PSICOPATIAS
1)
CONCEPTO
La psicopatía se contempla como un trastorno de la
personalidad y no como un trastorno mental semejante a la esquizofrenia o a la
depresión. En este hecho parece haber un acuerdo entre los diferentes autores,
en tanto, por otra parte, un trastorno de la personalidad es un patrón
permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se
aparta de las expectativas culturales de la persona y tiene su inicio en la
adolescencia o principio de la edad adulta. Además, es estable a lo largo del
tiempo y produce malestar y perjuicios para dicha persona.
El trastorno antisocial de la personalidad, también
denominado psicopatía, sociopatía o trastorno disocial de la personalidad,
tiene como característica principal el desprecio y violación de los derechos de
los demás. Las personas con este trastorno se caracterizan por despreciar los
deseos, derechos y sentimientos de los demás, muestran pocos remordimientos,
carecen de empatía, son insensibles. Por otro lado, pueden y suelen poseer
cierto encanto artificial. Trastorno antisocial no es sinónimo de
comportamiento delictivo. Aunque, por supuesto, no se puede negar la existencia
de relación entre ambos términos. La psicopatía supone un claro e importante
factor de riesgo para la reincidencia en general y para la violencia en
particular.
Se hace imprescindible una identificación lo más clara y
concisa posible sobre el trastorno de la psicopatía. Para ello, se evalúa
mediante distintos sistemas clasificatorios (DSM- IV, CIE-10, Escala Hare,...).
El psicópata no está trastornado mentalmente. Frente a ello, lo que no cabe
lugar a dudas es que no estamos hablando de una persona normal, aunque es
plenamente consciente de sus acciones.
La personalidad psicopática ha sido estudiada a lo largo
de la historia de la psiquiatría, recibiendo variadas denominaciones tales como
locura moral, inferioridad psicopática, sociopatía, personalidad amoral,
asocial, antisocial o disocial. En la etiología de esta entidad probablemente
confluyan factores genéticos y medioambientales (crianza, experiencias
infantiles, etc). Algunos estudios han encontrado alteraciones en el
electroencefalograma y otros han descrito pequeñas malformaciones congénitas
con mayor frecuencia que en la población general.
Los psicópatas se caracterizan básicamente por su
desprecio hacia las normas establecidas por la sociedad. Carentes de principios
morales, sólo valoran a las demás personas en la medida en que puedan serles de
alguna utilidad práctica, de modo que no tienen reparo alguno en atropellar los
derechos ajenos cuando estos representan un obstáculo para el logro de sus
propósitos. Vemos así que en el historial del psicópata abundan actos
delincuenciales como robos, agresiones, chantajes, estafas, violaciones y hasta
crímenes. Su falta de sentimientos de culpa se traduce en todo tipo de
justificaciones para sus actos, de modo que el psicópata se muestra a sí mismo
como incomprendido o víctima de la sociedad, guiándose siempre por sus propias
reglas y no admitiendo nunca el menor remordimiento o vergüenza por sus
atropellos.
Impulsivos por naturaleza, no miden el peligro ni las
consecuencias de sus acciones, incurriendo repetidamente en actos riesgosos
para sí mismos y para los demás, como conducir imprudentemente, consumir
sustancias adictivas o participar en actos delictivos. Incapaces de tolerar las
frustraciones, pueden ser muy violentos si no consiguen lo que se proponen por
medios pacíficos. Propensos al aburrimiento, buscan continuamente las emociones
intensas y se consideran a sí mismos como personas de acción, intrépidos o
temerarios.
Sus relaciones interpersonales son frías y superficiales,
se interesan sólo por sí mismos, suelen ver a los demás como objetos
intercambiables y son incapaces de sentir afecto por otras personas, aunque
pueden aparentar lo contrario si lo consideran necesario. Son manipuladores,
utilizan a los demás para el logro de sus objetivos y no dudan en aprovechar
las debilidades ajenas, que suelen descubrir rápidamente, si son inteligentes.
Son también sumamente deshonestos, mienten con frecuencia y con gran facilidad,
y aunque pueden generar simpatía en algunas personas por su aparente
independencia y temeridad, no son capaces de mantener relaciones sentimentales
duraderas, siendo por lo general infieles y promiscuos sexualmente.
Este trastorno suele iniciarse tempranamente, en la
adolescencia o aun en la infancia, con mala conducta escolar, maltrato de
animales o niños pequeños, agresividad, violencia, mentiras frecuentes y
delitos menores como robos o daños a la propiedad ajena.
2)
EVOLUCION HISTORICA DEL CONCEPTO DE
PSICOPATIA
2.1 Los pioneros de la investigación
En lo que podríamos llamar un período
precientífico de la historia de la psicopatología que abarca desde la
antigüedad hasta prácticamente el siglo XV deberíamos citar a Asclepíades
(124-56 a.C.), que fuera llamado el "príncipe de los médicos", quien
creara el término "alienus" —locura—, señalando con ello
"enfermedad" que tornaba "extraño", "otro",
"distinto a los demás, al que lo sufría, manifestando que esta enfermedad
podía ser aguda o crónica".
Posteriormente, ya en el siglo I d.C., Aulo
Cornelio Celso describía la "insania".
Claudio Galeno (138-201 d.C.) hace mención a
la "locura" diferenciándola en "idiopática" o
"vesania" y "refleja" o "por consensus".
En el Corpus Iuris Civilis, verdadera
compilación del Derecho ordenada por el emperador Justiniano (482-565) llamado
por ello "Código Justiniano", incorpora el concepto de
"intervalo lúcido".
Por esa época entre las formas de alienación
se conocían "insania" y "demencia". Aquella susceptible de
curación; la segunda, no; la "fautitas" (debilidad mental), moria
(puerilismo) y "mente captus" (excitación maníaca).
Prácticamente este período, de ahí que lo
denominamos precientífico, no proporciona otros elementos atinentes a la
concepción de la psicopatología.
Ya en el siglo XVI encontramos a un médico
que se desempeñó como profesor de Medicina en la Universidad de Pavia, Girolano
Cardamo (1501-1596), que a raíz de que su hijo envenenara a su propia mujer y
por ello condenado y decapitado, escribía una obra en 1561, De utilitate de
adversis capiendi. En ella describe, esto por primera vez, una forma
clínica de enfermedad mental que denomina "improbidad" la que no
alcanza a ser insania dice, porque los que la padecen mantienen la aptitud para
dirigir su voluntad.
Como vemos pareciera que Cardamo, a través de
esta denominación intuyera aquellos cuadros de la psicopatología que sin ser
"insanos", "alienados", en fin "psicóticos",
padecen algún trastorno tan propio de los que posteriormente fueran descriptos
como "psicopáticos".
Gianbatista Dalla Porta (1540-1615) creador
de la ciencia fisiognómica en su obra De humana physiognomica,
consideraba la posibilidad de establecer una relación entre el rostro y el carácter
del individuo.
Entrando ya en el siglo XVII no podemos dejar
de mencionar la figura de Pablo Zacchia (1584-1654) fundador diríamos de la
Psiquiatría Médico Legal. De su obra máxima Cuestiones Médico Legales,
extrapolamos el último de los diez libros de que consta dicha obra que está
referida exclusivamente a temas psiquiátrico forenses, donde inicia su
exposición sosteniendo que "...para juzgar el estado mental de un
individuo, el único capacitado para ello es el médico", y agrega: "...los
médicos se aplican a estudiar la fisonomía, las particularidades físicas y las
psíquicas representadas especialmente por el modo de pensar y por el modo como
se exteriorizan los sentimientos". Por el aporte de carácter científico
que hizo Zacchia a la psiquiatría forense que otro gran maestro de la
psiquiatría Laignel Lavestine exponiendo en su Cátedra en 1922 expresó:
"...la historia de la psiquiatría médico legal he creído poder dividirla
de la siguiente manera: antes de Zacchia, después de Zacchia".
Pero es entre el siglo XVIII y el XIX cuando
comienzan los aportes más notables de la concepción que luego adquiriría
significación propia, es decir las "psicopatías" o "trastornos
de personalidad".
Así Philippe Pinel (1745-1826) quien fuera el
primero de los clínicos en merecer el nombre de psiquiatra, en 1809 publica su
"Traité de la mente" donde describe una forma clínica novedosa de
enfermedad mental que denomina "manía razonante" caracterizada porque
el paciente no es un "enfermo de la inteligencia" y sí, de sus
"instintos" que lo tornan en su conducta con un accionar maligno
respecto de las personas y de los animales.
Podríamos decir que con esta denominación
Pinel genera el concepto que Pritchard describiera como "locura
moral".
En efecto James Cowles Pritchard (1786-1861)
es el primero que en su obra famosa Treatise on insanity and other disorders
affecting the mind, menciona y describe la famosa "locura moral"
(moral insanity), refiriéndose a aquellos sujetos cuya moral o principios de
conducta están fuertemente pervertidos o depravados, siendo incapaces de
conducirse con decencia y propiedad en los quehaceres de la vida.
La locura moral aparece así como una variedad
de insania diferente de las otras variedades patológicas, caracterizada
fundamentalmente por la "asocialidad".
César Lombroso (1836-1909) se afirma en este
nuevo concepto psicopatológico para proclamar su teoría criminológica del
"hombre delincuente".
Prácticamente podemos partir entonces de
Pinel (1809) por su descripción de las "manías sin delirio". Años más
tarde y siempre en Francia, Esquirol (1838) con la delineación de las
"locuras de los sentimientos, de la inteligencia y de los instintos"
contribuyó al encasillamiento de los así llamados "locos morales",
entidad creada poco antes por Pritchard en Inglaterra.
En 1863 Morel introduce el concepto de
"degeneración y degenerados superiores" e incluye en éstos, a
aquellas alteraciones de índole hereditaria con conservación de la
inteligencia.
Magnan, Grasset y Regis desarrollan esta
tendencia en Francia, y Griessinger y Kraft-Ebing en Alemania hasta que en 1888
surge la figura que delimitaría con mayor precisión las así llamadas
"inferioridades psicopáticas", nos referimos al psiquiatra alemán J.
Koch.
Este autor considera la posibilidad de la
psicopatía congénita y adquirida, no excluye de las mismas a las deficiencias
intelectuales y recalca el carácter psicofísico de estos trastornos. En 1904
Kraepelin, crea la denominación "personalidad psicopática" y las
diferencia de los "estados psicopáticos". Estos últimos comprendían:
a) Nerviosidad,
b) Excitación y
depresión constitucional,
c) Locura obsesiva,
d) Aberraciones
sexuales.
Para dicho autor las personalidades
psicopáticas son formas frustradas de psicosis y las define siguiendo un
criterio fundamentalmente genético, calificándolas como tal cuando sus defectos
se limitan esencialmente a la vida afectiva y a la voluntad. Incluye en este
grupo al delincuente nato, a los inconstantes, a los mentirosos y farsantes y a
los seudoquerellantes.
En 1923, Regis en su Precis de Psychiatrie,
denomina este grupo de pacientes como "disarmónicos".
2.2 Las diferentes aproximaciones al concepto
actual
Durante el período comprendido entre los años
1920 y 1930, la investigación de los orígenes de la psicopatía provoca el enfrentamiento
de dos escuelas opuestas, la freudiana y la constitucionalista, la primera
basada en los conflictos internos, afirmaba que la falta de desarrollo del
superyó se debía a la presencia de frustraciones en la infancia.
La escuela constitucionalista, diferenciaba a
estos sujetos diciendo que eran constitucionalmente diferentes a los individuos
sanos y que tenía una base orgánica.
Paralelamente a estas dos escuelas surge un
tercer punto de vista y es la explicación sociológica del fenómeno, que intentaban
demostrar que el crimen tenía un origen enteramente social, surgiendo varios
autores que se adscribieron en las décadas de 1950 y 1960.
2.3 El enfoque de Kurt Schneider
Toda la conceptualización psiquiátrica
alemana ha encontrado un significado específico en los trabajos de este autor,
en efecto Kurt Schneider en 1923, define la personalidad psicopática como
aquellas personalidades
Asociación Argentina de Psiquiatras 1996
anormales que sufren por su anormalidad o hacen sufrir bajo ella, a la sociedad.
Asociación Argentina de Psiquiatras 1996
anormales que sufren por su anormalidad o hacen sufrir bajo ella, a la sociedad.
Es decir introduce de esta manera un concepto
valorativo desde el punto de vista social, y si bien reconoce que dicho
criterio es eminentemente subjetivo, sustenta su formulación, en la necesidad
de una selección práctica. La clasificación propuesta es quizás el aporte más
importante que el autor realiza a la psiquiatría europea.
Esta clasificación pretende establecer una
tipología asistemática con tipos esenciales incomparables caracterizados y
designados sólo por sus rasgos más sobresalientes. Las diez categorías
descriptas son:
1) Hipertímicos,
2) Depresivos,
3) Inseguros,
4) Fanáticos,
5) Necesitados de
estima,
6) Lábiles de estado
de ánimo,
7) Explosivos,
8) Desalmados,
9) Abúlicos,
10) Asténicos.
2.4 El gran aporte de Cleckley
H. Cleckley, en su tratado The mask of
sanity (en 1941 fue la primer edición) presenta un perfil de la psicopatía,
determinando 16 rasgos que consideraba más significativos del trastorno y que
son los siguientes:
1) Encanto externo y
notable inteligencia.
2) Ausencia de alucinaciones y de otras
alteraciones del pensamiento irracional.
3) Ausencia de
"nerviosismo" o de reacciones neuróticas.
4) Indigno de
confianza.
5) Mentiras e
insinceridad.
6) Falta de
sentimientos de culpabilidad y de vergüenza.
7) Conducta
antisocial sin aparente remordimiento.
8) Razonamiento insuficientemente y falta de
capacidad para aprender de la experiencia.
9) Egocentrismo
patológico e incapacidad para amar.
10) Gran pobreza de
reacciones afectivas primordiales.
11) Pérdida
específica de intuición.
12) Irresponsabilidad
en las relaciones interpersonales corrientes.
13) Comportamiento fantástico y poco
recomendable por lo que respecta a la bebida, e incluso enajenado en algunas
ocasiones.
14) Amenazas de
suicidio raramente cumplidas.
15) Vida sexual impersonal,
trivial y poco integrada.
16) Incapacidad para
seguir cualquier plan de vida.
Estos criterios serán vistos nuevamente
cuando hablemos de los instrumentos de evaluación utilizados en la actualidad.
2.5 Algunos conceptos a partir de 1945
Mira y López en su Tratado de Psicología
Jurídica en 1945, define a la personalidad psicopática como
"...aquella personalidad mal estructurada, predispuesta a la disarmonía
intrapsíquica, que tiene menos capacidad que la mayoría de los miembros de su
edad, sexo y cultura para adaptarse a las exigencias de la vida social".
Considera en su clasificación, 11 tipos
anormales y que denomina:
1) Asténica,
2) Compulsiva,
3) Explosiva,
4) Inestable,
5) Histérica,
6) Cicloide,
7)
Sensitivo-paranoide,
8) Esquizoide,
9) Perversa,
10) Hipocondríaca
11) Homosexual.
Este autor, en su manual de psiquiatría
señala que el concepto de "personalidades psicopáticas" ha sustituido
al de "constitución psicopática", teniendo en cuenta que tales
personalidades no son sólo el producto de propiedades genotípicas, toda vez que
existe un gran número de personas, que sin tener un déficit en su desarrollo
psíquico viven en un inestable equilibrio intrapsíquico, fácilmente perturbado
cuando las circunstancias ambientales se hacen desfavorables.
Así, en nuestra opinión aceptable
interpretación etiopatogénica destaca en complejo estructural de actos de tipos
de personalidad, los rasgos internos que nos expliquen la anormalidad de sus
manifestaciones y su fácil desadaptación social. Entre tales rasgos señala la
desproporción o falta de armonía que se observa entre sus distintas partes
constituyentes, la inestabilidad de las reacciones afectivas que compromete o
dificulta más aun la obtención de la síntesis psíquica; es común a todos los
psicópatas la irregularidad de sus estados de ánimo, de sus propósitos y de su
actos.
Otro rasgo distintivo para este autor es la
falta de objetividad en los juicios. Finalmente, señala la excesiva
discordancia existente entre el concepto que tienen de sí y de los demás, el que
los demás tienen de ella y el "ideal" personal hacia el cual aspiran.
En suma, dice, las personalidades
psicopáticas ofrecen muchos rasgos de "primitivismo mental" y son
desde este punto compatibles a las mentalidades infantiles y salvajes.
K. Eissler, en 1949 señalando la diferencia
que existía entre los sociópatas —personalidad antisocial de los neuróticos y
de los delincuentes— consideraba que aquellos eran portadores de ciertos
trastornos que le eran propios. Estos trastornos presentan como características
además de la ausencia de sentimiento de culpa y de ansiedad, superficialidad de
las metas y orientación egocéntrica. Los hermanos William y Joan Mc Cord, en
1956 en su libro, Psicopatía y Delincuente, describen lo que dieron en llamar "síndrome psicopático". Describieron en él, las siguientes características: escaso o ningún sentimiento de culpa, perturbada capacidad de amar (cuando tienen alguna relación afectiva, es escasa, de corta duración y tendiente a la satisfacción de sus propios deseos), conducta asocial, necesidad de excitación, impulsividad y agresión.
1956 en su libro, Psicopatía y Delincuente, describen lo que dieron en llamar "síndrome psicopático". Describieron en él, las siguientes características: escaso o ningún sentimiento de culpa, perturbada capacidad de amar (cuando tienen alguna relación afectiva, es escasa, de corta duración y tendiente a la satisfacción de sus propios deseos), conducta asocial, necesidad de excitación, impulsividad y agresión.
En 1960, Glover, destaca como característica
que definen al psicópata, perturbaciones afectivas, perturbaciones del
instinto, deficiente estructura yoica, deficiente estructura superyoica, juicio
de realidad disminuido, vivir sólo el presente, vale decir ausencia de
capacidad de prospección, bajo umbral frente a las frustraciones de origen
constitucional, conductas antisociales y ubica a estos enfermos entre las
neurosis y las psicosis.
Por su parte D. Liberman, en 1962, se ocupa
de las psicopatías, considerando que presentan una perturbación pragmática que
toma de Morris y la semiótica, subdividida en semántica, sintaxis y pragmática,
es decir que ubica en el área de la comunicación dicha perturbación y de la
cual se derivan las otras es decir, dificultades en el pensamiento, en su
relación con la realidad y en la constitución de una identidad integrada. Esa
perturbación pragmática le imposibilita el uso instrumental de los símbolos
verbales y es una de las causas que determinan su lenguaje de acción porque
reemplaza la palabra por la acción impulsiva.
Henri Ey en su Tratado de Psiquiatría
de 1965 incluye a las personalidades psicopáticas dentro del capítulo de las
enfermedades mentales crónicas, que considera como un desequilibrio psíquico
destacando en él, las anomalías caracterológicas de la personalidad.
Refiere que el denominador común reconocido
por la literatura psiquiátrica contemporánea es "la antisociabilidad y su
impulsividad", presentando estos sujetos trastornos afectivos y
caracteriales diversos y una propensión a las conductas antisociales.
Dicho autor señala respecto a las anomalías
caracterológicas que la patología del carácter representa un proceso de
organización (en el que se combinan y suman los rasgos del carácter y los
mecanismos de defensa del Yo) para formar una clase de personalidad anacrónica,
regresiva y como encadenada a su fatalidad interna y agrega que ese
desequilibrio psíquico afecta a la cohesión y equilibrio emocional y volitivo
de la personalidad.
L.C. Kolb, en 1976, en su Tratado de
Psiquiatría Clínica Moderna, señala que en los trastornos de personalidad
se dan variantes que van desde la inflexibilidad de la personalidad o su
especial vulnerabilidad ante determinadas causas de stress, y las dificultades
en la adaptación sexual y social que resultan evidentes y aparecen en forma
repetida a lo largo de la vida, a pesar de que el individuo posee una capacidad
intelectual adecuada.
Este mismo autor refiere que en los
trastornos de la personalidad con manifestaciones de tinte paranoide,
ciclotímico y esquizoide, el funcionamiento Yoico y la capacidad de valorar la
realidad permanecen intactos, permitiendo a la persona adaptarse a la sociedad
en forma afectiva.
2.6 Evolución del concepto de Trastorno
Antisocial de la Personalidad
En los últimos años se ha ido reemplazando el
concepto de "psicopatía" por otro concepto de naturaleza más
sociológica, el TAP, "Trastorno Antisocial de la Personalidad"
(DSM-III, APA 1980).
En la actualidad los sustantivos referidos
anteriormente como manía, locura sin delirio, locura de los degenerados, moral
insanity, etcétera, han sido reemplazados por el trastorno antisocial de la
personalidad en términos de clasificación psiquiátrica alegándose
el término psicopatía a la investigación. Existen muchos autores que consideran que a pesar del uso frecuente como sinónimos equivalentes de los términos psicopatía y trastorno antisocial de la personalidad, se trataría de dos conceptos diferentes. Al parecer el concepto responsable de tal confusión sería la conducta antisocial, como dado que es el punto de intersección entre ambos trastornos. Si consideramos la conducta antisocial en sí misma nos encontraríamos con que en ocasiones el factor responsable de su manifestación es la personalidad psicopática, en otras ocasiones sería el trastorno antisocial de la personalidad quedando un área en las que se incluirían diversas causas como el alcoholismo y la drogadicción.
el término psicopatía a la investigación. Existen muchos autores que consideran que a pesar del uso frecuente como sinónimos equivalentes de los términos psicopatía y trastorno antisocial de la personalidad, se trataría de dos conceptos diferentes. Al parecer el concepto responsable de tal confusión sería la conducta antisocial, como dado que es el punto de intersección entre ambos trastornos. Si consideramos la conducta antisocial en sí misma nos encontraríamos con que en ocasiones el factor responsable de su manifestación es la personalidad psicopática, en otras ocasiones sería el trastorno antisocial de la personalidad quedando un área en las que se incluirían diversas causas como el alcoholismo y la drogadicción.
La psiquiatría clásica los define como
personas inestables que se dan a los placeres inmediatos, parecen carecer de un
sentido de responsabilidad y a pesar de humillaciones y castigos repetidos no
aprenden a modificar su conducta.
El tipo de personalidad más frecuentemente
descripto corresponde a la denominada constitución perversa o personalidad
desalmada de Schneider.
En la tesis de doctorado Personalidad
Psicopática Perversa Post-traumática, escrita por el Dr. Antonio Bruno, en
el año 1958, el autor siguiendo el criterio de Regis, resume en cinco términos
la sintomatología de este cuadro.
Ellas son: inafectividad, amoralidad,
impulsividad, inadaptabilidad e incorregibilidad.
Analizaremos cada una de ellas.
1) Inafectividad: ya desde
niño se observa el desapego y el carácter disimulado. No manifiesta inclinación
por nadie, permanece indiferente al afecto que se le brinda.
Se observa en el perverso una completa
pérdida de la afectividad que une a los hijos con los padres y a los hombres
con sus semejantes.
No comprende el afecto y no sólo es indiferente,
sino que se burla cínicamente de ello.
No hay en estos enfermos atisbos de reacciones emocionales. La frialdad emocional es su signo.
No hay en estos enfermos atisbos de reacciones emocionales. La frialdad emocional es su signo.
2) Amoralidad: padecen los
perversos una insensibilidad moral más o menos completa, una falta de juicio
moral y de noción de ética.
Carecen, siguiendo a Schneider, de conciencia
moral, ausencia de sentimientos morales, según Mira y López.
Cabe mencionar aquí el llamado "síntoma
de Lombroso", por De Sanctis, consistente en la relación que habitualmente
se encuentra entre la hipoalgesia de los tejidos o escasa sensibilidad al dolor
físico y grave insensibilidad moral que llega hasta la inmoralidad.
3) Impulsividad: la pérdida
del sentido moral permite comprender fácilmente que los instintos no poseen
freno alguno.
Además de la ausencia de sentimientos éticos
altruistas, se aprecia como disturbio final afectivo una gran irritabilidad,
que unido a la falta de sentimientos morales, lo impulsan a cometer las más
grandes brutalidades y crueldades, llegando fácilmente a actos agresivos
(homicidios, lesiones).
4) Inadaptabilidad: el perverso
muestra ya sus primeros contactos sociales en disciplina, crueldad y manifiesta
tendencia a la actividad delictiva.
La inadaptabilidad aparece tempranamente en
el medio familiar, se sienten, estos enfermos, molestos a la autoridad de sus
progenitores.
Durante el período escolar es un alumno
detestable, incapaz de observar los reglamentos escolares. Por su mentalidad,
no tiene estabilidad en un oficio o empleo.
Por ello su vida comienza a desenvolverse al
margen de la ley y de la sociedad. Detenidos van a la cárcel, puestos en
libertad vuelven a lo mismo, es imposible corregirlos.
5) Incorregibilidad: puede
desmembrarse de lo indicado como inadaptabilidad. En efecto, el perverso no
puede recibir los beneficios de la reeducación, pues son incapaces de alcanzar
las posibilidades de una readaptación
social siendo insensibles al castigo o al premio.
social siendo insensibles al castigo o al premio.
Gisbert Calabuyg y Sánchez Blanque refieren
que Birbaun fue el primero que estableció características generales de las
personalidades antisociales que serían las siguientes:
a) Desproporción entre los estímulos
recibidos y las respuestas emitidas, es decir, el sujeto responde en forma
exagerada ante un estímulo mínimo, mientras que otras muestran una falta
evidente de reacción ante estímulos importantes.
b) Disarmonía entre los elementos que
integran el carácter; con esto se quiere decir que el sujeto no mantiene un
equilibrio entre su inteligencia, su afectividad, su vida pulsional y su
voluntad.
Así dicen estos autores, las fantasías no
resaltan controladas por la crítica racional, la voluntad cede ante la presión
impulsiva, la afectividad está unas veces embotada y otras veces exaltada y a
menudo es lábil, bruscamente cambiante o inconsistente.
c) Intolerancia psicofísica, es decir, son
sujetos que se quejan de todo, por incapacidad para soportar desde las pequeñas
incomodidades, hasta el dolor, o fenómenos naturales como los cambios
climáticos.
d) Inadaptabilidad a la vida, ésta es la
resultante de las características expuestas y que resulta de extrema
importancia. En efecto, el sujeto no se encuentra a gusto en ninguna parte,
empezando como lo destacan los autores citados, porque no se sienten bien
consigo mismos.
O bien se infravaloran o se sobrevaloran, o
bien se idealizan a los demás o desean intensamente estar con ellos para que
los apoyen o admiren, o bien rechazan bruscamente, los desestiman, los
desprecian o los agreden.
De allí el permanente malestar, la disforia,
las discusiones con los demás, los muy frecuentes cambios de empleo, lugar de
residencia, amistades y pareja.
e) Conducta antisocial. Aquí Birbaun se
refiere a la conducta antisocial de cualquier personalidad psicopática y no a
la que se denomina trastorno antisocial de personalidad, es decir al hecho de
que el sujeto por su falta de control, su disarmonía personal, su intolerancia
psicofísica, su impulsividad, etcétera, entra en frecuentes conflictos con los
demás.
2.7 Conceptos
actuales del trastorno antisocial de la personalidad
Las personalidades antisociales constituyen
el caso más llamativo de anomalías en la adquisición de los aprendizajes
normativos y acostumbran a crear trastornos de todo tipo en las personas que
los rodean. Además, han suscitado una gran alarma social por los factores de
criminalidad que están asociados a ellas.
Estas personalidades han sido llamadas por
Millon (1981), personalidades agresivas por considerar que el término
antisocial incluye una connotación valorativa y que algunas características de
personalidad similares se encuentran también en individuos que no atentan
abiertamente contra los usos y las convenciones sociales.
No es fácil estudiar este trastorno porque se
mezclan los conceptos de criminalidad, sociopatía y trastorno antisocial de la
personalidad. Los psicópatas —vieja denominación de este trastorno— han sido
denominados también sociópatas por dos motivos:
1) El no ser
alteraciones de índole congénita, y
2) El constituir una personalidad que,
precisamente por su modo de ser, deviene en una inadaptación social.
Para algunos autores, como la Dra. Paz de
Corral, profesora titular de la Cátedra de Terapia de la Conducta de la
Universidad de San Sebastián, el término psicópata no resulta en
la actualidad una palabra adecuada. Es la denominación de una especie (psicopatías frente a neurosis y psicosis), mediante un nombre (etimológicamente, psicopatía debería incluir todas las presuntas alteraciones de la conducta, como cardiopatías incluye todas la alteraciones cardíacas).
la actualidad una palabra adecuada. Es la denominación de una especie (psicopatías frente a neurosis y psicosis), mediante un nombre (etimológicamente, psicopatía debería incluir todas las presuntas alteraciones de la conducta, como cardiopatías incluye todas la alteraciones cardíacas).
Por otra parte, tiene unas connotaciones que
no son válidas en la actualidad. De hecho, hace referencia a disposiciones
constitucionales incluso hereditarias, a "degeneraciones" biológicas
y psicológicas (de tipo moral incluso), que han sido resultado de la
especulación positivista del siglo XIX (Castilla del Pino, 1980; Mc Cord,
1982). No es asimismo infrecuente la utilización del término referido
impropiamente a las personas agresivas que nos resultan molestas.
Por todo ello, el término psicopatía es
sustituido en el DSM-III-R, por el de trastorno antisocial de la personalidad,
que acentúa los rasgos antisociales de este trastorno. El riesgo de asocialidad
se constituye, por lo tanto, en un componente central y sirve para diferenciar
a las personas aquejadas de este trastorno del resto de los delincuentes, que
al menos poseen una cultura delictiva con la que se pueden identificar y que
son capaces de funcionar adecuadamente dentro de su grupo, manifestando
lealtad, sentimientos de culpa y afecto (Garrido, 1993).
Este trastorno es a menudo
extraordinariamente incapacitante porque los primeros síntomas que aparecen en
la niñez interfieren con el rendimiento educativo y dificultan la
profesionalización ulterior. Después de los 30 años, la conducta antisocial más
flagrante puede disminuir sobre todo la promiscuidad sexual, las peleas y la
delincuencia, si bien pueden madurar con el paso de los años, son objeto de
tantas complicaciones biográficas (manicomios, encarcelamientos, aislamiento
familiar y social, etcétera) que es difícil hablar de la normalización de su
personalidad en la vida adulta (Valdés, 1991).
Los rasgos nucleares del trastorno antisocial
de la personalidad son los comportamientos impulsivos, sin reparar en las
consecuencias negativas de las conductas, la ausencia de responsabilidades
personales y sociales con déficits en la solución de problemas, y la pobreza
sentimental, sin sentimientos de amor y culpabilidad. Como consecuencia de todo
ello, estas personas carecen de mínimo equipamiento cognitivo y afectivo
necesario para asumir los valores y normas morales aceptados socialmente.
3) CLASIFICACION SEGÚN CRITERIO DE LA OMS
La Décima Clasificación Internacional de Enfermedades de
la Organización Mundial de la Salud (CIE-10, 1992) define el trastorno disocial
de la personalidad según los siguientes criterios:
1. Cruel
despreocupación por los sentimientos de los demás y falta de capacidad de
empatía.
2. Actitud marcada y
persistente de irresponsabilidad y despreocupación por las normas, reglas y
obligaciones sociales.
3. Incapacidad para
mantener relaciones personales duraderas.
4. Muy baja
tolerancia a la frustración o bajo umbral para descargas de agresividad, dando
lugar incluso a un comportamiento violento.
5. Incapacidad para
sentir culpa y para aprender de la experiencia, en particular del castigo.
6. Marcada
predisposición a culpar a los demás o a ofrecer racionalizaciones verosímiles
del comportamiento conflictivo.
7. Irritabilidad
persistente.
Por su parte, el Cuarto Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-IV,
1994) utiliza los siguientes criterios para el trastorno antisocial de la
personalidad:
A. Un patrón general
de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la
edad de 15 años, como lo indican 3 o más de los siguientes ítems:
1) fracaso para
adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal,
como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención
2) deshonestidad,
indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para
obtener un beneficio personal o por placer
3) impulsividad o incapacidad
para planificar el futuro
4) irritabilidad y
agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones
5) despreocupación imprudente
por su seguridad o la de los demás
6) irresponsabilidad
persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia
o de hacerse cargo de obligaciones económicas
7) falta de
remordimiento, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber
dañado, maltratado o robado a otros.
B. El sujeto tiene al
menos 18 años.
C. Existen pruebas de
un trastorno de conducta que comienza antes de los 15 años.
D. El comportamiento
antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un
episodio maniaco.
4) CAUSAS
En el origen de las p. juegan un papel
primordial las disposiciones heredadas. En favor de la influencia de la
herencia (v. HERENCIA PSICOLÓGICA) en la causalidad de las p. está el dato,
suficientemente comprobado, de la presentación simultánea de p. en gemelos que
habían vivido separadamente, en distintos ambientes.
Junto a los factores hereditarios, la educación y el ambiente -una y otro en el más amplio sentido- contribuyen al desarrollo de las tendencias psicopáticas, tanto favorable como desfavorablemente. Dentro de esos factores ambientales, hay que destacar en primer lugar el medio familiar, que ejerce a lo largo de la evolución del niño una importante influencia potenciadora o depresora de la disposición psicopática. En este sentido; tanto la privación afectiva y la separación de los padres, como la sobreprotección y las conductas educativas erróneas, pueden determinar una evolución psicopática de la personalidad. En favor de la importancia de los factores socioculturales en la génesis de las personalidades anormales están las informaciones obtenidas al comparar distintas culturas o grupos sociales.
Aunque la p. es una anormalidad congénita caracterológica, la experiencia demuestra que determinadas enfermedades padecidas precozmente o, incluso, en edades adultas, pueden determinar alteraciones caracterológicas similares a las verdaderas p., a las que debe reservarse el término de pseudopsicopatía. Los casos más frecuentes son consecuencia de encefalitis y meningitis. Finalmente, para los autores de orientación psicoanalítica (V. PSICOANÁLISIS), el concepto de p. carece de verdadera autonomía, postulando un determinismo psicológico análogo al que opera en las neurosis (v.).
Junto a los factores hereditarios, la educación y el ambiente -una y otro en el más amplio sentido- contribuyen al desarrollo de las tendencias psicopáticas, tanto favorable como desfavorablemente. Dentro de esos factores ambientales, hay que destacar en primer lugar el medio familiar, que ejerce a lo largo de la evolución del niño una importante influencia potenciadora o depresora de la disposición psicopática. En este sentido; tanto la privación afectiva y la separación de los padres, como la sobreprotección y las conductas educativas erróneas, pueden determinar una evolución psicopática de la personalidad. En favor de la importancia de los factores socioculturales en la génesis de las personalidades anormales están las informaciones obtenidas al comparar distintas culturas o grupos sociales.
Aunque la p. es una anormalidad congénita caracterológica, la experiencia demuestra que determinadas enfermedades padecidas precozmente o, incluso, en edades adultas, pueden determinar alteraciones caracterológicas similares a las verdaderas p., a las que debe reservarse el término de pseudopsicopatía. Los casos más frecuentes son consecuencia de encefalitis y meningitis. Finalmente, para los autores de orientación psicoanalítica (V. PSICOANÁLISIS), el concepto de p. carece de verdadera autonomía, postulando un determinismo psicológico análogo al que opera en las neurosis (v.).
5) CARACTEROLOGIA PSICOPATICA
Las manifestaciones caracterológicas
varían tanto en cada caso de p., que no es posible hacer una descripción global
y unitaria. Sin embargo, existen características comunes a todos los
psicópatas, que permiten marcar un criterio definidor de las personalidades
psicopáticas (v. CARACTEROLOGÍA; PSICOLÓGICOS, TIPOS).
Cleckley enumera los siguientes rasgos característicos de las personalidades psicopáticas: atracción superficial; ausencia de ansiedad neurótica; ausencia de trastornos del juicio; irresponsabilidad; conducta antisocial habitual, inadecuadamente motivada; buena inteligencia; falta de remordimiento y vergüenza; incapacidad para amar; incapacidad de aprender con la experiencia; falta de autocrítica; reacción desproporcionada o fantástica al alcohol; pobreza de reacciones afectivas; fracasos frecuentes e inexplicables; y, por último, falta de sinceridad.
En resumen, el psicópata tiene poca capacidad para adaptarse satisfactoriamente al medio ambiente, es voluble, egocéntrico, muestra un predominio de las tendencias instintivas y una deficiente disposición para amar. Estos rasgos y pautas de comportamiento son habituales, pues tienen un origen en el propio carácter del sujeto; pero, a veces, se manifiestan por crisis o episodios más o menos prolongados, en los que se observa una recrudescencia intensa de las reacciones caracteriales patológicas.
Cleckley enumera los siguientes rasgos característicos de las personalidades psicopáticas: atracción superficial; ausencia de ansiedad neurótica; ausencia de trastornos del juicio; irresponsabilidad; conducta antisocial habitual, inadecuadamente motivada; buena inteligencia; falta de remordimiento y vergüenza; incapacidad para amar; incapacidad de aprender con la experiencia; falta de autocrítica; reacción desproporcionada o fantástica al alcohol; pobreza de reacciones afectivas; fracasos frecuentes e inexplicables; y, por último, falta de sinceridad.
En resumen, el psicópata tiene poca capacidad para adaptarse satisfactoriamente al medio ambiente, es voluble, egocéntrico, muestra un predominio de las tendencias instintivas y una deficiente disposición para amar. Estos rasgos y pautas de comportamiento son habituales, pues tienen un origen en el propio carácter del sujeto; pero, a veces, se manifiestan por crisis o episodios más o menos prolongados, en los que se observa una recrudescencia intensa de las reacciones caracteriales patológicas.
6) LOS PSICOPATAS
Enfoque
Criminológico De Los Psicópatas
Desde
el punto de vista criminológico, se considera una actuación psicopática
"en serie", cuando como mínimo se presentan tres hechos y con un
cierto invervalo de tiempo
entre cada uno.
A
diferencia de quien comete hechos "en masa", el psicópata es repetitivo,
escogiendo a sus víctimas y planeando cuidadosamente sus actuaciones.
Los
Psicólogos y Psiquiatras Forenses los han perfilado genéricamente de la
siguiente manera:
- Normalmente
se trata de hombres jóvenes (aunque también hay una lista de mujeres psicópatas
que representan el 11%, de las cuales la mayoría son lesbianas –observación
de correlación, mas no de causalidad)-.
- La
mayoría son de raza blanca.
- Atacan preferentemente
a las mujeres.
- El
primer hecho lo comenten antes de cumplir los 30 años de edad.
- Infancia
traumática por abandono, malos tratos físicos, psíquicos o sexuales.
- Tendencia
al aislamiento de la sociedad
y tratar de vengarse de ella.
- Tiene un
mundo imaginario lleno de fantasías mejor que el real (dentro de su
mente). No distingue entre la fantasía y la realidad.
- Se
siente amo del mundo.
- Revive
con cada víctima los abusos sufridos, identificándose con el agresor.
- Tiene
contacto personal
con las víctimas: utiliza armas
u objetos de diversa índole, estrangula, golpea. El uso de armas
de fuego no es frecuente entre los psicópatas.
- Finge emociones
que no siente.
- Busca su
propio placer.
- Solitario.
- Manipulador.
- Puede
parecer sociable y de aspecto encantador.
- Cree que
todo le está permitido. Particular sentido de la libertad.
- Se
excita con el riesgo
y lo prohibido.
- Humilla
a sus víctimas para recobrar la autoridad
y realzar su autoestima.
- Cuando
su actuación es organizada (como el caso que nos ocupa), preparan sus
actos minuciosamente sin dejar pistas, dificultando su captura. El psicópata
desorganizado si deja pistas y comete errores, facilitando su captura.
- Una vez
capturados suelen confesar, a veces atribuyéndose más víctimas, dado su
afán de protagonismo y celebridad.
- Tendencia
lúdica a "jugar" con la policía, desafiándola y sintiéndose
superior.
En
el caso de mujeres psicópatas, básicamente se caracterizan así:
Son
menos violentas.
Raramente
sus actos tienen connotaciones sexuales.
Usan
métodos
discretos y sencillos para atacar.
El
veneno es el recurso mas utilizado para actuar.
Son
metódicas y muy cuidadosas.
La
historia
registra casos de mujeres de frágiles rostros -unos inspiradores de ternura y
otros de compasión-, pero en cuyas mentes se ocultan verdaderas mentes
psicopáticas destructivas.
Siendo
tan inteligente como ha demostrado que es, puede ser calificado de loco?
Cómo es posible que un psicópata pueda llevar una aparente vida social normal?
Cómo es posible que un psicópata pueda llevar una aparente vida social normal?
La
personalidad psicopática es un refugio de traumas, normalmente provocados en su
infancia,
que lo lleva a vengarse con la sociedad de todo aquello que le ocurrió.
Maltrato,
abusos, violaciones, rechazos, frustraciones, son parte de la larga lista de
causas, que en la mente fantasiosa del psicópata, se vuelven motivaciones
encauzadas hacia lo religioso, lo moral,
familiar, sexual o social.
Uno
de los psicópatas mas impactantes que registra la historia fue Theodore
–Ted- Bundy -, ejecutado en la silla eléctrica, indica como el rechazo de que
fue objeto por parte por una jovencita en su primera experiencia sentimental,
le provocó severos transtornos que lo llevaron a violar y asesinar a gran
cantidad de jovencitas con las mismas características físicas de aquella que lo
había rechazado, las que atraía con su encanto personal,
normalmente en Colegios o puntos de reunión.
El
Psicópata que actúa en la Zona de Curridabat y Tres Ríos (curiosamente del lado
Sur de la carretera a Cartago) –que llamaremos el Psicópta de la Luna Llena-,
de acuerdo a los perfiles elaborados nos indica que no se comporta como un
loco, aunque si es perfilado como solitario, retraído, hostil y agresivo, de inteligencia
mayor a la normal, con hábitos hacia el montañismo acorde con su forma de ser
solitaria, posiblemente por una situación de abuso y maltrato sistemático en la
infancia
lo llevó a odiar a la figura femenina.
El
Psicópata tiene su propia realidad, donde se hace presente el "Teorema de
Thomas": "aunque sea falso en sus causas es cierto en sus
consecuencias", es decir, todo lo que inunda su intrincada mente es cierto
para él, dentro de una "lógica"
de pensamiento
que él justifica, porque la personalidad psicopática lo justifica todo
echándole la culpa a otros, ya que el Psicópata se siente víctima y no
victimario, no hace nada malo porque en aras de "su realidad",
"hace justicia"
por lo que considera no debería ocurrir o simplemente satisfacer su necesidad
de venganza o furia interior y de "hacer justicia"
por todo lo que a él le pasó.
Este
Psicópata ha sido calificado como una persona lujuriosa y fantasiosa, y como
tal no distingue entre la realidad y la imaginación, no pudiendo establecer los
límites
y auto límites que impone la vida en sociedad.
No
tiene sentido del límite, porque para él todo le está permitido.
Cual
si hubiera seguido un modelo
de "formación", este Psicópata desarrolló una personalidad compatible
con lo que llegaría a ser adulto: cauteloso, inteligente, sagaz, astuto,
paciente, solitario, hábil, seguro,
de condición física
fuerte, certero. Estas características unidas a la "rigidización de los valores"
–especialmente los sexuales -lo llevaron hacia lo que el Psicópata Walker
calificó como "una empresa
exitosa", al referirse a la gran cantidad de ataques seriales
"exitosos" que había cometido.
Obsérvese
que todas esas habilidades son las de un cazador (los perfiles destacan esa
característica), porque realmente lo que hace es aplicar la estrategia
de "cazar": conoce el sitio con anterioridad, estudia el terreno,
sabe donde llega "la presa", espera y ataca –siempre de la misma
manera-.
Aunque
la mente del Psicópata es calificada por la Psiquiatría como enferma, no se le
considera un loco, porque su actuación demuestra que está ubicado en el tiempo
y en el espacio, "actúa inteligentemente" sin dejar rastros ni pistas
en lo que técnicamente se llama "manejo limpio de la escena del
crimen". Haber permanecido en el misterio desde 1986 lo demuestran.
Sus
perturbaciones son de algunas áreas de su personalidad, pero no de todas.
En
los intrincados laberintos de la mente humana, la actuación del Psicópata
seguirá siendo calificada por el común de la gente como la de un loco, pero no
deberíamos abandonar el análisis
desde sus causas, porque al fin de cuentas
el Psicópata posiblemente fue víctima de un pasado lleno de rechazo, maltrato y
vejámenes.
Debe
llamarnos a la reflexión y a la acción, lo que muchos niños sufren hoy en
algunos "hogares" (hogares?) y en las calles de nuestras junglas de concreto
llamadas "ciudades"? Abandono, pandillismo, antivalores, drogadicción,
pérdida de valores.
La llamada "cosificación" de ésta era tecnológica, donde la adicción
a la tecnología
hace que los niños –y las personas- se sientan mejor con las cosas que con las
personas, son otro ingrediente de la conducta psicopática.
Acaso
estamos forjando con todo ello a futuros psicópatas o antisociales?
Recordemos:
"Si un niño vive en hostilidad,
aprende a pelear.
Si un niño vive avergonzado,
aprende a sentirse culpable.
Si un niño vive con tolerancia,
aprende a confiar.
Si un niño vive apreciado,
"Si un niño vive en hostilidad,
aprende a pelear.
Si un niño vive avergonzado,
aprende a sentirse culpable.
Si un niño vive con tolerancia,
aprende a confiar.
Si un niño vive apreciado,
Aprende a
apreciar.
Si un niño vive con equidad,
aprende a ser justo.
Si un niño vive con seguridad, aprende a tener fe.
Si un niño vive con aprobación, aprende a quererse.
Si un niño vive con aceptación y amor, aprende el lenguaje universal del amor".
"Quien no ame a los niños está renunciando al futuro de su Patria,
quien no respete a un anciano está ignorando el pasado de su Patria.
Quien no entienda esto, no entiende nada".
Si un niño vive con equidad,
aprende a ser justo.
Si un niño vive con seguridad, aprende a tener fe.
Si un niño vive con aprobación, aprende a quererse.
Si un niño vive con aceptación y amor, aprende el lenguaje universal del amor".
"Quien no ame a los niños está renunciando al futuro de su Patria,
quien no respete a un anciano está ignorando el pasado de su Patria.
Quien no entienda esto, no entiende nada".
7) CARACTERIZACION DE LOS PSICOPATAS
PERSONALIDAD
PSICOPATICA
ê
INDIVIDUOS
QUE DEBEN SATISFACER NECESIDADES ESPECIALES
ê
USAN
RECURSOS
ATIPICOS PARA SATISFACERLAS
ê
TIENEN
UN CONCEPTO
PARTICULAR DE LIBERTAD
ê
VALIÉNDOSE
DE CODIGOS PROPIOS
ê
UTILIZANDO
A LAS PERSONAS COMO COSAS
ê
DESTRUCTIVIDAD
ê
REPETICION
DE HECHOS
8) TIPOS DE PSICOPATAS
Según el predominio
de una u otra anomalía o rasgo característico, surgen las diversas variedades
de las personalidades psicopáticas. Se ha tratado de delimitar en ellas tipos
homogéneos, agrupando las diversas características clínicas, teniendo en cuenta
el carácter forzosamente artificioso de estos grupos, ya que no es posible
encasillar la enorme variedad de la vida psíquica en patrones fijos.
Seguiremos en la exposición la clasificación de los tipos psicopáticos formulada por K. Schneider, autor que con más rigor ha descrito los rasgos de las personalidades psicopáticas. Todos estos grupos se presentan no sólo en diferentes grados de intensidad, sino también en todas sus combinaciones. Así, hay depresivos inseguros de sí mismos, fanáticos explosivos, hipertímicos desalmados, abúlicos con rasgos de necesidad de estimación, abúlicos inseguros, etc. Debe añadirse que, en los casos más ligeros, las diferencias entre p. y normalidad son difíciles de precisar.
a) Psicópatas hipertímicos. Comprende este grupo aquellas personalidades caracterizadas por un estado de ánimo fundamentalmente alegre y una desbordante actividad. Se trata de individuos socialmente agradables, divertidos y desenvueltos. A pesar de su actividad y optimismo, la falta de profundidad y autocrítica, así como la inconstancia, justifican la frecuente desadaptación e inestabilidad social.
b) Psicópatas depresivos. Constituyen la imagen opuesta del grupo anterior. Tienen un estado de ánimo habitualmente deprimido y una concepción pesimista de la vida (v. DEPRESIÓN). Son individuos preocupados por su salud física, abrumados por sus escrúpulos, se ven amenazados por un futuro incierto y son incapaces de alegrarse por el éxito propio.
c) Psicópatas inseguros de sí mismos. Se caracterizan, fundamentalmente, por la sensación de inseguridad. Estas personalidades están continuamente pensando en ellas mismas, achacándose la culpa de todo fracaso. Viven atormentados por escrúpulos de conciencia y sentimientos de insuficiencia. Sobre el terreno constituido por estas personalidades pueden surgir los fenómenos obsesivos, entendiendo con este término la presentación de contenidos de la conciencia, que el sujeto no puede reprimir, a pesar de juzgarlos como absurdos.
d) Psicópatas fanáticos. Constituyen personalidades marcadamente activas y expansivas, caracterizadas por la existencia de ideas prevalentes o sobrevaloradas, bien de índole personal o referentes a la concepción del mundo. Existen fanáticos personales, como los litigantes, que luchan con todo ardor y tenacidad por combatir todo lo que estiman causable de su ideario y programa. Sobre estas personalidades fanáticas pueden surgir verdaderos desarrollos paranoicos (v. PARANOIA).
e) Psicópatas con afán de notoriedad. Con este nombre se conocen aquellas personalidades que quieren parecer, ante sí y ante los demás, más de lo que es. Se trata de sujetos falsos, inauténticos, veleidosos, siempre atraídos por lo nuevo e incapaces de establecer una relación afectiva duradera y profunda. Toda la personalidad de estos psicópatas está puesta al servicio de parecer más de lo que se es. Esta necesidad de estimación puede mostrarse mediante un modo de ser excéntrico: el sujeto realiza las cosas más extrañas con el fin de atraer sobre sí la atención de los demás. Otras posibilidades utilizadas por el sujeto para ganar notoriedad son la autoalabanza, la fanfarronería o la pura invención.
f) Psicópatas de estado de ánimo lábil. Son personalidades en las que de un modo insospechado aparecen oscilaciones del humor o estado de ánimo: se trata de una tendencia periódica a presentar reacciones depresivas frecuentes, intensas e inmotivadas, de carácter irritable. Es llamativo el cambio de comportamiento experimentado por el sujeto en determinados días, en los que reacciona desproporcionadamente frente a estímulos banales, mientras que en otras ocasiones el sujeto tolera grandes estímulos sin apenas reacción. De tales cambios de humor pueden brotar acciones impulsivas, principalmente fugas, ingestión desmesurada de bebidas alcohólicas y dilapidación.
g) Psicópatas explosivos. Son aquellas personas que, ante el motivo más insignificante, montan en cólera y pierden el autocontrol. Cualquier palabra les ofende, determinando inmediatamente una respuesta insultante o agresiva. Fuera de estas reacciones, tales individuos son casi siempre tranquilos y dóciles. Con frecuencia, muestran una gran sensibilidad al alcohol, desencadenándose con facilidad reacciones explosivas y violentas.
h) Psicópatas desalmados. Con este nombre se designan las personalidades psicopáticas caracterizadas por un embotamiento afectivo. Son individuos que carecen de sentimientos de compasión, vergüenza, arrepentimiento y conciencia moral. Conocen perfectamente las normas morales, pero no subordinan a ellas su conducta. La frialdad de sentimientos se manifiesta tempranamente, siendo frecuentes en la infancia la inadaptabilidad escolar, el precoz despertar de la sexualidad (v.), e incluso la comisión de delitos, ya de modo solitario o en grupos junto a otros sujetos asociales. Tienen extraordinaria importancia social estos psicópatas por su acentuada peligrosidad, dando lugar a todo tipo de delitos, desde crímenes brutales hasta atentados contra la propiedad.
i) Psicópatas abúlicos. Son individuos muy sugestionables que se entregan, sin resistencia alguna, a todos los influjos, siendo fáciles de seducir por otros sujetos y por las situaciones ambientales. Aunque son accesibles a las buenas influencias, esta disposición es pasajera; dominan en la caracterología del abúlico la inconstancia y la inestabilidad.
j) Psicópatas asténicos. Comprende este grupo los sujetos que por motivos caracterológicos fracasan corporalmente, quejándose de rápida fatiga, insomnio, dolores de cabeza, agotamiento, trastornos cardiacos, etc. (v. NEURASTENIA). Se trata de individuos en continua auto observación de sus funciones corporales, que con el tiempo terminan funcionalmente perturbadas (v. ASTENIA).
Seguiremos en la exposición la clasificación de los tipos psicopáticos formulada por K. Schneider, autor que con más rigor ha descrito los rasgos de las personalidades psicopáticas. Todos estos grupos se presentan no sólo en diferentes grados de intensidad, sino también en todas sus combinaciones. Así, hay depresivos inseguros de sí mismos, fanáticos explosivos, hipertímicos desalmados, abúlicos con rasgos de necesidad de estimación, abúlicos inseguros, etc. Debe añadirse que, en los casos más ligeros, las diferencias entre p. y normalidad son difíciles de precisar.
a) Psicópatas hipertímicos. Comprende este grupo aquellas personalidades caracterizadas por un estado de ánimo fundamentalmente alegre y una desbordante actividad. Se trata de individuos socialmente agradables, divertidos y desenvueltos. A pesar de su actividad y optimismo, la falta de profundidad y autocrítica, así como la inconstancia, justifican la frecuente desadaptación e inestabilidad social.
b) Psicópatas depresivos. Constituyen la imagen opuesta del grupo anterior. Tienen un estado de ánimo habitualmente deprimido y una concepción pesimista de la vida (v. DEPRESIÓN). Son individuos preocupados por su salud física, abrumados por sus escrúpulos, se ven amenazados por un futuro incierto y son incapaces de alegrarse por el éxito propio.
c) Psicópatas inseguros de sí mismos. Se caracterizan, fundamentalmente, por la sensación de inseguridad. Estas personalidades están continuamente pensando en ellas mismas, achacándose la culpa de todo fracaso. Viven atormentados por escrúpulos de conciencia y sentimientos de insuficiencia. Sobre el terreno constituido por estas personalidades pueden surgir los fenómenos obsesivos, entendiendo con este término la presentación de contenidos de la conciencia, que el sujeto no puede reprimir, a pesar de juzgarlos como absurdos.
d) Psicópatas fanáticos. Constituyen personalidades marcadamente activas y expansivas, caracterizadas por la existencia de ideas prevalentes o sobrevaloradas, bien de índole personal o referentes a la concepción del mundo. Existen fanáticos personales, como los litigantes, que luchan con todo ardor y tenacidad por combatir todo lo que estiman causable de su ideario y programa. Sobre estas personalidades fanáticas pueden surgir verdaderos desarrollos paranoicos (v. PARANOIA).
e) Psicópatas con afán de notoriedad. Con este nombre se conocen aquellas personalidades que quieren parecer, ante sí y ante los demás, más de lo que es. Se trata de sujetos falsos, inauténticos, veleidosos, siempre atraídos por lo nuevo e incapaces de establecer una relación afectiva duradera y profunda. Toda la personalidad de estos psicópatas está puesta al servicio de parecer más de lo que se es. Esta necesidad de estimación puede mostrarse mediante un modo de ser excéntrico: el sujeto realiza las cosas más extrañas con el fin de atraer sobre sí la atención de los demás. Otras posibilidades utilizadas por el sujeto para ganar notoriedad son la autoalabanza, la fanfarronería o la pura invención.
f) Psicópatas de estado de ánimo lábil. Son personalidades en las que de un modo insospechado aparecen oscilaciones del humor o estado de ánimo: se trata de una tendencia periódica a presentar reacciones depresivas frecuentes, intensas e inmotivadas, de carácter irritable. Es llamativo el cambio de comportamiento experimentado por el sujeto en determinados días, en los que reacciona desproporcionadamente frente a estímulos banales, mientras que en otras ocasiones el sujeto tolera grandes estímulos sin apenas reacción. De tales cambios de humor pueden brotar acciones impulsivas, principalmente fugas, ingestión desmesurada de bebidas alcohólicas y dilapidación.
g) Psicópatas explosivos. Son aquellas personas que, ante el motivo más insignificante, montan en cólera y pierden el autocontrol. Cualquier palabra les ofende, determinando inmediatamente una respuesta insultante o agresiva. Fuera de estas reacciones, tales individuos son casi siempre tranquilos y dóciles. Con frecuencia, muestran una gran sensibilidad al alcohol, desencadenándose con facilidad reacciones explosivas y violentas.
h) Psicópatas desalmados. Con este nombre se designan las personalidades psicopáticas caracterizadas por un embotamiento afectivo. Son individuos que carecen de sentimientos de compasión, vergüenza, arrepentimiento y conciencia moral. Conocen perfectamente las normas morales, pero no subordinan a ellas su conducta. La frialdad de sentimientos se manifiesta tempranamente, siendo frecuentes en la infancia la inadaptabilidad escolar, el precoz despertar de la sexualidad (v.), e incluso la comisión de delitos, ya de modo solitario o en grupos junto a otros sujetos asociales. Tienen extraordinaria importancia social estos psicópatas por su acentuada peligrosidad, dando lugar a todo tipo de delitos, desde crímenes brutales hasta atentados contra la propiedad.
i) Psicópatas abúlicos. Son individuos muy sugestionables que se entregan, sin resistencia alguna, a todos los influjos, siendo fáciles de seducir por otros sujetos y por las situaciones ambientales. Aunque son accesibles a las buenas influencias, esta disposición es pasajera; dominan en la caracterología del abúlico la inconstancia y la inestabilidad.
j) Psicópatas asténicos. Comprende este grupo los sujetos que por motivos caracterológicos fracasan corporalmente, quejándose de rápida fatiga, insomnio, dolores de cabeza, agotamiento, trastornos cardiacos, etc. (v. NEURASTENIA). Se trata de individuos en continua auto observación de sus funciones corporales, que con el tiempo terminan funcionalmente perturbadas (v. ASTENIA).
9) TIPOS DE RELACION DEL PSICOPATA
El psicópata tiene, al menos, tres
modos de relacionarse psicopáticamente con el otro.
El asociativo: es cuando un psicópata
entra en relación con otro psicópata. Este tipo de asociación se da cuando el
proyecto que debe realizar lo supera ampliamente como individuo. La relación es
tensa y el equilibrio se mantiene mientras persista el objetivo. Hay que
recordar que estamos hablando de personas altamente narcisistas, egocéntricas;
en consecuencia, el apego que puedan tener sólo lo justifica el objetivo. El
segundo modo de relacionarse con el otro es el tangencial, es decir,
cuando el psicópata se encuentra con la víctima ocasional; cuando ejerce su
psicopatía en función de una acción de tipo delictiva, una violación, una
estafa, por ejemplo. Es un encuentro 'puntual'. Otro modo de relacionarse es el
complementario: cuando el psicópata encuentra su complementario, o el
complementario encuentra su psicópata. La relación es de doble vía y está lejos
del preconcepto víctima-victimario; ambos participan activamente para mantener
el vínculo. Considero que la persona que logra permanecer junto a un psicópata,
no es otro psicópata, como habitualmente se entiende. Yo creo que el que más
chance tiene de relacionarse y permanecer con un psicópata, es un neurótico.
Estas relaciones son metaestables, se mantienen, pero con explosiones y
desequilibrios a lo largo de todo su desarrollo.
9.1 El modo asociativo
En esta forma de
relación se expresan intereses comunes. Ambos psicópatas se necesitan por
poseer "talentos" distintos y necesarios para conseguir ciertos
fines. Aquí se negocian las áreas de poder y el eje tensional pasa por el objetivo
a cumplir. Es por esto que este tipo de personalidades pueden mantenerse en
relación. Como dijimos más arriba tratándose de narcisistas sólo el hecho de
perseguir un objetivo hace tolerar la presencia de otro narcisista. Es una
relación objetivamente utilitaria por ambas partes y ambos conocen esta
situación claramente. Cundo se concluye el proyecto se acaba la relación.
9.2 El modo tangencial
El encuentro con el
psicópata es fortuito, inesperado, puntual. No es previsto por el otro. Es el
claro ejemplo de victima -victimario. Por lo general se ejerce la coerción.
Para dar un claro ejemplo narraremos el siguiente caso. (Una lectura sobre la
distinción entre persona, mujer y hembra puede encontrarse en: Esquema
relacional de pareja: www.marietan.com/articulos/articulon15.htm)
El día en que Dios falló
Mara de 38 años,
morocha, pelo largo, iba a su trabajo a las seis de la mañana por la zona sur
del conurbano bonaerense. Veredas estrechas bordeadas de casas de maderas y
chapas. De costado, detrás de un árbol, alguien la abraza, le muestra un arma y
la empuja a una casilla inmediata de la Villa. No tiene tiempo de reaccionar. Recuerda
encontrarse adentro, empujada y abrazada. Hay otro hombre que le dice al que la
tiene: "Che, déjala ir". Muy cerca de su oído la voz dice "ya
estoy en el bondi y no me bajo más". El otro se va y casi en la puerta
tira: "no la arruines, usa forro". La eleva, casi no toca el piso,
hasta el dormitorio, o lo que hace de dormitorio. Ahí empieza a reaccionar y le
ofrece dinero. "No quiero dinero", dice la voz, "quiero una
mujer, recién salgo de la cárcel". Pide que no le haga nada, que tenga
hijos, que por favor. Llora. "No me llores". Ella siente su
respiración fuerte y discontinua. Su instinto de hembra sabe que no tiene chances,
pero su voz suplica, hay una luz en lo inevitable: tal vez el que se fue busque
ayuda. "¿Cómo queréis que te la ponga, con forro o sin forro?" Ella
no contesta, no entra en la trampa. En una mesita hay varias armas. Tiene un
tatuaje en la mano. Una cicatriz en la cara. Toma un revolver y se lo pasa
suave por el cuerpo, se detiene en los pezones, sube al cuello, baja a las
piernas, siente el caño penetrar suave en su sexo. Él se ríe. "te gusta,
te gusta…" le murmura, y más cosas, más palabras. Se pone el forro. La
penetra con urgencia, con la violencia de la espera. El forro no resiste y él:
"¡Uy!, se rompió, ¿viste?" y se ríe. La radio, a propósito, está muy
fuerte, pero ella escucha la respiración y esa humedad en su cuello y siente su
olor. Acaba. Se aparta un poco y toma el revolver, saca las balas y deja una.
Hace girar el tambor y apoya el caño debajo de su mandíbula. Y le explica:
"si sale el tiro entra por acá, pero te sale por este lado de la cabeza y
te hace un agujero así" y hace girar su dedo en la cabeza de ella. No
contesta. Sabe que nadie vendrá, y le ruega a Dios, que la salve. Siente cómo
gira el tambor y el ruido seco del percutor sobre la nada. "Che, qué
suerte que tenés, probemos con otro". Y toma otra arma, carga otra bala. Y
le explica: "si sale la bala entra por esta sien y sale por la otra y te
hace un buraco así". Todo su cuerpo es una cuerda tensa, no respira y el
tambor gira y el golpe seco, y él se ríe y se calienta y la penetra de nuevo.
Otra vez el jadeo y la baba en el cuello, las palabras y el olor y Dios que no
viene. Después la sigue acariciando y se pone a un costado. Al rato se levanta,
va al baño: "si te movés te mato". Deja la puerta del baño
entreabierta. Ella salta de la cama y corre hacía la otra puerta de chapa que
no tiene picaporte, y sus uñas se prenden a la pestaña metálica y tira. Y se
abre, y aparece el pasillo, ya es de día, y sale corriendo por ese pasillo casi
infinito. Lo siente atrás, corriendo también, escucha sus pasos, su voz que la
insulta "¡vení hija de puta, te voy a matar, vení!". Ella corre y
golpea contra las paredes del pasillo que de pronto se termina y aparece en la
calle, donde hay gente que la mira, donde se cae, donde la ayudan. "¡Me
violaron!", dice, "me violaron". La llevan a la comisaría y
cuenta; viene la médica y cuenta; viene la de la obra social y cuenta. Dice lo
que le hizo el tipo, lo del revolver, lo que le decía, pero no que la violaron.
No se lo dice a su esposo, ni a sus hijos. Sólo a una amiga. Ni a la psicóloga
que la ve días después. Otra vez lo del revolver… "¿te violó?". Ella
llora, que no se acuerda bien, que se dio cuenta porque tenía semen entre las
piernas. Y habla y llora y tiene suspiros, temblor, palpitaciones. Cuenta que
no quiere estar sola, que mira por la ventana y se oculta porque lo ve pasar y
él la mira. Que se baña y se refriega pero ese olor en el cuello no sale. Que
escucha la voz que le dice aquellas palabras. Y se vuelve a bañar, y llora. Que
está sucia. Que se mira al espejo y no es ella, que ya no es ella, la de antes.
Cuenta que de pronto sale corriendo a la calle, rumbo a la casa de él.
"¿Para qué?" pregunta la psicóloga. "Para que me mate a mí y no
a mis hijos, sé que vendrá". Corre y siente los pasos de él y la voz de él
que la sigue. Controla la calle por la mirilla de la puerta. Camina por la
calle y la gente la mira y sabe, saben todo lo que pasó. Estoy sucia, repite, y
llora. Sus hijos la abrazan, su marido la abraza, pero es el abrazo de él y el
olor de él y los rechaza. No se peina, no se arregla. No deja que el marido la
penetre, cree estar contagiada: "Ya me arruinó la vida a mí, no quiero que
arruine la de mi esposo". La psicóloga pregunta: "¿Qué es lo que más
te afectó?". "Jugó con mi vida", responde. No la violación.
"Jugó con mi vida". Ya no seré la misma de antes, dice. Otro día la
llaman de la comisaría para que reconozca en rueda de sospechosos. Lo vio.
Tenía el pelo más corto y teñido: "Es ese, el de la cara cortada y el
tatuaje en la mano". Está preso. Pero ella aún no puede mirarse al espejo,
le da bronca, está sucia. "Antes me arreglaba, me sentía fuerte, ahora
no". Duerme mucho, está cansada, con la mente agotada. Encontró un rincón
en el living donde se siente mejor, y allí se refugia a veces. Le dicen que
debe luchar, salir de ésta por sus hijos y ella pregunta: "¿Y yo
qué?". Ellos no entienden, no estuvieron allí para entender esto.
"Veo lo que me pasó como una película con pedazos que todavía no se
juntan, ¿viste?; fotos de la vida". Se ensimisma y hay que traerla. La
psicóloga y el test: "¿qué es lo que nunca serías?". Y ella:
"psicópata".
9.3 El modo complementario
Nos concentraremos en
esta forma de relación del psicópata con el otro donde encuentra su molde,
donde encastra ajustadamente para ejercer su acción psicopática y para ser
"contenido" en tanto psicópata. Al igual que la metáfora enzima-
sustrato, llave-cerradura, el psicópata encuentra en este tipo de individuos su
par, aquel que lo complementa, le llena sus huecos, lo satisface. Y a su vez,
el así llamado complementario, pasa por el mismo proceso: encuentra el ser
especial que le llena sus vacíos y trae a la superficie sus insatisfacciones
más profundas, más ocultas, más oscuras, más (pido licencia para este término)
animal. Encuentra alguien que le acaricia su "animalito" y donde
puede manifestarse en tanto animalito. Con esta palabra quiero expresar nuestro
fuerte componente irracional, el que subyace debajo de todas las capas de la
educación, de "civilización", el que permanece en aparente silencio,
domado por tanta carga inhibitoria del "deber ser" y es, al decir de
Nietzsche en Genealogía de la moral, "un animal enjaulado que golpea sus
barrotes". Agradeceré al lector que evite la analogía con el concepto
freudiano de "ello", no por desconocer la riqueza de esta postura,
sino que, para nuestro tema, lo llevará a una vía desviada y muerta. Bien,
entonces el psicópata abre esta jaula y le da permiso al animalito del
complementario a manifestarse. El psicópata ilumina estas zonas oscuras del
complementario y las pone en acción. Esto es un efecto secundario del accionar
psicopático y no tiene nada de solidario, docente o pensado para beneficiar al
complementario. Repetimos y lo haremos muchas veces más, el psicópata trabaja
para sí mismo. Este poner en marcha estas zonas oscuras deslumbran por un lado
al complementario y por otro lo dejan perplejo primero y, muchas veces,
avergonzado después: "¿cómo pude hacer eso?". Para un tratamiento más
completo sobre el complementario léase "El complementario y su psicópata"
en http://www.marietan.com. Veamos esta comunicación que me llega vía Internet,
las trascribo porque me parece un modelo de los tantos casos que he asistido.
Prácticamente se dan todos los pasos de este tipo de relación que es, al
análisis de una persona común, increíble, hasta inverosímil. Sin embargo, la
repetición de casos similares, me ha llevado a la conclusión que estamos frente
a un estilo de relación no antes develada, que está muy lejos de las relaciones
de tipo neuróticas y también de las psicóticas y aún de las perversas clásicas.
Hay un juego de poder ejercido por el psicópata sobre la complementaria que es
semejante a la fascinación, tan cercana a la sofrología. A medida que lean el
relato, que es textual, les resultará cada vez más, desde la empatía, incomprensible:
cómo una persona puede llegar a soportar tanto, cómo es que no se salió antes
de ese sistema, cómo es que puede pasar algo así. Hasta pueden creer que se
trata de la manifestación de una mitómana. Sin embargo no es así, he seguido el
caso por meses, me he comunicado con familiares que constataron los hechos.
Bien, va el relato: Contra viento y marea "Lo conocí hace 6 años y
realmente al principio no me lo tome demasiado en serio, yo llevaba un año de
separada y para mi era un chico divertido con el cual salía una vez por semana
o cada 15 días, muy extraño, pero que desde el principio me genero una ternura
y un sentimiento intenso de intentar ayudarlo. La imagen que yo tenia (y aún a
veces tengo) era la de un perrito abandonado al que podía recoger y consolar.
Desde el principio él fue extraño y poco claro al contar su historia, yo no
tenia claro ni dónde vivía ni qué hacia, y me contó una historia sobre su
empresa con una supuesta oficina con 11 empleados y supuestos socios que nunca
terminaban de tomar forma ni nombre ni nada. Pero yo en realidad lo tenía más
como compañía sexual que otra cosa (ahí un anclaje fuerte con él). Al cabo del
tiempo ya me fui centrando más en él poco a poco, y él empezó con un hobbi de
alquilar habitaciones a inmigrantes ilegales y reformar pisos, etc. Yo hasta
ese momento tenía la idea de que era un adicto al trabajo, cuyo celular sonaba
a todas horas por que eran los abonados de su empresa (supuestamente más de
200) que lo llamaban para pedirle cosas. Con respecto al dinero o bien estaba
sin un duro o llevaba varias decenas de miles de dólares en el bolsillo de la
camisa como si nada (hasta 60 000 llego a contarme un día delante mío) Luego
apareció en un programa de la tele de esos que se hacen con cámara oculta en donde
fue el protagonista del año por un problema con inmigrantes ilegales. En ese
programa ya se vio claramente que era completamente insensible al dolor y la
desgracia ajena pero él no se cómo consiguió convencerme que eran trucos de la
edición del programa y yo "por las dudas" no quise volver a ver el
video. Supongo que en esa época ya empezaba en mí el no querer ver lo que él
era realmente. Consiguió que siga con el, pese a que a mi me daba horror salir
a la calle con él por las miradas de la gente y los comentarios, él estaba
encantado de la vida de su notoriedad y yo quería que me tragase la tierra. Y
así poco a poco se fue apropiando de mí, empezó a pedirme dinero, cada día se
iba quedando más a dormir en mi casa sin poner un duro jamás; me pedía el coche
los fines de semana para ir a "trabajar" mientras yo me quedaba
encerrada en casa con mis hijos. Siempre llegaba tarde, nunca cumplía una
palabra dada; desaparecía, hablaba horas y horas con el celular desde la
terraza, y yo no le conocía ni amigos ni familia ni nada, cada tanto me
cabreaba y lo dejaba diciéndole que no quería seguir con un fantasma pero luego
volvía una y otra vez con él. Un día me puse a revisar sus papeles y ahí me
entere que tenia juicios de todo tipo, embargos, deshaucios, juicios verbales
uno por lesiones a una camarera que tuvo que pagar una multa para no ir a la
cárcel 15 días (según él la pago por mi, ya que a él le hubiese interesado la
experiencia de estar preso y no le importaba). avisos de sexshop y cabarets,
tarjetas de pensiones, ticket de viajes a S., azúcar en sobres de pueblos que
ni idea para que podría haber ido, etc. Hace un año descubrí que me era infiel,
luego me confesó que su empresa no existía, que los pisos no eran suyos, que
nunca trabajo en realidad sino que usaba mi coche para salir con la madre de su
hijo de la cual nunca se había separado realmente (fue bígamo 5 años con ella y
conmigo). Que estuvo viviendo con otra además de conmigo engañándola que era
guardia jurado y trabajaba de noche y con ella estaba durante el día para que
ella le limpiase los pisos. Y ahí empezó la espiral infernal, yo lo dejaba por
sus mentiras y sus infidelidades, el me juraba que cambiaria y yo volvía. Con
él era un infierno pues parecía gozar de mi histeria y mi desesperación hablando
por teléfono con las otras y mandándose mensajes en mis narices, y sin él la
angustia me volvía loca. Hace un año y medio monto una empresa de estas de tipo
piramidal y yo sabía en ese momento que lo que ofrecía no era nada limpio, me
mintió al principio diciendo que era empleado, luego que era el dueño al 100% y
al final resulta que aparentemente es al 50 con otro personaje siniestro. Yo
sabia de sus estafas, de sus deudas, un amigo me hizo averiguaciones en el
banco y tenia 17 apuntaciones en el listado de deudas y sin embargo hasta que
no me enteré que además era un mujeriego todo lo demás no terminaba de
importarme como para dejarlo, y es precisamente eso lo que realmente me
preocupa de mi misma, como pude tragar por estar al lado de un estafador, un timador,
alguien sin ningún sentido moral y que solo haya reaccionado cuando me lastimo
el orgullo (mi narcisismo herido al saber que estaba siendo traicionada ) pero
aun así haya estado 8 meses metida en el infierno. Lo vi llorar y gritar de
dolor y jurarme, después de confesarme sus pecados con dos mujeres ya que hasta
ese momento pese a las evidencias negaba de forma cínica y rotunda sus
supuestas infidelidades que cambiaria, que seria un hombre nuevo que nunca más
me mentiría y que me seria fiel, y que se casaría conmigo y etc. Y a los dos
días ya estaba con otra. El quería que me involucre en su negocio y yo pedí un
datafono (lo que se usa para cobrar con tarjeta de crédito) con mi nombre en mi
banco (a él con su antecedentes no se lo daban) abrí una cuenta y lo puse a él
de apoderado para que pudiese manejarse con un banco. Él le prestó mi datafono
al dueño de un puttig (quibombo) y me entró en mi cuenta corriente 8000 euros
de pagos a las putas de parte de los clientes y él jamás entendió que eso me ofendiese
y me diese vergüenza. En definitiva una espiral del horror día a día, y yo cada
vez con la autoestima más en el suelo. Sus humillaciones ya no eran veladas
como al principio sino notorias y graves; no llegó a pegarme pero me amenazo
varias veces. A la madre de su hijo le rompió un brazo en una pelea, a uno que
supuestamente lo agredió lo mando a terapia intensiva. Era de modales suaves y
encantadores pero algunas veces era aterrador, yo al final le tenía pánico.
Hizo saltar el cerrojo de la puerta del baño de una patada una vez que me había
encerrado ahí, yo estaba completamente enloquecida, llegue a dudar de mi salud
mental. Él me hacia sentir una desequilibrada que veía visiones cuando le
demostraba hechos irrefutables de sus mentiras y engaños. Lo negaba todo, le
daba la vuelta y me dejaba con la duda. Cómo lo conseguía para mí es un
misterio: juro que si él me hubiese dicho que las vacas volaban hubiese estado
mirando por la ventana horas para ver pasar alguna. Mi familia estaba
desesperada al ver como toda mi vida se transformaba en una histeria y ansiedad
permanente, viviendo pendiente de él y sus andanzas las 24 horas del día, casi
sin dormir, persiguiéndolo, acosándolo para demostrar lo que ya estaba claro,
el me llamaba su cornudita y yo seguía a por más. Aun en ese estado de locura,
el me fue dando lo que yo necesitaba para creerle un poco más; me presentó a su
familia, su madre, su hermana, su padre, sus tíos… Fuimos a la iglesia para
averiguar como casarnos. Ninguno en realidad lo quiere tener cerca y yo me creí
que eran todos, todos unos cretinos, y él la víctima. El cuenta como anécdota
que cuando tenía 5 años mando a un compañero de colegio al hospital de una
patada que le dio en los testículos, el chico cayo en coma. y que otra vez se
tiro por la ventanilla de un autobús en marcha por que el conductor no quiso
pararle donde le pidió cuando tenia también unos 5 o 6 años. Lo trataron por
hiperactividad, y el agradece que el padre lo "corrigió" a
cinturonzazos contándolo con una frialdad que espeluzna. Yo creía que estaba
enfermo de dolor por esa infancia y tal vez su patología tenga que ver con
ella, pero la realidad es que no le importaba de verdad. Lo tuvieron interno
desde los 9 años y ni siquiera lo iban a visitar los fines de semana. Yo estoy
desesperada, llena de odio y de rencor, de dolor y sobre todo de preocupación
acerca de por que pude caer tan bajo. Soy una persona con sólidas convicciones
morales y legales, honesta de los pies a la cabeza, incapaz de comprar hasta un
video pirata para dar un ejemplo y sin embargo compartí "alegremente"
mi vida bordeando la delincuencia con una persona completamente amoral, que se
salta las normas por saltarlas (se coló en Eurodisney trabando el molinete
cuando teníamos las entradas del día pagadas y si no se usan se pierden, solo
por el placer de salirse con la suya ), que usa a toda la gente que lo rodea
como a cosas para su uso y disfrute, que me estafo en todos los sentidos ( me
debe 37000 mil euros que jamás volveré a ver); y aún así pienso en él a veces
con pena y "lo extraño" cuando en realidad no puedo recordar ni un
solo momento juntos que no haya arruinado por una llamada extraña, o por su
llegar tarde o su ponerse a hablar con otra delante mío, o una mentira del
calibre que sea. Mis amigas se ríen y me dicen que me va la marcha y yo estoy
asustada por que siento que es así, que ahora, sin él, me siento completamente
vacía sin esa adrenalina de terror que sentía estando a su lado. Me hice adicta
a sus mentiras pero sobre todo a sus falsas muestras de amor y de cariño, a sus
halagos huecos. También me preocupa otro anclaje que tenía con él, y era que
satisfacía mi estúpida vanidad de entrar en un sitio con mujeres solas y que
todas lo mirasen y yo me sentía una reina por tener a un tipo tan guapo y tan
bien plantado a mi lado aunque fuese una mierda, y eso es horroroso por que no
me gusta ser tan vana y tan hueca y que me satisfaga una tontería semejante. Y
a medida que voy escribiendo voy clarificando el beneficio que obtenía con él y
no me gusta nada de nada lo que veo de mi misma. Satisfacía mi vanidad, mi
deseo de vivir intensamente aunque sea mal, mi deseo de tener una pareja aunque
el no fuese nada de eso, me daba una falsa sensación de seguridad por que yo lo
veía capaz de todo. Y ahora todo es gris a mi alrededor, estoy tomando
antidepresivos, pero tengo una angustia que no me quito de encima salvo a ratos
cuando estoy muy concentrada en mi trabajo, que por suerte para mi es una
bendición. Mis hijos son maravillosos (11 y 14 años) y han sufrido un montón
con toda esta historia pero no consigo volver a conectarme con ellos pese a sus
intentos desesperados por acercarse a mí ya que yo estoy como retraída y me
siento contaminada. Y me siento horriblemente culpable por ellos, por mi
egoísmo de haber permitido que mi relación de pareja fuese más importante que
ellos, y no haber pensado en ellos y en su futuro económico prestándole dinero
alegremente a este cretino, es como si se los hubiese robado a ellos. Y por
haberlos dejado solos día tras día y noche tras noche para estar con él, en su
empresa y poder controlarlo, era todo tan absurdo, por que aun estando con él,
me la estaba pegando delante de mis narices. Con la última llegó a encerrarse
en su despacho mientras yo estaba en la sala de la oficina y salio arreglándose
los pantalones y yo no le monte el numero porque había mas gente y me humille
por que sabia que todos sabían lo que había pasado y me miraban con lastima y
yo tragaba. Y todo es como usted dice en su artículo del complementario, con él
estaba mal, pero sin él estoy peor. Ya no sé qué hacer."
10) TIPOLOGIA DE LOS PSICOPATAS
10.1
Satisfacción
de necesidades distintas
VARIABLE
|
TIPOLOGIA
DE CONDUCTA
|
1.1. Uso
particular de la libertad
|
1.1.1.
Intolerancia a los impedimentos. Ve las normas como obstáculos.
|
1.2.
Creación de códigos propios
|
1.2.1.
Sorteo de las normas.
1.2.2.
Falta de remordimiento o culpa.
1.2.3.
Intolerancia a las frustraciones, reacciones de descompensación.
1.2.4.
Defensa alo plástica: le echa la culpa a otros de lo que le sucedió a él
(agregado por el autor del Libro).
|
1.3.
Repetición de patrones
conductuales
|
1.3.1.
Ritos.
1.3.2.
Automatismos.
1.3.3.
Impulsos.
1.3.4.
Sello psicopático personal en sus actuaciones.
|
1.4.
Necesidad de estímulos intensos
|
1.4.1.
Asunción de conductas riesgosas.
1.4.2.
Tendencia al aburrimiento.
1.4.3.
Escasos proyectos
a largo plazo.
1.4.4.
Podría usar drogas.
1.4.5.
Búsqueda de emociones
intensas.
1.4.6.
Satisfacción sexual perversa.
|
10.2
“Cosificación”
de otras personas
VARIABLE
|
TIPOLOGIA DE CONDUCTA
|
2.1.
Egocentrismo
|
2.1.1. Sobrevaloración
|
2.2. Falta
de empatía
|
2.2.1.
Tosco y hostil
|
2.3.
Manipulación
|
2.3.1.
Seducción. Captación perfecta de las necesidades de otros.
2.3.2.
Mentiras
2.3.3.
Actuación
|
2.4.
Coerción
|
2.4.1. Dominio
de poder
|
2.5.
Parasitismo
|
2.5.1.
Logra las cosas por medio de astucia y pasividad
|
2.6.
Relaciones utilitarias
|
2.6.1. Usa
a las personas
|
2.7.
Insensibilidad
|
2.7.1.
Crueldad
2.7.2.
Tolerancia a situaciones de tensión
|
10.3
Acto
psicopático grave
VARIABLE
|
TIPOLOGIA DE CONDUCTA
|
3.1.
Tormenta psicopática
|
3.1.1.
Homicidio brutal
3.1.2.
Masacre
3.1.3.
Violaciones en serie
3.1.4.
Otros actos asociales graves
|
3.2.
Perversiones sexuales
|
3.2.1.
Concepto perturbado del sexo
|
Los cinco términos sintomáticos del
psicópata, según los Doctores Bruno y Tórtora:
11) LOS
CINCO TERMINOS SINTOMATICOS DEL PSICOPATA ( Según los doctores Bruno y Tortora )
Otros
estudiosos del fenómeno psicopático como A. Bruno/G. Tórtora ("Los
psicópatas" Psicología
forense, sexología y praxis), Revista
de Psiquiatría año 3, Volumen
2, N° 4, 1996) establecen cinco términos sintomáticos de la personalidad
psicopática, a saber:
- Enafectividad. Desde niño se
observa un desapego y un carácter
disimulado. No manifiesta inclinación al afecto que se le brinda. No
comprende los afectos y la frialdad emocional es su signo.
- Amoralidad. Son
insensibles moralmente. Falta el juicio moral
y la noción de ética.
Algunos autores son de la tesis
que estas personas también tienen tolerancia al dolor físico
(hipoalgesia).
- Impulsividad.
- Inadaptabilidad. Son crueles.
Tendencia a lo delictivo y a no respetar las jerarquías. Se molestan con
las autoridades. Desde niños no respetan los reglamentos escolares.
- Incorregibilidad. Son
incorregibles porque son insensibles al castigo o al premio.
12) INVESTIGACIONES
12.1 Descubren psicopatías y demencias en la
mitad de los adictos a drogas
En 15 o 20 años aflorarán muchos casos. Nadie
se sorprende si un médico advierte de que la adicción a las drogas genera un
deterioro físico importante y una pérdida de la vida social y laboral. Un
toxicómano da muestras enseguida de inestabilidad emocional, pero pocos saben
que su drogodependencia produce daños psicológicos y neuronales irreversibles,
que ya comienzan a apreciarse en gran cantidad de las personas jóvenes que
acuden a tratamiento de desintoxicación.
En los Centros de Atención a Drogodependientes (CAD) de la Región han comenzado a detectar patologías duales, concomitantes a la toxicomanía tratada, y al evaluar el estado mental de los afectados han obtenido datos apabullantes. La mitad de los adictos analizados, unos mil, sufren enfermedades psiquiátricas graves, como esquizofrenia, trastornos psicóticos y cuadros fóbicos.
Pero lo más alarmante es que los psiquiatras
de los CAD sospechan que, a tenor de síntomas como pérdidas de memoria y la
desorientación, algunos toxicómanos menores de 40 años pueden sufrir principios
de demencias; un deterioro neuronal impensable en personas tan jóvenes.
Este temor ha inducido a la Secretaría
Sectorial de Drogodependencias, que dirige Luis Navarro, a cerrar un convenio
con la nueva Unidad de Demencias que se ha abierto en el Hospital de La
Arrixaca. El objetivo es que los neurólogos examinen a aquellos pacientes en
proceso de cura que presenten fallos de capacidades característicos de
demencias como el alzheimer.
Aunque las autoridades sanitarias están
pendientes del análisis que efectúen los neurólogos para determinar ese nuevo
efecto pernicioso, el secretario sectorial de Drogodependencias alerta de que
"el consumo de tóxicos provoca daños irreversibles, además de los riesgos
cardiorespiratorios, la agresividad y los conflictos personales y
laborales".
Los psiquiatras de los CAD apuntan, como ejemplo
de patologías duales ya demostradas, trastornos del estado de ánimo, descontrol
de los impulsos, depresión y cambio de personalidad. "Los médicos que nos
dedicamos a las toxicomanías esperamos que en 15 o 20 años afloren multitud de
demencias en personas de mediana edad, los adolescentes de ahora, que de
jóvenes consumieron muchas drogas y mezclaron sustancias".
Expertos como José María García Basterrechea,
jefe de la Unidad
de Drogodependencias del Hospital General de Murcia, no se sorprenden de que la
incidencia de alteraciones mentales en adictos esté aumentando. Es un efecto
negativo alarmante, pero esperado ante la cantidad de chicos que castigan su
cuerpo.
Los que tienen más posibilidades de
desarrollar una demencia a edad temprana son los policonsumidores: los que
mezclan distintos tipos de sustancias dañinas, como advierte García
Basterrechea.
De hecho, un adolescente que a los 14 o 15
años fuma porros y bebe alcohol en grandes dosis acabará esnifando cocaína y
tomando pastillas cuando cumpla la mayoría de edad, si antes no cae en la
cuenta del perjuicio que suponen estos hábitos.
García Basterrechea insiste en que sólo el
alcohol "afecta a la memoria porque daña el sistema nervioso, y eso es muy
peligroso en un menor de edad, cuando aún no se ha desarrollado su organismo. Y
mata sus neuronas".
12.2 Psicopatía
y criminalidad.
Todas las
estadísticas resaltan el elevado porcentaje de psicópatas entre la población
delincuente, muy superior al que corresponde a los enfermos mentales en sentido
estricto. Los psicópatas con mayor criminalidad son los desalmados, seguidos
por los abúlicos, hipertímicos, necesitados de estimación y explosivos.
Respecto a la responsabilidad , la tendencia actual es a considerar a los psicópatas imputables y, por tanto, sujetos a sanción penal, sin tener en cuenta para nada su p.; ya que tales personalidades poseen la facultad necesaria para conocer la punibilidad del hecho y para actuar con arreglo a este conocimiento, aunque los motivos de su actuación radiquen más en el temor al castigo y en el egoísmo que en verdaderos valores morales. Tan sólo en aquellos casos en que se sobreañadan otras alteraciones psíquicas, como, p. ej., la oligofrenia podrá tenerse en cuenta una imputabilidad parcial o, incluso, inimputabilidad
Respecto a la responsabilidad , la tendencia actual es a considerar a los psicópatas imputables y, por tanto, sujetos a sanción penal, sin tener en cuenta para nada su p.; ya que tales personalidades poseen la facultad necesaria para conocer la punibilidad del hecho y para actuar con arreglo a este conocimiento, aunque los motivos de su actuación radiquen más en el temor al castigo y en el egoísmo que en verdaderos valores morales. Tan sólo en aquellos casos en que se sobreañadan otras alteraciones psíquicas, como, p. ej., la oligofrenia podrá tenerse en cuenta una imputabilidad parcial o, incluso, inimputabilidad
12.3 Tratamiento.
Las
disposiciones psicopáticas eran consideradas por la Psiquiatría (v.) clásica
como inmodificables. Con el desarrollo de la Psiquiatría dinámica y las
técnicas socioterapéuticas, el problema se plantea en términos más favorables.
No todo es puramente constitucional en el psicópata y, por consiguiente,
irreversible terapéuticamente, sino que hay también en toda personalidad
psicopática una superestructura reactiva ante el medio ambiental. Es sobre esta
formación personal donde el psicoterapeuta debe actuar, haciendo todo lo
posible para incorporar al sujeto a la convivencia normal dentro de la
comunidad. Esta actuación terapéutica sólo puede ser eficaz si se lleva a cabo
en instituciones especiales, con la creación de un medio adecuado, libre de las
influencias morbosas ambientales, y el desarrollo de un plan activo de
rehabilitación, siguiendo un triple aspecto: pedagógico, social y
psicoterápico.
Dentro del tratamiento institucional de los psicópatas, se cuenta con experiencias prometedoras, como el programa de rehabilitación del Hospital Henderson (Inglaterra), basado en la concepción de la «comunidad terapéutica» de Maxwell Jones: la propia comunidad de psicópatas y el personal asistencial el principal factor terapéutico de la misma. Stürup, en Dinamarca, ha elaborado un plan de tratamiento de «criminales crónicos» centrado también en la psicoterapia (v.) de grupo, utilizando la presión del grupo para determinar en el sujeto una nueva visión de su conducta asocial y aprovechando las crisis afectivas, tan frecuentes en el psicópata, para cambiar la actitud del sujeto.
La psicocirugía (v.), con las nuevas técnicas estereoatáxicas, parece haber abierto nuevos horizontes en el tratamiento de ciertos tipos de psicopatías.
Dentro del tratamiento institucional de los psicópatas, se cuenta con experiencias prometedoras, como el programa de rehabilitación del Hospital Henderson (Inglaterra), basado en la concepción de la «comunidad terapéutica» de Maxwell Jones: la propia comunidad de psicópatas y el personal asistencial el principal factor terapéutico de la misma. Stürup, en Dinamarca, ha elaborado un plan de tratamiento de «criminales crónicos» centrado también en la psicoterapia (v.) de grupo, utilizando la presión del grupo para determinar en el sujeto una nueva visión de su conducta asocial y aprovechando las crisis afectivas, tan frecuentes en el psicópata, para cambiar la actitud del sujeto.
La psicocirugía (v.), con las nuevas técnicas estereoatáxicas, parece haber abierto nuevos horizontes en el tratamiento de ciertos tipos de psicopatías.
13) HECHOS
REALES
13.1 El siguiente es parte del interrogatorio
policial practicado al psicópata estrangulador y caníbal Arthur Shawcroos (13
víctimas-USA):
Le mortifica haber
matado a una amiga Dorothy Keller?
"No, en absoluto".
No siente remordimiento?
No
Por qué no enterró el cuerpo de June Scott?
Me habría gustado encontrar un gran hoyo y meter en él todos los cuerpos, para que estuvieran todas juntas.
Cómo hizo para matarlas tan fácilmente?
La mayor parte de las veces ni yo sabía que iba a matarlas. Además, me conocían y no esperaban eso de mí. Las atacaba rápidamente y las dejaba paralizadas.
Tuvo contacto con la policía durante las investigaciones?
Siempre iba a comer a un sitio donde a menudo iban policías. Hablaba con ellos para saber cómo avanzaba la investigación.
Se da cuenta de lo que hacía en el momento de matar a las muchachas?
Sí, pero me daba igual. La rutina...
Mató a mucha gente, nunca tuvo miedo que lo capturaran?
"No, en absoluto".
No siente remordimiento?
No
Por qué no enterró el cuerpo de June Scott?
Me habría gustado encontrar un gran hoyo y meter en él todos los cuerpos, para que estuvieran todas juntas.
Cómo hizo para matarlas tan fácilmente?
La mayor parte de las veces ni yo sabía que iba a matarlas. Además, me conocían y no esperaban eso de mí. Las atacaba rápidamente y las dejaba paralizadas.
Tuvo contacto con la policía durante las investigaciones?
Siempre iba a comer a un sitio donde a menudo iban policías. Hablaba con ellos para saber cómo avanzaba la investigación.
Se da cuenta de lo que hacía en el momento de matar a las muchachas?
Sí, pero me daba igual. La rutina...
Mató a mucha gente, nunca tuvo miedo que lo capturaran?
Nunca
pensé verdaderamente en ello.
Es terrible lo que usted ha hecho?
Sí.
Qué debería hacer la policía con una persona como usted?
Meterme en la cárcel toda la vida. Si me sueltan volveré a hacerlo.
Es terrible lo que usted ha hecho?
Sí.
Qué debería hacer la policía con una persona como usted?
Meterme en la cárcel toda la vida. Si me sueltan volveré a hacerlo.
COMENTARIOS FINALES
Todas las
consideraciones hechas anteriormente se refieren a los casos extremos
descriptos en la definición de psicopatía que propugna la Macro psicología. Sin
embargo, como pasa en casi todas las situaciones referidas a seres humanos,
estos casos son sólo una minoría.
La gran mayoría de los
casos la encontramos distribuida dentro de las zonas grises de la mente, donde
las ideas de base no son tan fijas, las motivaciones no son tan claras y las
acciones resultantes de estas, nunca están tan condicionadas por factores sobre
los que el individuo no tiene ningún control. Dejando de lado los ejercicios
intelectuales que pudiéramos realizar dentro de los estrechos límites que nos
deja una definición, podríamos pensar que para poder hacer evaluaciones
éticas razonables y sacar conclusiones realistas sobre casos puntuales, sería
imprescindible considerar siempre cada uno en forma particular. Y después
asignarle —con justicia y dentro de esta gradualidad inherente a la condición
humana—, la responsabilidad que pueda tener cada sujeto por éstas acciones.
Con respecto a las
consideraciones legales que pudieran hacerse, estas dependerán casi
exclusivamente de la interpretación particular que haga de la ley el magistrado
encargado de cada caso. Sin embargo, podríamos decir sin muchas posibilidades
de equivocarnos que también aquí encontraremos zonas grises donde, ni siquiera
en el plano teórico, puedan existir recetas de aplicación generalizada. De
todas maneras, las dudas legales que los distintos casos puedan presentar
siempre serán mucho menores que las éticas, ya que para resolver estas últimas
es imprescindible tomar muy en cuenta además la escala de valores de cada
individuo, cuya importancia para las primeras es marginal.
BIBLIOGRAFIA
Ø http://drzuberbuhler.com/macropsicologia/Psicopatias.html
Ø http://www.marietan.com/material_psicopatia/relacion_psicopatas.htm
Ø http://www.aap.org.ar/publicaciones/forense/forense-4/tema-2.htm
Ø http://www.canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?id=9771&cat=medicina
Ø http://www.agea.org.es/content/view/98/41/
Ø http://www.monografias.com/trabajos6/sico/sico.shtml
Ø http://blugosi.freeprohost.com/serie-negra.htm
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