martes, 10 de noviembre de 2015

El Due Diligence para la Protección de Compradores de Empresas

Un Due Diligence, no es una auditoria, lo podemos considerar como un conjunto de procedimientos previamente acordados, en el cual las necesidades del comprador de la empresa por adquirir es quien marcará el alcance y profundidad de la revisión, y donde los hallazgos se limitarán en la medida de los procedimientos que se realice, teniendo como objetivo el comunicar los factores importantes a considerar en la compra-venta de una empresa.
Para exponerlo de una manera más amplia, el objetivo del DUE DILIGENCE es proteger y proporcionar a los compradores, prestamistas u otros inversionistas, información relevante que podrá ser un factor decisivo o afectar la compra-venta de la empresa respecto a :..La actividad de fusiones y adquisiciones presenta riesgos operacionales fundamentales, de la misma forma que la actividad diaria de una empresa. La diferencia clave es que por la especial naturaleza de las operaciones de fusiones y adquisiciones es necesario hacer una valoración de un riesgo concreto sin tener la ventaja que proporcionan los años de experiencia al frente de una determinada empresa. Obviamente, el grado de riesgo asumido puede ser mitigado, primero, mediante un adecuado proceso de Due Diligence y, después, implementando los mecanismos efectivos para evitar las posibles contingencias detectadas.
  1. Sumario
    1.- ¿Qué es la “Due Diligence”? 
    2.- Justificación y finalidad. 
    3.- Áreas a examinar ¿qué aspectos trata la Due Diligence? 
    4.- Fases del proceso de Due Diligence. 
    5.- El informe. Estructura.
    1.- ¿QUÉ ES LA DUE DILIGENCE?
    Es aquel conjunto de trabajos de investigación o comprobación de las diferentes áreas de una sociedad realizado por el interés de un potencial inversor en el proceso de evaluación y valoración de una inversión en una empresa.
    El origen de su nombre proviene de la idea de la necesidad de realizar una operación de estas características con la “debida diligencia”, y por ello deben efectuarse este tipo de trabajos para garantizar la prudencia con la que un empresario debe decidir si lleva a cabo esta operación.
    Como consecuencia de la internacionalización de las transacciones mercantiles se ha generalizado, en la práctica, la utilización del término de origen anglosajón due diligence para referirse a los trabajos de revisión encaminados a obtener información sobre los distintos aspectos jurídicos, contables, financieros, comerciales, medioambientales, procesos productivos, etc., en el marco de una operación de adquisición de empresa.
    Debemos señalar que existe una falta absoluta de regulación en esta materia, no sólo a nivel estatal, sino también europeo o mundial, hecho que dificulta la “estandarización” de un trabajo de este tipo.
    La Due Diligence se enmarca dentro de un proceso de compraventa de empresas (*); para ver el momento en el que se desarrolla la Due Diligence véase la figura 1. La propia naturaleza de la Due Diligence aconseja que la revisión legal deba llevarse a cabo con anterioridad a la firma por las partes de acuerdos vinculantes.
    En la práctica, lo usual es que el proceso de Due Diligence no se inicie hasta que las partes hayan acordado, al menos, un principio de acuerdo sobre las bases esenciales de la operación. Este principio de acuerdo suele plasmarse en un documento que recibe el nombre de Carta de intenciones (o Engagement letter). Los aspectos regulados en la Carta de intenciones suelen hacer referencia a:
    • El plazo y el calendario para ejecutar la Due Diligence y la obligación del vendedor de facilitar a aquél y a los asesores por el mismo designados el acceso a las instalaciones, documentos e información necesarios para llevarlo a cabo. 
    • Un compromiso de confidencialidad por parte del comprador sobre la propia negociación y con respecto a la información que se le va a facilitar. 
    • La asunción por el comprador de un compromiso de exclusividad en virtud del cual se obliga a no negociar ni a concluir una compraventa o transacción similar con un tercero durante un período determinado.
    (*) La forma más frecuente de llevar a cabo la toma de control consiste en la adquisición de la totalidad, o de una parte significativa, de las acciones o participaciones en que se divide su capital social.
    Pese a ello, las consideraciones que aquí se efectúan resultan aplicables también a la revisión legal efectuada con vistas a decidir y configurar la conclusión de otros contratos o transacciones complejas (p.e., la compra de activos; la fusión de dos sociedades; la absorción vía escisión de una rama de actividad, …).
    2.- JUSTIFICACIÓN Y FINALIDAD.
    El principal argumento a favor de la realización de una Due Diligence es que, aproximadamente, la mitad de las adquisiciones de empresas se consideran después un fracaso y la explicación a que más se recurre se resume en la siguiente afirmación: “la empresa no era lo que parecía”; y éste es el riesgo clave que un proceso de Due Diligence trata de reducir. Cuando el comprador realiza la primera aproximación al vendedor interesándose por la sociedad suele tener una visión restringida de la misma.
    En esa fase, habitualmente el comprador sólo analiza los datos económico-financieros a su alcance. Existen, sin embargo, aspectos de la sociedad que no aparecen en la información económico financiera de la misma o cuyo reflejo es insuficiente.
    Toda transacción que implica una inversión financiera de cierta envergadura (adquisición de una sociedad, toma de participación significativa o de una parte sustancial de sus activos) lleva implícita la existencia de diversos tipos de riesgos para el potencial comprador: por ejemplo, la exactitud de las cuentas y estados financieros de la sociedad, la existencia de cargas y gravámenes que afectan a los activos objeto de transmisión, la valoración de dichos activos, la existencia de pasivos ocultos, etc.
    Resulta, por tanto, aconsejable que, antes de consumar la operación, se lleve a cabo un proceso de identificación y evaluación legal de las contingencias inherentes a la adquisición proyectada, a través del cual, el comprador obtenga mayor y mejor conocimiento de la realidad jurídica de la sociedad involucrada en la transacción (las contingencias ocultas representan un riesgo inaceptable en cualquier transacción).
    Dicho conocimiento, proporcionado a través del informe de revisión legal, permite, a su vez, al adquirente tomar una decisión en cuanto a la conveniencia de continuar con la transacción o desistir de la misma y, en todo caso, mejorar la formación de su voluntad contractual. Estas cuestiones están teniendo en la actualidad un gran impacto en el tiempo invertido en completar la operación y están complicando aún más –aunque de forma necesaria- el ya de por sí difícil equilibrio entre vendedores y compradores respecto al precio y los riesgos de la operación.
    El resultado de la revisión legal proporciona, así, una serie de elementos de juicio que pueden afectar a determinadas cláusulas del contrato o contratos mediante los cuales se instrumenta la adquisición. Las cláusulas contractuales que, en la práctica, se ven afectadas con más frecuencia son las relativas a:
    a) precio; 
    b) las condiciones suspensivas; y 
    c) las obligaciones y la responsabilidad del vendedor.
    a) El informe de revisión legal puede ser un elemento condicionante, sino determinante, de la valoración de lo que constituye el objeto de la adquisición, y, en todo caso, una importante herramienta de negociación de cualquiera de otros aspectos del contrato. Sabido es que no resulta ser lo mismo precio que valor; el verdadero precio es el que acuerdan las partes entre sí, con independencia del valor que pudiera atribuirse al objeto de transacción y, todo ello, en muchas ocasiones, por la incidencia de determinados intangibles (fondos de comercio, valor de marcas, derechos de traspaso, gastos de I+D, …).
    Así, cuando como consecuencia de la Due Diligence se pone de manifiesto un riesgo o contingencia de difícil o imposible eliminación, aunque no de tanta entidad como para provocar el desistimiento de la compra, esta circunstancia puede dar lugar a:
    – una rebaja del precio de adquisición; 
    – una retención o un aplazamiento en el precio de la compraventa; 
    – el establecimiento de garantías adicionales (p.e., aval bancario, etc.).
    b) La eficiencia de la operación puede quedar supeditada a la previa regularización de una situación antijurídica detectada derivada de la existencia de diversas irregularidades legales en la sociedad, susceptible de ser subsanadas (p.e., licencias administrativas, enajenación por el vendedor de un determinado activo afectado por un riesgo jurídico cuya regulación resulta muy problemática, …).
    c) Es habitual incluir una larga lista de declaraciones del vendedor sobre la existencia, validez y regularidad de todos aquellos elementos que configuran la empresa y hacer constar que tales declaraciones constituyen bases esenciales del contrato del comprador (cláusula de “declaraciones y garantías” o “representations and warranties”).
    Por tanto, los beneficios que se pueden esperar de una Due Diligence son los siguientes:
    1. Permite identificar los riesgos de la operación 
    2. Aporta argumentos a la hora de determinar el valor de la empresa 
    3. Proporciona información valiosa para la negociación 
    4. Identifica potenciales sinergias 
    5. Determina la estructura de la operación.
    De cuanto se ha expuesto hasta el momento se infiere que la Due Diligence es un “traje a medida” (en función de las necesidades, objetivos y riesgos identificados por la parte inversora) y no una opinión del que la realiza, a diferencia de una auditoría.
    3.- AREAS A EXAMINAR ¿QUÉ ASPECTOS TRATA LA DUE DILIGENCE?
    En todos los casos no es imprescindible abordar la totalidad de materias señaladas a continuación, sino que ello dependerá de las áreas especialmente identificadas por el comprador o inversor y los tipos de riesgos a identificar de forma prioritaria; la Due Diligence puede llegar a versar sobre las siguientes áreas:
    1. Auditoría contable 
    2. Análisis de la información financiera 
    3. Análisis de la información de gestión 
    4. Aspectos fiscales, contingencias 
    5. Aspectos legales 
    6. Aspectos organizativos 
    7. Aspectos medioambientales 
    8. TI y seguridad informática 
    9. RRHH
    Para examinar estas diferentes áreas, se recurre a un Cuestionario preliminar (ver figura 2) que se entrega a la sociedad vendedora para poder recabar la información necesaria.
    Podemos decir que podría llegar a existir un modelo de Due Diligence adaptado a cada comprador, según sus necesidades. Veámos; si profundizamos en cada área podremos identificar cuáles son los aspectos sobre los que versará la Due Diligence:
    -Puede existir una Due Diligence pre-adquisición; sus objetivos serían:
    -valoración de activos y pasivos; 
    -obtención y análisis de la cuenta de resultados histórica que permita servir de base para la elaboración de proyecciones; 
    -determinar si el negocio es sostenible y si son alcanzables los resultados proyectados en base a la evolución histórica, contraste con el mercado, …
    -La Due Diligence Legal presenta como objetivos y elementos a verificar:
    -la comprobación de la situación legal de la sociedad en las diferentes áreas (*2) 
    -identificación de riesgos asociados a la operación; 
    -determinación de las posibles contingencias en materia legal
    (*2) Las áreas a examinar son:
    -Corporativa 
    -Contractual 
    -Activos: Bienes inmuebles 
    -Administrativo: licencias y autorizaciones 
    -Propiedad industrial e intelectual 
    -Litigios y procedimientos
    -La Due Diligence Laboral se encarga del análisis de la adecuación de la empresa a la legislación laboral vigente, a partir del Checklist Laboral (ver de nuevo figura 2).
    -Revisión de la documentación 
    -Análisis del cumplimiento en materia de Seguridad Social 
    -Estudio de los sistemas de retribución 
    -Contenido de los contratos de Alta Dirección 
    -Convenios colectivos, planes de seguros y pensiones, … 
    -Determinación de la “hipoteca laboral” a los efectos de adoptar los acuerdos oportunos en relación al pasivo laboral por reconocimiento de antigüedades y otros derechos.
    -La Due Diligence Financiera evalúa las oportunidades y riesgos financieros a partir de:
    -la obtención y análisis del comportamiento histórico del resultado operativo 
    -los niveles de generación de flujos de caja históricos 
    -la posición de deuda neta financiera, inversión y financiación del circulante, vencimientos, … 
    -la viabilidad económico-financiera del Plan de Negocio 
    -los criterios para evaluar el grado de liquidez de una inversión
    -La Due Diligence Fiscal permitirá:
    -el análisis preliminar de la viabilidad fiscal 
    -la determinación del impacto impositivo en las proyecciones financieras 
    -la determinación de contingencias fiscales y su clasificación en función de su grado de probabilidad 
    -la comprobación de la contabilización correcta de los pasivos fiscales de la compañía 
    -el examen de la razonabilidad de los créditos fiscales existentes a favor de la compañía y las bases imponibles negativas 
    -valoración de los “activos” fiscales: impuestos anticipados y diferidos, registrados y no contabilizados. 
    -determinación de garantías sobre riesgos fiscales.
    Los impuestos a examinar serán Impuesto sobre Sociedades, IVA, Retenciones IRPF, No Residentes y Locales.
    -La Due Diligence Medioambiental
    Existen estudios que determinan que una tercera parte de las mayores compañías europeas se ha visto afectada negativamente por aspectos de responsabilidad medioambiental tras una operación de fusión o adquisición empresarial. Las implicaciones ambientales y sociales son hoy más importantes de lo que lo han sido nunca. Cualquier transacción que no tenga en cuenta estas implicaciones está ignorando una parte muy relevante de los riesgos a considerar. Para ello habrá que identificar y evaluar los riesgos ambientales potenciales y la toma de decisiones para la aplicación de medidas correctoras.
    -La Due Diligence Comercial que permitirá el análisis de la competencia, el conocimiento de las dinámicas y tamaño del mercado en el que se opera, el posicionamiento del target en el mercado, la revisión de las líneas estratégicas, …
    -La Due Diligence sobre los Sistemas de Información (IT) analiza la plataforma tecnológica (hardware, software y comunicaciones), la adecuación de dichos sistemas al negocio (funcionalidad, capacidad, …), evalúa el dimensionamiento del departamento, políticas de externalización, la gestión económica de presupuestos (coste e inversión), compatibilidad y sinergias ante la fusión de plataformas, así como los aspectos legales a tener en cuenta en coordinación con la Due Diligence Legal (propiedad intelectual de las aplicaciones y cumplimiento con la normativa aplicable: LOPD -Ley Orgánica de Protección de Datos-, LSSI –Ley de Servicios de la Sociedad de la Información-).
    En general, en todas las áreas relacionadas la Due Diligence, además, permite identificar posibles áreas de mejora para la futura solución de los problemas detectados.
    4.- FASES DEL PROCESO DE DUE DILIGENCE.
    1. Fase preliminar: el comprador debe especificar las líneas maestras del encargo y elegir a los profesionales (abogados, expertos fiscales, auditores, contables, etc.) que se han de ocupar de revisar distintas áreas de la sociedad que está interesado en adquirir. Dependiendo de las características de la empresa a inspeccionar, puede solicitar el asesoramiento de otros profesionales, como consultores medioambientales, corredores de seguros, empresas de tasación de inmuebles y otros asesores técnicos especializados.
    A su vez, el vendedor ha de designar a los trabajadores o a los profesionales y técnicos externos integrantes del equipo que ha de atender las peticiones de información.
    En esta fase preliminar debemos tener muy claros una serie de puntos:
    • Comprensión del objetivo; quién compra; por qué compra; cómo paga, etc. 
    • Delimitación del alcance del trabajo, para mantener un equilibrio suficiente entre el nivel de riesgo, el tiempo, los costes y los recursos de qué se dispone. 
    • Fijación de un calendario de trabajo. 
    • Aceptación de la propuesta de servicios.
    2. Fase de investigación: la recogida y análisis de la información.
    De conformidad con lo comentado en el apartado 3 ?reas a examinar, en este punto se procede a recabar todos los datos necesarios producto del Cuestionario preliminar o Check list incluido a modo de ejemplo en la figura 2.
    • Análisis financiero:
    1. Estados financieros, 
    2. Cuentas, 
    3. Proyecciones, 
    4. Datos históricos.
    • Análisis fiscal, legal y laboral:
    1. Comprobar el cumplimiento de las obligaciones fiscales y posibles contingencias. 
    2. Comprobar el cumplimiento de las obligaciones sociales y posibles riesgos. 
    3. Revisar toda la documentación mercantil y otros aspectos societarios.
    • Análisis medioambiental:
    1. Determinar y cuantificar posibles riesgos y verificar el cumplimiento de la normativa.
    etc. (seguiría aquí el análisis de los diferentes extremos para la confección del informe).
    3. Fase de confirmación de datos: a medida que se va obteniendo información sobre los distintos aspectos de la sociedad, se debe ir analizando su trascendencia jurídica. Lo habitual es que vayan surgiendo dudas que requieran las oportunas explicaciones del vendedor, por lo que se establece un calendario de reuniones a los efectos de concentrar las solicitudes de aclaraciones.
    Antes de acometer la última fase, suele tener lugar una nueva reunión de los distintos asesores de comprador y vendedor para poner en común el resultado provisional de su trabajo, cruzar información y eliminar incertidumbres.
    4. Emisión del informe de Due Diligence, al cual nos referimos en el apartado siguiente.
    5.- EL INFORME. ESTRUCTURA.
    El resultado de la información recopilada y de su análisis legal queda recogido y documentado en un informe.
    En cuanto a su estructura, es frecuente que el informe se divida en las siguientes partes:
    • Breve introducción sobre el objeto, alcance y razón del trabajo llevado a cabo y un resumen con el fin de dar a conocer al comprador los principales aspectos que deben centrar su atención.
    • A continuación se acostumbra a dividir el cuerpo del informe en cada una de las áreas jurídicas que han sido analizadas, siguiendo el mismo orden sistemático que el del cuestionario preliminar. Dentro de cada capítulo debe incluirse un resumen de cada elemento examinado (activos, inmuebles, contratos, etc.), la relación de documentación e información utilizada para su examen y, naturalmente, un análisis jurídico del aspecto en cuestión.
    • Al final del informe o de cada uno de los capítulos o partes en que se divide, se resumen las principales irregularidades o aspectos negativos detectados, sus eventuales consecuencias jurídicas y, cuando sea factible, las posibilidades de solucionar o paliar aquéllos antes de la consumación de la adquisición.
    Al informe se suelen acompañar anexos que incluyen datos o información facilitada por la sociedad objeto de revisión a lo largo del proceso, cuya constatación o conocimiento se considera relevante.
    Cuando el objeto de la revisión es complejo, el informe resultante es, inevitablemente, muy voluminoso, siendo frecuente, la emisión de un resumen esquemático (executive summary), en el que aparecen claramente extractadas las conclusiones y recomendaciones.
    Es conveniente determinar, con carácter previo, las personas a quienes, dentro de la organización del comprador, debe facilitarse el informe de revisión legal, pues éste constituye en sí mismo un documento confidencial. En tal sentido, es frecuente incluir en el propio informe o en la carta de encargo una advertencia sobre la confidencialidad de dicho documento, señalándose que no debe difundirse o facilitarse a terceros distintos de los destinatarios previamente definidos, así como que su contenido no debe emplearse con otra finalidad distinta de la convenida.

DUE DILIGENSE SU FUNCIÓN

El due diligence se refiere al proceso de investigación y análisis que se realiza antes de efectuar una inversión, adquisición o venta de una división o unidad de negocios de una compañía; o bien, antes de iniciar alguna relación de negocios entre dos o más interesados.
La función básica de la auditoría de compra o "due diligence", es valuar los activos y deudas de la compañía objetivo, investigando los aspectos significativos de su pasado, presente y futuro predecible .
El due diligence permite evaluar a la empresa en marcha, valuar sus activos y pasivos, conocer sus aspectos legales como contratos y estatutos, cumplimiento de la legislación vigente, marcas registradas, activos intangibles, determinar los riesgos contingentes del negocio, juicios actuales y potenciales y determinar la existencia de pasivos ocultos, reales o potenciales. También evaluar activos intangibles como el capital humano, el conocimiento, la cultura de las empresas, capacidad de liderazgo, etc.
Producto de la realización del trabajo, se realiza un informe con comentarios y observaciones que servirá como base para la negociación del acuerdo final en temas como potenciales riesgos contingentes, cláusulas de garantías, etc.Para realizar un due diligence de compra, el inversionista potencial puede utilizar sus recursos propios o contratar una firma de consultoría especializada en este proceso para investigar a la compañía objetivo o target.
Ya sea que se decidan utilizar recursos propios o contratar una firma de asesores especializados, el objetivo de una investigación de due diligence es mostrar al inversionista los asuntos financieros clave que deben ser considerados durante las etapas de valuación, negociación y cierre de la transacción.
Un due diligence eficaz requiere responder cuatro preguntas básicas:
  • ¿Qué estamos comprando realmente?
  • ¿Cuál es el valor aislado de la empresa objetivo?
  • ¿Dónde están las sinergias, y dónde hay esqueletos ocultos? y
  • ¿Cuál es nuestro precio de retirada?
Cada una de estas preguntas concita un nivel de indagación más profundo que la anterior, poniendo bajo el microscopio la lógica estratégica más amplia de una adquisición.
Dos aspectos de importancia en una investigación de due diligence de compra son:
  • la normalización de la utilidad antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA, por sus siglas en inglés), también conocido como análisis de la calidad de las utilidades, y
  • el análisis de la calidad del capital de trabajo.
Uno de los principales aspectos a analizar en el due diligence es la sustentabilidad de las utilidades o EBITDA. Es muy común que el precio de la transacción se defina como un múltiplo que se aplicará al EBITDA normalizado; para ese efecto, es necesario que el EBITDA de ejercicios anteriores y del ejercicio corriente sean analizados durante el due diligence para identificar posibles ajustes que modifiquen su valor, ya sea por ingresos o gastos no recurrentes, por costos o gastos que no sean "regulares" o propios de la operación normal del negocio, o bien por cambios en políticas contables. Como ejemplos de ingresos y gastos, y costos no recurrentes, se tienen las ventas extraordinarias y sus costos respectivos o el ingreso por la venta de algún activo fijo; asimismo, los costos de una reestructura operativa y, en su caso, los costos laborales por la terminación de la relación laboral de algunos empleados, serían clasificados como no regulares en la normalización del EBITDA. En lo que respecta a cambios en políticas contables, éstos pueden ser la valuación de los inventarios o el tratamiento de los arrendamientos. Es importante mencionar que este análisis sólo es posible con una definición clara de la información que será proporcionada por el vendedor a los analistas de la información, ya que en caso de tener información limitada, no será posible la identificación de los ajustes necesarios para la normalización del EBITDA y, por lo tanto, se tendría una ambigüedad sobre el precio justo de la transacción cuando éste sea determinado mediante un múltiplo de EBITDA. Asimismo, ciertos ajustes detectados podrían afectar los resultados proyectados de la compañía, por lo que el precio de compra también se vería afectado cuando es calculado mediante flujos de efectivo descontados.
Otro aspecto importante en la negociación de compraventa de un negocio es el capital de trabajo. En una transacción es muy común la compra de las acciones de una empresa a un precio determinado en que la compañía adquirida queda libre de deuda y el efectivo es retirado por la parte vendedora al cierre de la transacción. Como resultado, el capital de trabajo con el que se queda la compañía adquirida podría no ser suficiente para la operación de la misma, y en consecuencia, se tendría la necesidad de inyectar recursos para permitirle continuar operando; situación que sería desfavorable para el comprador. Por medio del due diligence es posible determinar la calidad del capital de trabajo del target, con el objetivo de identificar ajustes y/o componentes que podrían no ser parte del capital de trabajo normal del negocio. Mediante este análisis, el comprador tendrá las herramientas para establecer claramente, en el contrato de compraventa, tanto de las cuentas que deberán formar parte del capital de trabajo, como el monto mínimo al que éste debe ascender al momento del cierre de la transacción. Ejemplos típicos de ajustes al capital de trabajo son la porción a corto plazo de deuda a largo plazo cuando no se presentan como tal por el vendedor, y el factoraje de cuentas por cobrar que puede dejar a la compañía target con un capital de trabajo menor al requerido para su funcionamiento normal. No es recomendable que se definan montos sin que éstos hayan sido analizados mediante el proceso del due diligence, con base en el alcance y oportunidad previamente acordada entre las partes. Es importante hacer notar que el hallazgo de ajustes al capital de trabajo depende del alcance de trabajo que sobre el mismo acuerden las partes. Asimismo, es vital establecer la definición de la naturaleza de las partidas que componen el capital de trabajo, ya que aun cuando éste es un término comúnmente utilizado, no existe una definición en los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados, por lo que el término se puede prestar a diferentes interpretaciones. Cuando el contrato de compraventa no indica claramente el concepto de capital de trabajo, es normal que surjan discrepancias en la interpretación o confusión en las definiciones, que originarían un proceso largo y molesto entre las partes que pudiera, inclusive, necesitar la intervención de un tercero para la definición y/o determinación de los efectos correspondientes. El alcance y oportunidad de los análisis e investigación que se practiquen son fundamentales en una transacción, y su definición y entendimiento en el momento correcto permitirá que las reglas del juego y los límites sean claros para todas las partes, logrando así un buen camino para una negociación exitosa.

jueves, 1 de octubre de 2015

Demagogia, una condena social



Cada sociedad es un grupo humano caracterizado por una forma de vida humana, y aunque cada sociedad comprende varios grupos de individuos con características menos generales en cada sub-grupo, lo que cuenta es que la vida social es la forma natural de nuestra existencia. Los diferentes círculos sociales a que puede pertenecer cada individuo corresponden a la familia, la religión, los amigos, los compañeros de estudio o de trabajo. Las sociedades que agrupan individuos con más generalidades son los países, las ciudades, las razas y el origen de procedencia. Toda sociedad ejerce una influencia de poder sobre sus miembros, basada en la memoria colectiva que la sociedad conserva como parte de su experiencia a través del tiempo, fijando según esa experiencia normas no escritas de conducta que los individuos acatan con naturalidad y a las que cada cual sólo puede renunciar con actos de conciencia individuales.
La experiencia social nunca permanece estancada, a pesar de la voluntad de sus miembros más conservadores; pero tampoco acepta los cambios inmediatos, a pesar de la voluntad de sus miembros más reformistas y de la razonabilidad de sus argumentos. Cada sociedad tiene su propio dinamismo basado en los resultados de los cambios que ha experimentado y que continúa experimentando a través del tiempo. Tampoco las sociedades, por primitivas que se consideren, dictan normas basadas en la ignorancia. Lo hacen según el resultado de sus experiencias como negativa a repetir errores. Sin embargo; los resultados distan de ser conocimiento científico, e incluso a veces pueden resultar anticientíficos, pero en general sus normas corresponden a lo que el cuerpo social considera bueno o útil, sin que se defina la realidad de lo que corresponde a estos términos.
Esta forma de conocimiento social es más apropiado considerarla como creencias; pero las mismas sociedades pueden cambiarlas a través de nuevas experiencias, y de hecho así lo hacen. Para ello ya si se puede contar con conocimientos científicos que vaya aceptando la generalidad de los individuos y los conceptos filosóficos que vayan calando en la mentalidad de ellos. Es la forma como se logran las reformas sociales, después del período de experimentación práctica que por lo general resulta lento y difícil.
Ejemplo histórico de la lentitud en reformas sociales fue el paso del poder absoluto a la democracia en Inglaterra. Esta reforma tuvo origen en el Siglo XIII con una revolución de los nobles contra el rey Juan Sin Tierra, la cual impuso un poder parlamentario, lo que moderó pero no logró acabar el poder absoluto. Cuatro siglos después, en la revolución de 1642, con el triunfo de Oliver Cromwell contra Carlos I, se logró fortalecer el parlamento, y finalmente en 1689, en una revolución sin derramamiento de sangre, la llamada la Revolución Gloriosa, logró imponerse definitivamente, cambiando la soberanía del rey por la soberanía del pueblo y haciendo operante la democracia.
Las creencias impuestas por la sociedad ofrecen a los individuos cierta forma de seguridad pero como contrapartida imponen prejuicios, emociones, miedos y esperanzas, cuyo contagio social da mayor fuerza a estos sentimientos que cuando son originados individualmente. Son éstas las debilidades humanas que utilizan los demagogos para buscar poder y lograr ventajas para sí y para el círculo que lo secunda. Los demagogos potencian y convierten en armas a su favor las debilidades que crea la sociedad, agregando temores nuevos a peligros que sólo existen en la fantasía estratégica de los demagogos. Mejor que acudir a la historia en busca de un ejemplo, observemos el caso actual de Venezuela con Maduro y su antecesor Chávez, quienes han culpado de todos los males y de sus errores a las “oligarquías”, a la oposición y al “imperialismo yankee”. Los demagogos crean estrategias que despojan de su transparencia y ventajas a la democracia, en su afán de mantenerse en el poder.
El mayor o menor grado de practicar la demagogia es lo que hace la diferencia entre malos y peores a los gobiernos de nuestro mundo actual. Todos se atribuyen su calidad de demócratas, y la democracia, aun reconociendo que es la mejor forma de gobierno que la humanidad ha encontrado, conlleva su tendencia a la demagogia, como lo comprendió Aristóteles desde la antigüedad, por lo cual él se oponía a esta forma de gobierno, “porque llevaba a la corrupción de la república”, ya que para él la demagogia no era sólo el origen de la corrupción sino la corrupción misma.
Quienes han contribuido en la formación del sistema democrático no han ignorado desde un principio las amenazas que la debilitan y han buscado soluciones. Al voto popular que la constituye se ha agregado la división del poder en tres ramas independientes, la legislativa, la ejecutiva y la judicial. Otra práctica creada para evitar un creciente poder centralista es la división de la rama ejecutiva en poderes estatales, provinciales y locales.
En nuestra América Latina que, como todo el mundo presume de demócrata, siguen surgiendo algunos burdos caudillos, que aunque no vistan casacas y uniformes militares sino prendas civiles y a veces hasta trajes originales o indígenas, no ocultan su inclinación caudillista de demagogos que se aferran al poder como garrapatas, succionando con antídotos la sangre de sus presas. Son tan burdos en su estrategia demagógica que no tienen pudor para acallar la libertad de prensa en nombre de la libertad misma.
Nuestros políticos incapaces que por engaños o golpes de suerte llegan al poder, y para sostenerse en él, a falta de realizaciones, disponen siempre de la demagogia. Apelan constantemente al pueblo para liberarse de las corrientes intelectuales y las políticas económicas modernas que son incapaces de digerir. Así en su lenguaje limitado pero fuerte y lleno de consignas populares todo lo justifican como lo más apropiado para las mayorías más sufridas de la sociedad, como inspiradoras de sus actos. Incapaces de ofrecer beneficios generales a prueba de tiempo ofrecen beneficios limitados y cortoplacistas. En vez de favorecer la economía general, destruyen logros hechos a base de tiempo y esfuerzo. Se exceden estableciendo medidas de control y su esfuerzo queda reducido a las estrategias demagógicas y a encontrar medios de apariencia legal para acallar a sus adversarios.
Ni el socialismo ha sido enemigo de la democracia ni el capitalismo su sinónimo. La verdadera enemiga de la democracia es la demagogia que enmascara la ambición egoísta por el poder y se incrusta en la democracia para convertirla en feudos de poder. La demagogia antepone las ventajas de unos pocos al bienestar social y se niega a su incapacidad atrincherada en ideologías trasnochadas, porque estas son las que ofrecen un terreno más abonado para combatir el sentido práctico de que dispone la democracia actual, cuya experimentación desde el siglo XVIII le ha llevado a ceder en su ideología ante el razonamiento de sentido práctico. Pero la demagogia no puede ceder sin perder argumentos, reconociendo que la democracia y sus prácticas económicas, a pesar de errores pasados, han evolucionado a nuevas ideas de un mundo intercomunicado y en progreso.

LA PACIENCIA




La paciencia no es pasividad ante el sufrimiento, no reaccionar o un simple aguantarse: es fortaleza para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas que la vida pone a nuestra disposición para el continuo progreso interno.
A veces las prisas nos impiden disfrutar del presente. Disfrutar de cada instante sólo es posible con unas dosis de paciencia, virtud que podemos desarrollar y que nos permitirá vivir sin prisas. La paciencia nos permite ver con claridad el origen de los problemas y la mejor manera de solucionarlos.

La paciencia es la virtud por la que soportamos con ánimo sereno los males y los avatares de la vida, no sea que por perder la serenidad del alma abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores.
La paciencia es una virtud bien distinta de la mera pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse: es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, grandes o pequeñas. Identificamos entonces nuestra voluntad con la de esa “chispa” divina de la que procedemos, y eso nos permite mantener la fidelidad en medio de las persecuciones y pruebas, y es el fundamento de la grandeza de ánimo y de la alegría de quien está seguro de hacer lo que le dicta su propia conciencia.

La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan ya que piensan que a las cosas que no dependen estrictamente de uno hay que darles tiempo.
La persona paciente tiende a desarrollar una sensibilidad que le va a permitir identificar los problemas, contrariedades, alegrías, triunfos y fracasos del día a día y, por medio de ella, afrontar la vida de una manera optimista, tranquila y siempre en busca de armonía.

Es necesario tener paciencia con todo el mundo, pero, en primer lugar, con uno mismo.

Paciencia también con quienes nos relacionamos más a menudo, sobre todo si, por cualquier motivo, hemos de ayudarles en su formación, en su enfermedad. Hay que contar con los defectos de las personas que tratamos –muchas veces están luchando con empeño por superarlos-, quizá con su mal genio, con faltas de educación, suspicacias... que, sobre todo cuando se repiten con frecuencia, podrían hacernos faltar a la caridad, romper la convivencia o hacer ineficaz nuestro interés en ayudarlos. El discernimiento y la reflexión nos ayudará a ser pacientes, sin dejar de corregir cuando sea el momento más indicado y oportuno. Esperar un tiempo, sonreír, dar una buena contestación ante una impertinencia puede hacer que nuestras palabras lleguen al corazón de esas personas.


Paciencia con aquellos acontecimientos que llegan y que nos son contrarios: la enfermedad, la pobreza, el excesivo calor o frío... los diversos infortunios que se presentan en un día corriente: el teléfono que no funciona o no deja de comunicar, el excesivo trafico que nos hace llegar tarde a una cita importante, el olvido del material del trabajo, una visita que se presenta en el momento más inoportuno. Son las adversidades, quizá no muy trascendentales, que nos llevarían a reaccionar quizá con falta de paz. En esos pequeños sucesos se ha de poner la paciencia.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Cómo reconocer a una persona controladora

1
Considera cómo te sientes alrededor de las personas que hay en tu vida antes de todo. ¿Tienes alguna relación en la que te sientes asfixiado, mangoneado, confundido o estresado, o simplemente harto de que te digan lo que tienes que hacer la mayor parte del tiempo (y sintiéndote culpable por ceder)? ¿Hay alguien en tu vida cerca del cual tienes que ir con pies de plomo y ser muy cuidadoso para aplacarle y no se enfade? ¿Conoces a alguien que parece tener “puntos” que le hacen perder el control contigo por cualquier cosa que dices o haces, a menudo sin razón? Si sientes que cualquiera de estas situaciones te es familiar, entonces es posible que estés lidiando con una persona controladora. Si es el caso, sigue leyendo.
Una persona controladora puede ser hombre o mujer; ya sea la relación romántica o de amistad. Sé precavido con cualquier amigo celoso que odie a tu pareja por serlo, especialmente si tu amigo no es feliz con sus relaciones.
El hecho de que una persona tenga una personalidad fuerte no implica que sea controladora. La prueba es: “Te deja ser tú mismo, o influencia exageradamente tu comportamiento”. Deberías poder determinar esto instintivamente.
Distingue una personalidad de límites de una persona controladora comprobando sus reacciones frente a otras cosas. Si una persona siempre estalla si le tocan sin permiso pero no reacciona de un modo controlador si cambias tu pelo o pierdes o ganas peso, etc., es un problema de límites. Las opciones personales de otros como cambiar de religión, reconocer una homosexualidad o transexualidad, hacer dieta, entrenar o hacer ejercicio son temas de límites. Incluso si crees que estás en lo correcto y los demás son los equivocados, alguien que es sensitivo a estos temas mantiene un límite cuando se trata de lo que hacen con su vida y cómo se les trata. Cuando empiezan a decirte quién eres, qué ropa llevar, cómo pensar, sentir y hacer es cuando te están controlando.
No te sientas mal si descubres que a veces controlar a otras personas en tu vida, sobre todo si has crecido con un padre controlador. En un nivel más profundo, aquello con lo que creces lo ves como “normal” y requiere tiempo dejar de tratar a los demás de la misma manera que te han tratado a ti. Es una parte muy importante de la recuperación el romper este patrón en ti mismo. Si te das cuenta a tiempo, puede ayudarte a corroborarlo y disculparte con la persona cuyos límites has propasado. Esto puede salvar las relaciones saludables de amistad y pareja que haya en tu vida.
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2
Busca cambios de humor repentinos. Esto es señal de una persona controladora, precisamente porque aquellos con personalidades cambiantes tienden a meditar sobre los daños e injusticias que perciben han recibido y buscan el remedio a su dolor interno y mejora de su situación controlando a otros. ¿Qué mejor que tener a alguien a tu disposición y otra que acepta la culpa o tiene miedo cuando no quieres ahondar en la solución del origen de tu propio dolor?
Las personas con cambios de humor suelen ser caprichosas ponen una cara larga en medio de un momento de alegría.
Los narcisistas con frecuencia enviarán una señal cuando no se les está prestando atención a ellos y sus necesidades. Esta es una forma de manipulación a la que es difícil decir no, pues la persona a menudo dirá que siente un dolor, está molesto, dolido y similares, haciendo así que la otra persona se sienta mal por él.

3
Sospecha de cualquier persona que tenga temperamento y lo use con frecuencia. Las frecuentes explosiones de temperamento, especialmente aquellas acompañadas de acoso (el cobarde que trata de controlar a otros) o amenazas (es más fácil dirigir sus advertencias de hacerte daño a ti que buscar el origen interno de su dolor) son signos de una personalidad controladora. Las explosiones de temperamento a menudo se producen cuando difieres de su opinión (tanto si lo haces tranquilamente como amablemente) o no haces exactamente lo que ellos quieren que hagas (algo que a veces es difícil de deducir, pues muchas personas controladoras esperan que seas capaz de “leerles la mente”). En su mente, tú estás desafiando su autoridad cuando no estás de acuerdo con ellos o no llevas a cabo sus deseos.
En conjunto con los cambios de humor, las personas con estallidos de temperamento pueden ser realmente problemáticas porque nunca sabes qué postura mantener con estas personas. Desafortunadamente, su inhabilidad para manejar su ira o resentimiento puede resultar en agresión física, verbal, emocional o sexual. No permitas nunca que una persona te haga daño; no es tu culpa que estén heridos en su interior; tristemente, es más que posible que alguien en su juventud se comportara de la misma forma con ellos y estén perpetuando ese mal ciclo.

4
Piensa cómo reacciona esta persona a preguntas comunes. Las preguntas pueden revelar bastantes cosas en lo que respecta a una persona controladora cuando responden de una manera frustrada o condescendiente:
Como ya se ha dicho anteriormente, una persona controladora piensa que puedes leer su mente. Si le haces preguntas sencillas sobre qué hacer juntos, dónde ir, qué es lo que quieren, etc., pueden frustrarse fácilmente porque esperan que tú tengas todas sus necesidades en cuenta y por encima de las tuyas. Las preguntas implican que hay que tomar una decisión, y una persona controladora cree que la decisión ya está tomada, siendo todo para ellos y su conveniencia.
La gente controladora frecuentemente asume que entiende cómo piensas, incluso cuando no es así. Pueden frustrarse porque la imagen que se han construido de ti no se corresponde con lo que dices.
Las preguntas pueden irritar a una persona controladora porque ellos prefieren tener el control a la hora de preguntar, y no los demás.
Las preguntas pueden afirmar para una persona controladora que aquel que pregunta necesita ayuda y control porque no conocen la respuesta. Esto puede agravarse con el tiempo porque el controlador busca que la persona controlada dude de sus propias habilidades a la hora de tomar decisiones.

5
Busca elogios. Es común que las personas con problemas de control no sean buenos a la hora de elogiar sinceramente. No quieren que te sientas bien contigo mismo porque puede quitarles el control y hacer que se pierda la atención sobre ellos. Los elogios, cuando los dan, son maliciosos, mordaces y lo que hacen realmente es señalar una imperfección o defecto de la otra persona.
Por ejemplo: Cassie es el mejor referente de Maya para sentirse bien consigo misma y le gusta mangonear a Cassie. Así que, Maya suele decir a Cassie que es una buena amiga pero nunca le llama su mejor amiga aunque Cassie siempre se refiere a Maya como su mejor amiga; en este caso, Maya siempre tiene la posibilidad pero nunca lo hace. Cassie tiene un buen cuerpo y a Maya le enoja la atención que los chicos le prestan, por lo que Maya constantemente le dice a Cassie que a pesar de que tiene muy buen cuerpo, no debe presumir de ello ya que los chicos hablan de ella a sus espaldas.
Ten cuidado si eres muy atractivo(a) y la persona controladora no lo es. En este caso, es posible para una persona controladora hacer tu vida miserable. Tu aspecto se convertirá en un obstáculo es una relación de control, porque muy probablemente sentirán celos y harán lo posible para que pierdas la confianza en tu apariencia. Por ejemplo, una madre puede sentirse amenazada por la juventud de su hija e intentará hacer que su hija sienta que carece de estilo, incluso ayudará a que esto ocurra eligiendo su ropa o limitando su posibilidad de elegirla o de llevar maquillaje, etc. En una situación en la que la persona controladora sin atractivo se siente amenazada por el de la otra persona, rara vez lo elogiará; si acaso, lo más probable es que te recuerde tus defectos.
Una persona controladora intentará controlar tu manera de vestir y hablar, o incluso criticará tu opinión.

6
Sé precavido con cualquier persona que parezca incapaz de entender o aceptar un “no”. Esta persona es un problema con tendencias controladoras, y estás destinado a que te pase por encima. Esta persona tenderá a insistir hasta que te agobies y rindas, cambiando tu firme no a un frágil sí, y dejándote con el sentimiento de culpa y vergüenza de ti mismo. Recuerda que estás en tu derecho de tomar decisiones, incluyendo aquellas que son negativas y hacen que te opongas a hacer lo que esta persona te pide.

7
Considera qué ocurre cuando quieres ser tú mismo o actuar por tu cuenta.¿Te encuentras a menudo cambiando tu propia personalidad, planes o puntos de vista para que se ajusten a los de otra persona, incluso si habitualmente eres una persona fuerte? Si es así, es posible que estés tratando con una persona controladora. En lo que respecta a ti, estos son algunos puntos clave que llevan a estar en la posición de ser controlado:
¿Esta persona ignora, cambia o reinterpreta tu propia experiencia o expresiones de tus emociones? Los controladores intentan definir tu realidad. Si dices que estás cansado y la otra persona te dice que no, es una señal de que él o ella es una persona controladora.
¿Te encuentras a menudo sintiendo que debes cambiar tus planes por esta persona? Digamos que tienes tu día planeado, y entonces recibes la llamada de un amigo, y le cuentas tus planes. La persona quiere unirse a tus planes, con la excepción de que tu horario no le viene bien, o quizá no es el sitio al que quiere ir. Lo siguiente que te encuentras, es que tus planes han cambiado totalmente. Acabas viendo una película que no querías ver, en un momento en el que ni siquiera ni apetecía.

8
Analiza cómo esta persona ve las situaciones difíciles, los momentos de tomar decisiones mutuas o cuestiones de responsabilidad. Es en estos campos en los que realmente puedes ver a una persona controladora por completo. A diferencia de una persona con fuertes opiniones (que puede ser molesta en sí misma pero no busca controlar, solo exponer sus opiniones de manera contundente), una persona controladora carece de la habilidad de tolerar o aceptar diferencias entre vosotros dos. Es más, una persona controladora siempre busca maneras de cambiar partes de tus rasgos o personalidad, transformándote en parte de su intento débil de controlar el mundo a su alrededor. Mientras que puede decirse que las relaciones no son democracias, tampoco son dictaduras. Es importante buscar un equilibrio en el que te encuentres a gusto en cualquier relación y la habilidad de comprometerse, tolerar, ser flexible y dar y recibir en ambos sentidos es esencial para las relaciones sanas.
La mayoría de personas controladoras siempre sacan a relucir durante las discusiones las expresiones, “tú eres el problema”, o “tienes un problema”. Nunca es su culpa.
La gente controladora suele tener dificultades para lidiar con los problemas de manera objetiva y manipularán la conversación para culpar a otros cuando señalan sus errores. Cuando esto ocurre, termina la discusión sin dejar que la persona controladora te eche la culpa o desacredite a ti u otros.
Si realmente quieres a esta persona, el “amarre” que tiene sobre ti puede hacer que te sea difícil ver y escapar de ella porque tu amor puede hacer que intentes excusar su comportamiento.
La gente controladora suele degradar o criticar a otros para crecerse y parecer superiores y con el control. De hecho, una persona controladora es fácil de localizar por su constante monólogo sobre cuán despreciable, estúpido, malvado, ridículo, molesto, etc. es el resto del mundo (aunque posiblemente nunca es ninguna de esas cosas).

9
Observa lo que ocurre con tus otras relaciones. Cuando la persona controladora esté cerca de tus amigos y conocidos, ten cuidado. La persona controladora intentará causarte problemas entre tú y tus amigos, lanzando rumores, intentando crear divisiones (divide y vencerás) e incluso llegarán a contar mentiras (exageraciones para ser más suaves) sobre ti hacia ellos o viceversa, para intentar romper tu unión con ellos. Su principal objetivo es aislarte de los demás para que puedan tenerte para ellos mismos, dentro de la realidad que intentan tejer para ti. Permanece alerta; cualquier intento de alejarte o degradar a tus amigos y conocidos de tu vida es una bandera roja.
Evita conversaciones sobre interacciones, intereses mutuos y relaciones de amistad o pareja que tengas cuando la persona controladora esté presente. Sabes que le hará estallar y si tienes que dar la impresión de que eres un ermitaño en su presencia, es mejor a que haga trizas tus demás relaciones con sus comentarios maliciosos e insensibles.

10
Observa la vida social de esta persona. La gente controladora normalmente no tiene amigos cercanos, y en raras ocasiones tiene amigos que sean más atractivos, inteligentes o bien parecidos que ellos. Suelen sentir celos de la gente popular, exitosa, y criticarán a aquellos que los demás tengan en buena estima. La falta de amigos cercanos puede ser una señal adicional de un incapacidad de tolerar a otros y de su necesidad de controlar firmemente las relaciones.
Las relaciones de amistad y pareja no se crean sobre quién tiene el control. Son interacciones mutuas basadas en compartir el dar y recibir y buscar siempre un equilibrio.

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Busca si existe abuso de poder administrativo o social, incluyendo cuando hay derechos compartidos. Una persona controladora tiende a mantener lazos sociales o legales (como amenazas de litigio, divorcio, matrimonios amañados, contratos de alquiler a compañeros de piso, planes de llamadas telefónicas compartidos, mal uso de un crédito compartido y contratos similares), especialmente si hay derechos administrativos incluidos. Incluso en las redes sociales, podrá bloquear y desbloquear a una persona antes que romper la relación, como otro intento de controlar una relación complicada o fallida.
Sospecha de la excesiva generosidad de una personalidad controladora pues puede ser una forma de impresionar y controlarte. Aparentando que te da muchas cosas, te hace creer que siempre te estás beneficiando de alguna forma, haciéndote sentir como si le debieras algo, quizás incluso pasado el tiempo. Entonces ellos utilizan ese sentimiento de obligación que tienes hacia ellos para controlarte.

Aprovecha lo que tienes

Cuánto tienes a tu alcance para hacer algo no es ni por asomo tan importante como lo que decidas hacer con ello. Muchísima gente que se volv...