con un estrechamiento en los pies, donde suele haber debilidad.
Figura 13-3
ASPECTOS PRINCIPALES DE CADA ESTRUCTURA DE CARÁCTER
RELACIONES INTERPERSONALES
El desequilibrio del aura, que se encuentra principalmente en los tres cuerpos inferiores, se extiende al chakra en el esquizoide que no ha iniciado el trabajo de proceso. Muchos chakras giran en el sentido contrario a las agujas del reloj, lo que significa que despiden más energía de la que absorben. Los chakras alterados corresponden a cualidades de la estructura del carácter que es necesario transformar. Los chakras que giran en el sentido de las agujas del reloj (abiertos) suelen ser asimé-tricos, lo que quiere decir que esos chakras tampoco funcionan de forma equilibrada aunque estén «abiertos». A través de una parte del chakra fluirá más energía que a través de otra. Este desequilibrio suele ser lateral; es decir, la energía puede fluir más por el lado derecho del chakra que por el izquierdo. Por tanto, la persona tenderá a ser más activa o incluso más agresiva que receptiva en el área vital regulada por ese chakra. Esta asimetría ha sido descrita en el capítulo 10 en términos de fragmentación activa/receptiva. Una figura diagonal o elíptica medida por el péndulo indica un chakra asimétrico que para el clarividente tiene el aspecto que se muestra en la figura 13-4.
Los chakras que suelen estar abiertos son el centro sexual posterior (segundo), el plexo solar (tercero), la frente (sexto) y la corona (séptimo). Los centros sexto y séptimo están asociados con la espiritualidad mental e inmaterial a la que la persona suele estar muy orientada en su vida. También funciona a través de la voluntad (segundo chakra). Estas configuraciones de los chakras son variables y cambian durante el trabajo de transformación de una persona. A medida que el individuo se abre más para estar en la tercera dimensión y vivir en el ámbito material más son los chakras que se abren. Muchas veces, el centro sexual posterior no está abierto al iniciar el trabajo. La parte inferior de la figura 13-4 muestra el grado relativo de energía brillante que se encuentra activa en el área del cerebro. El lugar más brillante y activo es el área del occipital o posterior, y el que menos, el área frontal. El segundo de los chakras más activos es el tercer ojo y el área del tercer ventrículo del cerebro, que están conectados por medio de un puente de luminosidad. Vienen luego los lóbulos laterales, que están asociados con el lenguaje. Son amplias áreas generales del cerebro que parecen tener una reducida actividad.
La baja energía del aura frontal se puede ver por el aspecto inexpresivo y «huidizo» que frecuentemente se aprecia en el esquizoide. Por lo general, dirige su energía hacia arriba de la espina dorsal para salir por la parte posterior de la cabeza, en la región occipital, creando el bulto energético hacia la parte
posterior de ésta. Es una forma de evitar el contacto aquí y ahora en el plano físico.
Los sistemas de defensa energética que emplea principalmente el esquizoide son el puercoespín, la retirada y el estar junto a sí mismo, que se han descrito en el capítulo 12, figura 12-3. Por supuesto, una persona con cualquier estructura puede utilizar las diversas defensas en momentos distintos.
El yo superior y la tarea vital del personaje esquizoide
En el proceso de crecimiento personal siempre es importante ser honrado con el yo en lo que se refiere a sus limitaciones, para trabajar en ellas y transformarlas. Sin embargo, no es saludable vivir en la negatividad del yo durante demasiado tiempo. Es necesario equilibrar siempre la atención que se presta a aquellas partes que necesitan transformación con la que se dirige al descubrimiento de la naturaleza del yo superior, apoyándolo, mejorándolo y permitiéndole avanzar. Después de todo, de eso trata la transformación, ¿no es cierto?
Las personas que presentan un carácter esquizoide o una parte del mismo en la constitución de su personalidad suelen ser muy espirituales. Tienen un hondo sentido de los profundos fines de sus vidas.
Muchas veces tratan de aportar una realidad espiritual a las vidas terrenales de quienes les rodean. Son gente muy creativa, con numerosos conocimientos y multitud de ideas creativas; podría comparárseles con una hermosa mansión de muchas habitaciones, cada una decorada con buen gusto y riqueza en un estilo, una cultura o un período distintos. Cada habitación es elegante por derecho propio porque el esquizoide ha vivido muchas vidas en las que ha desarrollado su amplia gama de talentos (habitaciones decoradas). El problema es que las habitaciones no tienen puertas para comunicarse. Para ir de una a otra, el esquizoide tiene que salir por una ventana, descender por una escalera de mano, subir por otra y entrar por la ventana de la habitación contigua, lo que resulta muy molesto. El esquizoide necesita integrar su ser, abrir puertas entre las hermosas habitaciones para tener más fácil acceso a als partes de su ser.
Se podría decir, en general, que la tarea personal del individuo esquizoide se orienta al enfrentamiento
con su terror y rabia interiores, que bloquean su capacidad para materializar su enorme creatividad. Su terror y rabia mantienen separadas las partes de su persona debido al temor que le inspira la poderosa reunión de todos sus talentos creativos. Su tarea también está relacionada con materializar, es decir, poner de manifiesto su espiritualidad en el mundo material. Lo puede hacer expresando la realidad espiritual a través de su creatividad, por ejemplo, escribiendo, inventando, ayudando a la gente, etc.
Estas tareas son muy individuales y no conviene generalizarlas.
La estructura oral
El carácter oral se crea cuando se detiene el desarrollo normal durante la fase oral del crecimiento. La causa es el abandono. En la infancia el sujeto sufrió la pérdida de su madre, sea porque falleció, enfermó o se marchó. La madre daba de sí misma a su hijo, aunque no lo suficiente. Muchas veces «hacía» como que daba (o daba a pesar de sí misma). El niño compensó la pérdida haciéndose «independiente» demasiado pronto, mu- chas veces empezando a hablar o andar muy temprano. De este modo, se siente confuso sobre la receptividad y tiene miedo de pedir lo que realmente necesita porque muy en su interior está seguro de que no se lo darán. Sus sentimientos sobre la necesidad de que le cuiden desembocan en actitudes de dependencia, tendencia a colgarse o agarrarse de alguien y agresividad atenuada. Para compensar adopta un comportamiento independiente, que se desploma cuando es sometido a tensión. Entonces su receptividad se transforma en pasividad rencorosa y la
agresión se convierte en voracidad.
La persona que tiene una estructura oral está básicamente privada, se siente vacía y hueca y no desea asumir responsabilidades. Su cuerpo está poco desarrollado, con largos músculos delgados y fláccidos, y se deja llevar por la debilidad. No parece adulta ni madura, tiene el tórax deprimido y frío, su respiración es entrecortada y sus ojos pueden absorber la energía del intercolutor. Desde el punto de vista psicodinámico, esta personalidad se aferra y se cuelga de los demás ante el temor a ser abandonada. Esta persona no saber estar sola y experimenta una exagerada necesidad de calor y apo-yo de los demás. Trata de obtenerlos del «exterior» para compensar la tremenda sensación de vacío interior. Suprime sus intensos sentimientos de añoranza y agresión y retiene la rabia que le provoca el abandono. Para lograr proximidad y contacto recurre a la sexualidad.
La persona oral ha sufrido muchos desengaños en la vida, muchos rechazos en sus intentos de tender la mano. Por tanto, se convierte en un ser amargado y piensa que lo que consigue nunca es bastante.
No puede sentirse satisfecho, pues trata de satisfacer una añoranza interior que él mismo niega compensándola con otras cosas. A nivel de personalidad exige ser nutrido y satisfecho. En la interacción con los demás habla empleando preguntas indirectas que reclaman cuidados maternales.
Pero esto no le satisface, ya que es un adulto, no un niño.
Al presentarse en la sesión de curación se queja de pasividad y fatiga. El trabajo terapéutico consistirá en encontrar nutrición para su vida. Pero él piensa que para obtener lo que necesita tiene que arriesgarse al abandono o al fingimiento por parte del otro. Por tanto, su propósito negativo se expresará así: «Haré que me lo des», o «no lo necesitaré», lo que, a su vez, crea un doble lazo: «Si pido, no es amor; si no pido, no lo lograré». Para resolver terapéuticamente este problema necesita encontrar y poseer lo que precisa, y aprender a vivir su vida de manera que satisfaga sus necesidades.
Necesita aprender a mantenerse sobre sus propios pies.
La primera capa de la personalidad que encontramos en el proceso terapéutico es la máscara. Dice: «No te necesito» o «no pediré». Después de concluir el trabajo de profundización en la personalidad, el yo inferior o yo sombra dice: «Cuida de mí». Seguidamente, cuando se inicia la resolución, surge el yo superior de la personalidad para decir: «Estoy satisfecho y lleno».
Los chakras que suelen estar abiertos son el centro sexual posterior (segundo), el plexo solar (tercero), la frente (sexto) y la corona (séptimo). Los centros sexto y séptimo están asociados con la espiritualidad mental e inmaterial a la que la persona suele estar muy orientada en su vida. También funciona a través de la voluntad (segundo chakra). Estas configuraciones de los chakras son variables y cambian durante el trabajo de transformación de una persona. A medida que el individuo se abre más para estar en la tercera dimensión y vivir en el ámbito material más son los chakras que se abren. Muchas veces, el centro sexual posterior no está abierto al iniciar el trabajo. La parte inferior de la figura 13-4 muestra el grado relativo de energía brillante que se encuentra activa en el área del cerebro. El lugar más brillante y activo es el área del occipital o posterior, y el que menos, el área frontal. El segundo de los chakras más activos es el tercer ojo y el área del tercer ventrículo del cerebro, que están conectados por medio de un puente de luminosidad. Vienen luego los lóbulos laterales, que están asociados con el lenguaje. Son amplias áreas generales del cerebro que parecen tener una reducida actividad.
La baja energía del aura frontal se puede ver por el aspecto inexpresivo y «huidizo» que frecuentemente se aprecia en el esquizoide. Por lo general, dirige su energía hacia arriba de la espina dorsal para salir por la parte posterior de la cabeza, en la región occipital, creando el bulto energético hacia la parte
posterior de ésta. Es una forma de evitar el contacto aquí y ahora en el plano físico.
Los sistemas de defensa energética que emplea principalmente el esquizoide son el puercoespín, la retirada y el estar junto a sí mismo, que se han descrito en el capítulo 12, figura 12-3. Por supuesto, una persona con cualquier estructura puede utilizar las diversas defensas en momentos distintos.
El yo superior y la tarea vital del personaje esquizoide
En el proceso de crecimiento personal siempre es importante ser honrado con el yo en lo que se refiere a sus limitaciones, para trabajar en ellas y transformarlas. Sin embargo, no es saludable vivir en la negatividad del yo durante demasiado tiempo. Es necesario equilibrar siempre la atención que se presta a aquellas partes que necesitan transformación con la que se dirige al descubrimiento de la naturaleza del yo superior, apoyándolo, mejorándolo y permitiéndole avanzar. Después de todo, de eso trata la transformación, ¿no es cierto?
Las personas que presentan un carácter esquizoide o una parte del mismo en la constitución de su personalidad suelen ser muy espirituales. Tienen un hondo sentido de los profundos fines de sus vidas.
Muchas veces tratan de aportar una realidad espiritual a las vidas terrenales de quienes les rodean. Son gente muy creativa, con numerosos conocimientos y multitud de ideas creativas; podría comparárseles con una hermosa mansión de muchas habitaciones, cada una decorada con buen gusto y riqueza en un estilo, una cultura o un período distintos. Cada habitación es elegante por derecho propio porque el esquizoide ha vivido muchas vidas en las que ha desarrollado su amplia gama de talentos (habitaciones decoradas). El problema es que las habitaciones no tienen puertas para comunicarse. Para ir de una a otra, el esquizoide tiene que salir por una ventana, descender por una escalera de mano, subir por otra y entrar por la ventana de la habitación contigua, lo que resulta muy molesto. El esquizoide necesita integrar su ser, abrir puertas entre las hermosas habitaciones para tener más fácil acceso a als partes de su ser.
Se podría decir, en general, que la tarea personal del individuo esquizoide se orienta al enfrentamiento
con su terror y rabia interiores, que bloquean su capacidad para materializar su enorme creatividad. Su terror y rabia mantienen separadas las partes de su persona debido al temor que le inspira la poderosa reunión de todos sus talentos creativos. Su tarea también está relacionada con materializar, es decir, poner de manifiesto su espiritualidad en el mundo material. Lo puede hacer expresando la realidad espiritual a través de su creatividad, por ejemplo, escribiendo, inventando, ayudando a la gente, etc.
Estas tareas son muy individuales y no conviene generalizarlas.
La estructura oral
El carácter oral se crea cuando se detiene el desarrollo normal durante la fase oral del crecimiento. La causa es el abandono. En la infancia el sujeto sufrió la pérdida de su madre, sea porque falleció, enfermó o se marchó. La madre daba de sí misma a su hijo, aunque no lo suficiente. Muchas veces «hacía» como que daba (o daba a pesar de sí misma). El niño compensó la pérdida haciéndose «independiente» demasiado pronto, mu- chas veces empezando a hablar o andar muy temprano. De este modo, se siente confuso sobre la receptividad y tiene miedo de pedir lo que realmente necesita porque muy en su interior está seguro de que no se lo darán. Sus sentimientos sobre la necesidad de que le cuiden desembocan en actitudes de dependencia, tendencia a colgarse o agarrarse de alguien y agresividad atenuada. Para compensar adopta un comportamiento independiente, que se desploma cuando es sometido a tensión. Entonces su receptividad se transforma en pasividad rencorosa y la
agresión se convierte en voracidad.
La persona que tiene una estructura oral está básicamente privada, se siente vacía y hueca y no desea asumir responsabilidades. Su cuerpo está poco desarrollado, con largos músculos delgados y fláccidos, y se deja llevar por la debilidad. No parece adulta ni madura, tiene el tórax deprimido y frío, su respiración es entrecortada y sus ojos pueden absorber la energía del intercolutor. Desde el punto de vista psicodinámico, esta personalidad se aferra y se cuelga de los demás ante el temor a ser abandonada. Esta persona no saber estar sola y experimenta una exagerada necesidad de calor y apo-yo de los demás. Trata de obtenerlos del «exterior» para compensar la tremenda sensación de vacío interior. Suprime sus intensos sentimientos de añoranza y agresión y retiene la rabia que le provoca el abandono. Para lograr proximidad y contacto recurre a la sexualidad.
La persona oral ha sufrido muchos desengaños en la vida, muchos rechazos en sus intentos de tender la mano. Por tanto, se convierte en un ser amargado y piensa que lo que consigue nunca es bastante.
No puede sentirse satisfecho, pues trata de satisfacer una añoranza interior que él mismo niega compensándola con otras cosas. A nivel de personalidad exige ser nutrido y satisfecho. En la interacción con los demás habla empleando preguntas indirectas que reclaman cuidados maternales.
Pero esto no le satisface, ya que es un adulto, no un niño.
Al presentarse en la sesión de curación se queja de pasividad y fatiga. El trabajo terapéutico consistirá en encontrar nutrición para su vida. Pero él piensa que para obtener lo que necesita tiene que arriesgarse al abandono o al fingimiento por parte del otro. Por tanto, su propósito negativo se expresará así: «Haré que me lo des», o «no lo necesitaré», lo que, a su vez, crea un doble lazo: «Si pido, no es amor; si no pido, no lo lograré». Para resolver terapéuticamente este problema necesita encontrar y poseer lo que precisa, y aprender a vivir su vida de manera que satisfaga sus necesidades.
Necesita aprender a mantenerse sobre sus propios pies.
La primera capa de la personalidad que encontramos en el proceso terapéutico es la máscara. Dice: «No te necesito» o «no pediré». Después de concluir el trabajo de profundización en la personalidad, el yo inferior o yo sombra dice: «Cuida de mí». Seguidamente, cuando se inicia la resolución, surge el yo superior de la personalidad para decir: «Estoy satisfecho y lleno».
El campo energético y la estructura oral
El carácter oral (figura 13-5) tiende a poseer un campo agotado, tranquilo e inactivo. La energía principal está situada en la cabeza. La etérea se mantiene firmemente situada cerca de la piel y su color también es azul claro. Asimismo, el cuerpo emocional se encuentra sujeto, sin demasiado color, y por lo general presenta un aspecto agotado. El cuerpo mental es brillante y usualmente amarillento. Los niveles superiores del aura no son muy brillantes. La forma exterior ovoide (séptima capa) no está hinchada del todo, no es brillante y tiene un arrebol plateado-dorado, mayor en la parte plateada y re-ducida alrededor del área de los pies.
Los chakras, en su mayoría, pueden presentarse cerrados o desactivados en una persona oral que no haya realizado mucho trabajo de proceso. Lo más probable es que tenga abiertos la corona y el centro de la frente, lo que explica su claridad mental y espiritual. Si ha realizado trabajo de crecimiento personal, también su centro sexual delantero puede estar abierto. El individuo está, por tanto, interesado en el sexo y tiene algunos sentimientos sexuales.
Al pie de la página, en la figura 13-5, se muestra la configuración de la actividad de su campo energético. En ella se ve que la mayor parte de la energía se encuentra situada en los lóbulos delantero y lateral del cerebro, y que donde hay menos es en la parte posterior de las regiones occipitales. Por tanto, el carácter oral está centrado en las actividades intelectual y verbal, no en la física.
Los mecanismos de defensa que emplea principalmente el carácter oral son la negación verbal, la succión oral y los posibles dardos verbales que emplee para atraer la atención más que para provocar ira: es decir, al contrario de la forma en que usa los dardos verbales la persona de estructura masoquista, como se ha dicho en el capítulo 12.
La tarea vital y el yo superior en la estructura oral
El carácter oral necesita aprender a confiar en la abundancia del universo e invertir el proceso de agarre. Necesita dar, abandonar el papel de víctima y reconocer lo que realmente obtiene. Debe enfrentarse a su miedo a estar solo, profundizar en su vacío interior y descubrir que ese vacío está uncido a la vida. Cuando posea sus propias necesidades y se mantenga sobre sus pies, podrá decir «lo
tengo», y permitir que la energía del núcleo se abra y fluya.
El paisaje interior de una persona de carácter oral es como un delicado instrumento musical, corno un
Stradivarius. Necesita afinar su instrumento y componer su propia sinfonía. Cuando interprete esta melodía única en la sinfonía de la vida, se habrá realizado.
Cuando se libera su yo superior, la persona de carácter oral puede hacer buen uso de su inteligencia en trabajos creativos de tipo artístico o científico. Será maestro por naturaleza, porque está interesado en muchas cosas y siempre puede conectar lo que sabe con el amor directo del corazón.
Figura 13-5: El aura del carácter oral
(Vistas de diagnóstico)
Figura 13-6: El aura del carácter psicopático
La estructura desplazada o psicopática
La persona que muestra una estructura desplazada ha vivido en su primera infancia la experiencia de tener un progenitor del sexo opuesto secretamente seductor. El progenitor deseaba algo del niño. El psicópata formaba un triángulo con sus padres y comprobó que le resultaba difícil obtener el apoyo del progenitor del mismo sexo. Se puso de parte del otro, el del sexo opuesto, pero no logró lo que deseaba, se sintió traicionado y lo compensó manipulando a este progenitor.
Su respuesta a dicha situación es la de intentar controlar a los demás como pueda. Para ello tiene que autocontrolarse, e incluso mentir si es preciso. Exige ser apoyado y alentado, pero en su interactuación con los demás será él quien dicte la manipulación directa en la forma expresada con «deberías...», indicando sumisión. Pero de este modo no consigue que le presten apoyo.
En su aspecto negativo, la persona que tiene esta estructura muestra una enorme inclinación hacia el poder y la necesidad de dominar a otros. Dispone de dos formas para obtener este control: intimidar e imponerse, o hacer labor de zapa por medio de la seducción. En numerosasocasiones su sexualidad es hostil y desbordante de fantasía. Ha invertido la imagen ideal que tiene de sí misma y muestra fuertes
sentimientos de superioridad y desprecio, lo que no es más que una cobertura de su profundo sentimiento de inferioridad.
Su queja en el momento de iniciar la sesión de curación es el sentimiento de derrota. Desea ganar. Pero que le apoyen significa rendirse y eso, según piensa, significa derrota. Por tanto, su propósito negativo se expresa así: «Se hará mi voluntad». Ello da lugar al doble lazo que dice: «Tengo que tener razón, o me muero». Para resolver terapéuticamente este problema necesita aprender a confiar.
En el proceso terapéutico, la primera capa de personalidad que se encontrará será la máscara. Dice: «Yo tengo razón; tú estás equivocado». Después de profundizar en su personalidad, el yo inferior o yo sombra dirá: «Te controlaré». Cuando se inicia la resolución surge el yo superior de la personalidad para decir: «Me rindo».
Parece como si la mitad superior del cuerpo explotara, y se observa una falta de fluido entre las dos mita-des del cuerpo. La pelvis del sujeto está muy poco cargada, fría y fuertemente sujeta. Hay una grave tensión en los hombros, en la base del cráneo y en los ojos; las piernas son débiles y el individuo no está conectado a la tierra.
La estructura psicopática se alza contra el miedo al fallo y a la derrota. Se debate entre su dependencia de los demás y su necesidad de controlarlos. Teme que le controlen y le utilicen, y está asustado ante la perspectiva de que le sitúen en la posición de víctima, algo totalmente humillante para él. Recurre a la sexualidad en el juego del poder; el placer es secundario a su conquista. Trata de no delatar sus necesidades haciendo que otros le necesiten.
El campo energético de la estructura psicopática
La principal energía se encuentra situada en la mitad superior del cuerpo. Su nivel energético es hiperactivo primero, para derrumbarse después. La persona que tiene una estructura desplazada (figura 13-6) posee un campo general agotado en el fondo de todos los niveles aurales y lleno de energía en la parte superior; por tanto, la forma ovoide resulta deformada también de esta manera. El etéreo desciende plenamente hacia los pies y, por lo general, es de color azul más oscuro y de tonalidad más fuerte que el del esquizoide y el oral. El cuerpo emocional también está más lleno en la parte alta. El mental sobresale más hacia la parte delantera del cuerpo que hacia atrás, mientras que puede dar la impresión de que el cuerpo emocional tiene un abultamiento en el centro de voluntad situado entre los omóplatos, que por lo general están muy agrandados. También las capas aurales superiores son más fuertes y brillantes en la mitad superior.
La configuración de los chakras en una estructura psicopática suele mostrar centros volitivos abiertos en el hombro y la base del cuello, teniendo muy grandes y sobreutilizados los centros volitivos situados entre los omóplatos, y abiertos los centros frontal y de la corona, mientras que los restantes se hallan en su mayoría cerrados, especialmente los centros sensitivos. El centro sexual posterior puede estar parcialmente abierto. Así, funciona sobre todo mediante las energías mental y volitiva.
La actividad energética del cerebro es fuerte y brillante en los lóbulos frontales. Esta actividad energética decrece hacia la parte posterior de lacabeza y aparece inmóvil y por lo general bastante oscura en la región occipital. Esto indica que la persona muestra interés sobre todo por los logros intelectuales, pero no por ninguna actividad corporal que no sea la que sirve a la voluntad activa. También utiliza el intelecto para servir a la voluntad.
Desde estos poderosos lóbulos frontales el psicópata envía arcos de energía que se extienden hacia la cabeza de otra persona para aferrarse allí en el tipo de defensa de agarre mental. También incurre en cierta negativa verbal. Puede explotar con furia volcánica similar a la empleada en el sistema de defensa histérico, pero en una forma de energía controlada y equilibrada que no contiene la misma clase de caos.
La tarea vital y el yo superior del carácter psicópata
El psicópata necesita encontrar una auténtica rendición mediante el vaciado gradual y el abandono de su mitad superior y su tendencia a controlar a los otros, y mediante la entrega de su ser y sus sentimientos sexuales más profundos. Con ello puede satisfacer su profundo deseo de situarse en la realidad, establecer contacto con sus amigos y sentirse un ser humano.
El paisaje interior del carácter psicópata está lleno de fantasías y lances de honor. En este ámbito, quienes ganan son los que poseen más autenticidad y honestidad. El mundo gira alrededor de los valores noble, mejorados mediante la perseverancia y la valentía. ¡Cómo desea atraer estos valores al entorno físico de su mundo real! Algún día lo logrará.
Cuando libera las energías del yo superior, el individuo muestra una gran honradez e integridad. Puede emplear su intelecto, altamente desarrollado, para solucionar conflictos ayudando a los demás a hallar la verdad. A través de su honradez puede conducir a los otros a hacerse más honrados. Es muy diestro en la gestión de proyectos complicados y posee un corazón grande y pletórico de amor. La estructura masoquista
El amor que recibía en la niñez la persona de carácter masoquista era condicional. Su madre era dominante y sacrificadora, hasta el extremo de controlarle sus funciones alimentarias y excretoras. Hizo que el niño se sintiera culpable de su autoafirmación o del intento de declarar su libertad. Todos sus esfuerzos por resistirse a la tremenda presión que le imponían fueron aplastados, lo que le hizo sentirse atrapado, derrotado y humillado. Su respuesta a esta situación fue contener sus sentimientos y su creatividad. De hecho intentó contenerlo todo, lo que le condujo a la ira y al odio. Exige ser independiente, pero interactúa con los demás y emplea expresiones corteses, que pronuncia con disgusto, casi como un gañido, para manipular indirectamente a los demás. Esto provoca las burlas de los otros, lo cual le permite enfadarse. Antes ya lo estaba, pero ahora le han dado el derecho a expresar su enojo. Por tanto, se encuentra atrapado en un ciclo que el mantiene en una situación de dependencia.
Por la parte negativa, esta persona es de las que sufren, gimotean y se quejan; permanece sumisa de cara al exterior, pero en realidad no se someterá jamás. Dentro de ella se encuentran bloqueados fuertes sentimientos de rencor, negatividad, hostilidad, superioridad y miedo a explotar en violenta furia. El sujeto puede ser impotente y sentirse fuertemente atraído por la pornografía. Si se trata de una mujer, es probable que no tenga orgasmos y piense que su sexualidad no es limpia.
Su queja en el momento de iniciar la sesión de curación es la tensión. Desea liberarse de ella, pero, inconscientemente, cree que liberarla y aceptar lo que lleva dentro conducen a la sumisión y la humillación. Por tanto, sin que se dé cuenta de ello, el propósito negativo del individuo masoquista es seguir bloqueado y «amar la negatividad». Ello da lugar al doble lazo que se expresa de la siguiente manera: «Si me enfado, me humillarán; si no, me humillarán también». Para resolver terapéuticamente este problema necesita hacerse positivo, ser libre y abrir su conexión espiritual.
En el proceso terapéutico, la primera capa de personalidad que se encontrará será la máscara que dice: «Me mataré (lastimaré) antes de que me maten (lastimen)». Después de un poco de trabajo de terapia centrado en la exploración de su paisaje interior, el yo inferior o yo sombra se hará consciente y dirá: «Te mostraré mi rencor y te provocaré», lo que en su momento liberará al ser superior, que resolverá la situación con la expresión: «Soy libre».
Físicamente, el masoquista es fuerte y compacto, con músculos superdesarrollados y el cuello y la cintura acortados. Soporta grandes tensiones en el cuello, la mandíbula, la garganta y la pelvis, que está metida por abajo. Sus nalgas son frías. Su energía se estrangula en la zona de la garganta y su cabeza aparece adelantada.
Desde el punto de vista psicodinámico se retrae y se atasca en un pantano en el que gime, se queja, oculta sus sentimientos y provoca. Si su provocación tiene éxito, tendrá una excusa para explotar. No es consciente de su provocación y piensa que lo que intenta hacer es agradar.
El campo energético de la estructura masoquista
Su energía principal está interiorizada. Es hipoactivo, aunque su interior se halla en ebullición. El campo de la estructura masoquista (figura 13-7) está totalmente hinchado. El cuerpo etéreo es denso, grueso, basto y con tonalidades más grises que azules. El cuerpo emocional es pleno y multicolor y se distribuye de manera bastante equitativa, como lo hace el cuerpo etéreo. El cuerpo mental es amplio y brillante,
incluso en la parte inferior del cuerpo. El intelecto y las emociones están más integrados. El cuerpo celestial es brillante y rodea todo el cuerpo con colores malva, marrón y azul. El huevo está totalmente hinchado y tiene un color dorado oscuro. Se inclina ligeramente hacia la parte baja y forma más una forma
oval que ovoide. Su borde exterior está fuertemente definido con un cierto exceso de tensión y grosor.
Los chakras que el masoquista suele tener abiertos antes de iniciar el trabajo de proceso del núcleo son la frente y el plexo solar, y es posible que su centro sexual posterior esté parcialmente abierto. Por tanto, funciona con los aspectos mental, emocional y volitivo de la personalidad. La pauta de actividad energética del cerebro muestra movimiento en las áreas frontal, parietal y ventricular, y una parte de dicha
actividad se extiende hasta un área central pequeña en el occipucio, que está rodeado de un área menos activa. Los sistemas de defensa comúnmente empleados por el masoquista son los tentáculos, un retraimiento silencioso, pero evidente, y los dardos verbales.
La tarea vital y el yo superior del carácter masoquista
El masoquista necesita autoliberarse de la humillación dando rienda suelta a su agresividad. Necesita expresarse activamente en cualquier forma que convenga a su fantasía y cuando quiera.
El paisaje interior de un carácter masoquista es como una filigrana de plata y oro. Su fuerza creativa se expresa en delicados y complicados dibujos, cada uno de ellos lleno de distinción personal y buen gusto.
Cada matiz tiene su importancia. Cuando dé a conocer esta creatividad altamente desarrollada, el mundo quedará asombrado.
Las energías de su yo superior están llenas de cariño hacia los demás. Es un negociador natural, de gran corazón. Es muy cooperativo y tiene muchísimo que dar, tanto en energía como en comprensión. Rebosa de profunda compasión y, al mismo tiempo, tiene gran capacidad para la diversión y la alegría. Tiene capacidad para protagonizar travesuras y ocurrencias creativas. Mostrará todos estos dones y se superará
en lo que quiera que emprenda.
La estructura rígida
La persona con una estructura de carácter rígida experimentó en la niñez el rechazo de su progenitor del sexo opuesto. La experiencia fue vivida como una traición al amor, ya que el placer erótico, la sexualidad y el amor son la misma cosa para un niño. A fin de compensar este rechazo, decidió controlar los sentimientos implicados (dolor, furia y buenos sentimientos) a base de contenerlos. La rendición es algo que atemoriza a
esta persona, porque implica tanto como liberar de nuevo todos esos sentimientos. Por tanto, no tratará de alcanzar directamente lo que necesita, sino que recurrirá a manipulaciones para obtener lo que desea. El orgullo está asociado con los sentimientos amorosos. El rechazo del amor sexual hiere su orgullo.
Desde el punto de vista psicodinámico, la persona rígida reprime sus sentimientos y acciones para no parecer tonta. Tiende a ser mundana, con muchísima ambición y agresividad competitiva. Dice: «Soy superior; lo sé todo». En su interior siente un profundo terror a ser traicionada; ha de evitar la vulnerabilidad a toda costa. Le aterra que le hagan daño.
Mantiene orgullosamente la cabeza alta y la espina dorsal recta. Muestra un alto grado de control exterior y una fuerte identificación con la realidad física. Utiliza esta fuerte posición del ego como excusa para evitar el descontrol. Teme los procesos involuntarios internos del ser humano que no son determinados por el ego. El yo interior del individuo se encuentra tapiado para evitar la filtración, hacia fuera o hacia dentro, de los sentimientos. Realizará el acto sexual con desprecio, no con amor.
Al retener sus sentimientos lo único que logra es crear más orgullo. Exige amor y sentimientos sexuales de los demás, pero cuando interactúa con ellos recurre seductoramente a modelos comparativos para no comprometerse. Esto conduce a la competición, no al amor. Entonces se siente herido y se hace más competitivo. Se encuentra metido en un círculo vicioso que no le da lo que desea.
Su queja en el momento de iniciar la sesión de curación (si es que acude a ella) se expresa como falta
de sentimientos. Desea rendirse a ellos, pero cree que lo único que logrará será que le hagan daño, por lo que su propósito negativo se expresa así: «No me rendiré». Elige el sexo antes que el amor, pero eso no le satisface. De este modo aparece el doble lazo que dice: «Cualquier cosa que elija estará mal».
Rendirse será doloroso; encerrarse en el orgullo cortará la vía a los sentimientos. Para resolver terapéuticamente este problema necesita conectar su corazón con sus genitales.
En el proceso terapéutico, la máscara dirá: «Sí, pero... ». Algún tiempo después, el yo inferior o yo som-bra emergerá y se hará consciente. Dirá: «No te amaré». Luego, a medida que los sentimientos empiecen a fluir como consecuencia del trabajo corporal, el ser superior resolverá la situación diciendo: «Me comprometo, te amo».
El cuerpo está armoniosamente proporcionado, tiene mucha energía y se halla integrado. Puede tener dos tipos de bloques: la armadura en planchas de acero sobre el cuerpo, o la cota de mallas, como un traje tejido con cadenas que cubren el cuerpo. La pelvis está inclinada hacia atrás y es fría.
Figura 13-8: El aura del carácter rígido
(Vistas de diagnóstico)
El campo energético de la estructura rígida
La energía principal está retenida en la periferia, alejada del núcleo. La persona que posee una estructura rígida (figura 13-8) es hiperactiva y se caracteriza por su equilibrio e integración, como lo demuestra su aura fuerte y brillante, en su mayor parte distribuida sobre y por todo el cuerpo. El campo etéreo es fuerte, amplio y equilibrado, con un color gris azulado y un grosor mediano. El cuerpo emocional presenta un equilibrio sereno y se halla equitativamente distribuido. Puede no ser tan colorido como en otras estructuras si la persona no se ha esforzado por abrir sus sentimientos. Quizá sea más amplio en la parte posterior de la persona, puesto que allí todos los centros están abiertos. El cuerpo mental está desarrollado y es brillante. El cuerpo celestial puede no ser tan brillante si la persona no ha abierto gran parte de su amor incondicional o su espiritualidad, El huevo del patrón causal o cetérico es fuerte, elástico, muy bien formado y de brillantes colores: plateado- l dorado con predominio de la última tonalidad.
Los chakras del carácter rígido que probablemente están abiertos antes de iniciar el trabajo de proceso son los chakras volitivo y sexual posteriores y los mentales. Por tanto, vive sobre todo por su mente y su voluntad. La corona y el plexo solar pueden estar abiertos o no. Cuando la persona da comienzo al trabajo de proceso y a la apertura de sus sentimientos se empiezan a abrir los centros de sentimientos
frontales.
La pauta de actividad cerebral muestra amplios movimientos en los lados y en la parte posterior central del cerebro. En determinados casos, los lóbulos frontales son también muy activos, dependiendo del área vital en la que haya decidido concentrarse la persona. Si ha sido en los logros intelectuales, esta área será igual de brillante y activa; en caso contrario, será la segunda con mayor actividad. Si la persona ha perseguido el desarrollo en las artes, como la pintura, la música u otras formas creativas, se encuentran más brillantes los lóbulos laterales. He comprobado que las personas crecen y adquieren más luz a medida que trabajan en su proceso; las pautas de actividad cerebral resultan más equi-libradas, con movimientos en las áreas lateral, frontal y occipital. Empiezan a construirse puentes directamente a través de la cabeza para formar, vistos desde arriba, una cruz. He comprobado que cuando una persona inicia el desarrollo de su espiritualidad y tiene experiencias de este tipo, por ejemplo mediante la meditación, aumenta la actividad en el área central del cerebro.
Los sistemas energéticos de defensa más utilizados por la persona rígida son la exhibición de la fuerza de voluntad, la contención dentro de límites y, en ocasiones, la histeria (como se ve en la figura 12-3).
La tarea vital y el yo superior del carácter rígido
La persona de carácter rígido tiene necesidad de abrir los centros de sentimiento y dejar que éstos fluyan y sean vistos por los demás. Necesita compartir sus sentimientos, cualesquiera que sean. Esto permitirá que las energías fluyan adentro y al exterior del núcleo de su ser y liberen la exclusividad del yo superior.
El paisaje interior del carácter rígido contiene aventura, pasión y amor. Hay montañas que escalar, causas que defender e idilios que alimentar. Volará, como Ícaro, hacia el Sol. Conducirá a la gente hacia la tierra prometida, como Moisés. Su amor y su pasión por la vida inspirarán a los demás. Por tanto, será un líder natural en casi cualquier profesión que elija. Será capaz de establecer profundos contactos con otras personas y con el universo. Podrá jugar en el universo y disfrutar plenamente de la vida.
Cuando se esté procediendo a la curación sirve de gran ayuda tener presente la estructura general del ca-rácter del paciente. De este modo, como terapeuta, podrá usted determinar la curación específica para cada persona y lograr con ello que el proceso curativo resulte más eficaz. El mero hecho de enfocar la curación de acuerdo con la relación de cada paciente con sus límites es una extraordinaria ayuda. La persona que tiene una estructura de carácter esquizoide necesitará que se identifiquen y refuercen sus límites. Tendrá necesidad, además, de que se le reafirme su realidad espiritual. Algo que resulta de gran ayuda en este sentido es la elevada percepción sensorial. También hay que cargar el aura esquizoide y enseñarle a retener la carga. Es necesario detener las fugas de energía, cargar el aura del carácter oral y abrir los chakras. Hay que reforzar los límites. Es preciso enseñar a la persona la sensación que produce estar abierta, para que pueda aprender a mantener los chakras abiertos mediante el ejercicio y la medita-ción. La persona oral requiere mucha palpación. La que tiene una estructura de carácter desplazada necesita cargar la mitad inferior de su campo, abrir los chakras inferiores y aprender a vivir más a través del corazón que de la voluntad. Cuando se trata de una estructura de carácter desplazada es muy importante mostrar gran ternura en las cuestiones sexuales. Hay que tratar el segundo chakra con cuidado, comprensión y aceptación. El terapeuta debe ser muy sensible y cuidadoso al palpar la mitad inferior del cuerpo. La persona que posee un campo energético masoquista debe aprender a desplazar y liberar toda la energía que ha bloqueado. Es necesario, sobre todo, respetar sus límites; no tocar nunca si no se tiene permiso para ello. Cuanto más pueda curarse a sí mismo, más rápidamente y mejor sanará.
Su curación estará siempre relacionada con la creatividad oculta en su interior, que debe salir y expresar-se. Es necesario suavizar el aura del carácter rígido. Éste ha de abrir el chakra cardiaco y conectar con el amor y otros sentimientos. El sanador tiene que activar la segunda capa del aura y dar conciencia a su actividad. Debe hacerlo lentamente, dejando que experimente sentirnierrtos durante breves períodos de tiempo. Mediante la imposición de manos, hay que llegar a las energías de núcleo más profundas de la personalidad. Es importante que el sanador acepteamorosamente la personalidad cuando tiene sus manos apoyadas en el cuerpo.
Más allá de la estructura de carácter
A medida que cada persona trabaja psicodinámica, física y espiritualmente en sí misma, el aura cambia.
Se hace más equilibrada y los chakras se abren cada vez más. Las imágenes y los conceptos erróneos sobre la realidad en el interior de nuestro sistema negativo de creencias se despejan creando más ligereza, menos estancamiento y vibraciones más altas en el campo energético, que se hace más elástico y fluido. La creatividad aumenta a medida que crece la eficiencia del sistema metabolizador de energía. El
campo se amplía y empiezan a producirse cambios más profundos.
Muchas personas empiezan a tener en el centro de la cabeza un punto luminoso dorado-plateado, que crece hasta convertirse en una brillante bola de luz. A medida que se desarrolla la persona, la bola se va haciendo más grande y se extiende más allá del cuerpo. Parece una semilla que aporta luz y desarrolla el cuerpo celestial para convertirlo en un órgano más avanzado que empieza a percibir y, por ende, a interactuar con la realidad que se encuentra más allá del mundo físico. Parece que el emplazamiento de esta luz se encuentra en el área de la raíz de los chakras de la corona y el tercer ojo, donde están situadas las glándulas pituitaria y pineal. Conforme el cuerpo mental se hace más brillante, las sensibilidades para con la realidad situada más allá de lo físico se van desarrollando. La forma de vivir de uno cambia a un flujo natural de intercambio de energía y transformación con el universo. Empezamos a vernos como un aspecto único de éste, completamente integrados con el todo. Consideramos nuestro sistema energético como un sistema de transformación que recoge la energía del entorno, la fragmenta, la transforma y la resintetiza luego para enviarla al universo en un estado espiritual más elevado. Así, cada uno de nosotros es un sistema vivo de transformación. Como la energía que transformamos tiene conciencia, es ésta la que modificamos en realidad. Somos, en verdad, una materia espiritualizante.
La estructura de carácter y la tarea vital
Cada estructura de carácter es el modelo de un sistema de transformación que ha salido mal. Primero bloqueamos la energía, que se atasca y pierde velocidad dentro de nuestros sistemas energéticos. Este bloqueo se produce porque vivimos conforme a nuestras creencias negativas. Verdaderamente estamos fuera de la realidad muchísimo tiempo, pues vivimos y reaccionamos ante el universo como creemos que es, no como es en realidad. Pero esto no da resultado a la larga. Al hacerlo así creamos dolor en nuestras vidas. Tarde o temprano escucharnos el mensaje que nos dice que estamos haciendo algo mal. Podemos cambiarnos y cambiar nuestros sistemas energéticos para aliviar el dolor. Desbloqueamos nuestros sistemas y transformamos la energía. Al hacerlo, no sólo despejamos nuestras creencias negativas personales, sino que influimos también en las que nos rodean de forma positiva. Así transformamos la energía.
Cuando empezamos a liberar nuestros bloques realizamos nuestra tarea personal. Se libera nuestra energía de manera que podemos hacer lo que siempre deseamos en la vida: ese profundo anhelo que hemos tenido desde la infancia, ese sueño secreto; esa es la misión de uno en la vida. Eso que usted ha querido hacer más que cualquier otra cosa es su tarea vital. Es para hacerlo para lo que vino. A1 despejar sus bloques personales abre el camino hacia 1a consecución de su más profundo anhelo. Deje que sea éste el que le guíe.
Usted ha proyectado su cuerpo y su sistema energético como una herramienta para realizar su tarea vital.
Dicha herramienta está formada por la combinación de energía-conciencia que mejor convenga a aquello para cuya realización se ha encarnado usted. Nadie más posee esa combinación, y ninguna otra persona desea hacer precisamente 1o que usted anhela. Usted es único. Cuando desbloquea el flujo energético del sistema de energía que ha creado para su tarea, también pone trabas a ésta. Las pautas generales del bloqueo que hacen las personas se denominan estructuras de carácter y sistemas de defensa. Son todas las formas en que habitualmente se separa a sí mismo de lo que vino a hacer a nivel de 1a tarea mundial.
También son manifestaciones directas de aquello que no conoce de la vida y que ha venido a aprender. Por tanto, tiene la lección cristalizada en su cuerpo y su sistema energético. Ha construido y adaptado su cuarto de estudio de acuerdo con sus propias especificaciones. Vive dentro de él.