martes, 11 de noviembre de 2014

EL COMPORTAMIENTO HUMANO

La conducta es un conjunto de actos de un hombre o un animal, exteriores y visibles para su observador. La conducta de un hombre revela, más que sus palabras, sus verdaderos pensamientos, sus propósitos y sus ideales.
En la siguiente investigación desarrollaremos varios puntos importantes sobre la conducta humana y los factores que la determinan.
Con este trabajo buscamos conocer más sobre uno de los temas más importantes de la psicología, como lo es la conducta o comportamiento de todo ser humano.
Esperamos que nuestro trabajo sea del agrado y provecho de todo lector del mismo, así como lo fue para nosotras.
LA CONDUCTA HUMANA
La mayoría de los psicólogos de hoy convienen en que el objeto propio de las ciencias psicológicas es la conducta humana.
Pero, por “Conducta humana” se entienden muchas cosas, además de poder ser enfocada desde muy diversos puntos de vista.
Conducta humana es la lucha por la vida del recién nacido prematuro.
Artistas, científicos, profesores, políticos, ejercitan la conducta humana cuando aplican sus conocimientos y destrezas a sus tareas correspondientes.
Conducta humana son las fantasías de un niño, los sueños del adolescente, las alucinaciones del alcohólico.
La conducta humana se conoce bien, pero se comprende poco.
Cuando hablamos de conducta, aludimos primeramente, a las actividades claras y evidentes observables por los demás: su caminar, hablar, testicular, su actividad cotidiana… a esta conducta se le denomina conducta evidente por ser externamente observable.
Interpretación científica de la conducta
Para hacernos cargo de cualquier problema humano debemos intentar comprender primero la conducta humana de un modo científico.
¿Que quiere decir esto?
Entender a “nivel científico” la conducta quiere decir que nos es preciso conocer los principios que la rigen.
Estos principios son tres:
Casualidad, motivación y finalidad.
Casualidad: para este principio, toda conducta es causada, obedece a una causa. Ante una situación dada nos comportamos de una manera y no de otra: según este principio debemos buscar la razón de esta unicidad del comportamiento en hechos precedentes y no en el resultado o realización del mismo.
Motivación: toda conducta esta motivada por algo.
Perseguimos siempre una finalidad en el comportamiento, y por ella cobra sentido la conducta del hombre y puede ser interpretada.
Proceso de la conducta humana
Las conductas difieren entre si porque los sujetos:

  • Se encuentran en situaciones distintas.
  • Tienen diferencias individuales,
  • Persiguen fines diferentes.

  • Es decir, que todo proceso conductual seguirá este derrotero:
    • un estimulo actuaría sobre el individuo
    • dando lugar a una conducta
    • que lleva una realización
    ¿Qué es la conducta?
    Entendemos por conducta el acto realizado como reacción ante el estimulo. Este acto incluye el pensamiento, movimientos físicos, expresión oral y facial, respuestas emocionales.
    Realización es el resultado de la conducta, e incluye el cambio en la estimulación, la supervivencia, la evasión…
    El producto de la interacción estimulo-persona es la Percepción.
    La influencia de las condiciones individuales.
    De cada uno sobre el estimulo hace que lo percibamos de manera distinta.
    Los fines pueden ser infinitos.
    A los modos constantes y generales de interpretar una situación y reaccionar ante ella se denomina actitud.
    El estudio de la conducta humana se caracteriza porque sostiene que la conducta:

  • Esta causada y, por lo tanto, para conocerla hay que analizar los hechos que la preceden.
  • Varía con la naturaleza del estímulo y debe hacerse cargo con él y de la situación en que se da;
  • Varía también con la naturaleza de la persona, debe ser analizada para ser comprendida y se debe tratar de saber de sus aptitudes, temperamento, carácter, experiencias anteriores.

  • Situaciones, diferencias individuales, hábitos, actitudes y fines son los datos fundamentales que se debe analizar científicamente, rigurosamente, para entender la conducta humana.
    La psicología tiene por objeto conocer científicamente a los seres humanos, para ello, observa su conducta o comportamiento.
    Describe las diferentes formas de la conducta, identifica cada una de estas formas y las distingue de las demás, las explica e interpreta y también aplica todo este saber organizado a los asuntos de la vida práctica.
    El hombre se expresa a sí mismo mediante actos de conducta. Si pudiéramos saber qué es lo que hace una persona y cómo lo hace, la conoceríamos bastante bien.
    Las formas de la conducta son cuatro: las actitudes corporales, los gestos, la acción y el lenguaje.
    La conducta de los seres humanos es una reacción frente a las circunstancias de la vida. Decimos que estas circunstancias constituyen estímulos para nuestras reacciones.
    La vida psíquica es activa, porque el hombre reacciona frente a las circunstancias con actitudes corporales, gestos, acciones y lenguaje. En todas estas reacciones hay diversos factores.
    • El pensar: cuando enunciamos con palabras la solución de un problema.
    • El imaginar: cuando el sujeto crea con su acción una obra de arte.
    • El percibir: cuando excita al sujeto a coger el objeto percibido.
    • El recuerdo
    • La voluntad
    • Las afecciones: cuando el sujeto es preso de una emoción violenta, actúa exaltadamente.
    La personalidad, animada por el carácter y el temperamento, es el factor global de la conducta.
    Al lado de estos factores, hay otros que son o tienden a ser de naturaleza puramente mecánica. Son los reflejos, los instintos y los hábitos.
    Los reflejos
    Los reflejos constituyen reacciones mecánicas y constantes de músculos y glándulas, frente a estímulos físicos (luz, golpe, contacto,…) químicos (el olor de los alimentos…) y aun psíquicos (una emoción violenta desencadena reacciones instantáneas de las glándulas suprarrenales).
    En los reflejos, los estímulos se convierten inmediatamente en reacciones orgánicas. Son ejemplos de reflejos: la reacción de la rótula cuando responde al estimulo físico de un ligero golpe, la reacción de los dedos del pie cuando se estiran al estímulo de un roce en la planta de nuestra extremidad inferior, la reacción de la pupila que se agranda o empequeñece según la cantidad de luz que penetra en ella; la reacción de las glándulas salivares, que segregan automáticamente mayor cantidad de saliva frente al estímulo representado por el olor de viandas sabrosas; la reacción instantánea de las glándulas sudoríparas al estimulo de una emoción de temor o de ira.
    Todas estas son reacciones mecánicas: se producen sin la intervención del yo.
    La función de los reflejos es la de contribuir a adaptar mecánicamente el organismo a su ambiente.
    Los instintos
    Los animales son muy ricos en conducta instintiva. Los seres humanos en cambio, ostentan instintos muy pobres. La conducta llamada instintiva se ha debilitado considerablemente en el hombre. Lo que el hombre tiene de común con los animales son las necesidades instintivas, es decir, impulsos a cumplir ciertos actos con los cuales está ligada la conservación de la vida.
    Podemos definir los instintos como las reacciones impulsivas destinadas a satisfacer necesidades biológicas fundamentales.
    Los instintos fundamentales del hombre son los siguientes:
    - Los instintos de conservación: impulsan al hombre a satisfacer su necesidad de alimentarse, de protegerse contra el frió y el calor excesivos, etc.…, lo impulsan a huir automáticamente, ciegamente ante los peligros, a la lucha cuando ella es inevitable para conservar la vida, etc.
    - Los instintos de reproducción: impulsan al hombre a perpetuar la especie humana.
    - Los instintos gregarios: impulsan al hombre a buscar la sociedad con otros seres humanos.
    El impulso instintivo es innato en el hombre, pero la ejecución de la conducta instintiva, destinada a satisfacer necesidades biológicas elementales, depende del ambiente social y de la personalidad del sujeto.
    Los hábitos
    Una vez que el organismo ha adquirido una habilidad motor (como caminar), ocurre que esa habilidad repte innumerables veces en actos de conducta.
    El habito es una reacción adquirida (no innata) y relativamente invariable.
    La función del habito es la de disminuir el esfuerzo de la voluntad (al caminar, no nos proponemos deliberadamente adelantar un pie luego el otro), el esfuerzo de la atención (no necesitamos poner atención ni ser conocientes de los movimientos que efectuamos al caminar) y del pensar (tampoco pensamos en lo que vamos haciendo al caminar).
    El hábito tiene de común con los reflejos y los instintos que él también tiende a mecanizar la conducta.
    Apuntes sobre la conducta
    Las bases de la conducta humana son fisiológicas y psicológicas: porque el hombre es un compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo constituye el soma y el alma el psique. Por eso decimos que el hombre es una realidad someto-síquica. Las funciones propias del cuerpo las estudia la fisiología y las funciones propias del alma las estudia la psicología. Seria un burdo error materialista el pretender, que la, conducta humana solo depende de los fenómenos fisiológicos. Pues siendo el hombre una realidad someto-síquica la conducta del mismo depende de factores psicológicos y de factores fisiológicos.
    La realización misma de la vida de cada sujeto, no la vida biológica simple, sino la vida que realiza como miembro de un grupo social, constituye la expresión de su personalidad, hecho que se conoce con el nombre de conducta.
    La conducta es, entonces, la expresión de todas las características personales, es la manera como cada uno realiza su propia cualidad, como se manifiesta lo que es. Todo lo que la personalidad tiene de íntimo, la conducta lo tiene de externo: es la misma personalidad, pero manifiesta; es la manera de ser, mostrada al exterior. Consecuentemente, al considerar la personalidad y la conducta como hechos correlativos (pues cada manera de ser corresponde una manera de manifestarse, o mas claramente, todo ser se manifiesta), la cuestión de cómo investigar la personalidad, como peculiaridad de cada uno de los sujetos, se resuelve al considerar que, siendo la conducta la proyección de la personalidad, el estudio de aquella es el camino para el conocimiento de esta. Así, por ejemplo, el estudio de las manifestaciones de la inteligencia nos permite apreciarla en su cantidad; el conocimiento de las actitudes de los sujetos nos lleva a descubrir sus intereses, etc. El estudio de la personalidad se hace a través del estudio de la conducta.
    Claro está que, al hablar de un estudio de la personalidad a través de la conducta, nos referimos al aspecto psicológico de la personalidad, pues aunque ésta está constituida no tan solo por elementos psíquicos, sino también somáticos y funcionales, estos últimos constituyen una realidad concreta que se puede apreciar directamente, como el peso, la estatura, el rigor, las agudezas sensoriales, etc. El estudio de la conducta nos proporciona pues, el conocimiento de algunos rasgos psicológicos de la personalidad.
    La motivación de la conducta
    En términos generales, tanto los animales como los seres humanos entran en actividades movidas por algún resorte. La vida es un proceso de interacción constante entre el ser y el medio en que vive. Toda conducta está, pues, determinada por dos clases de factores: externos unos, como los estímulos o situaciones externas, e internos otros, como la condición en que se encuentran los órganos y tejidos del ser vivo en un momento dado.
    Otros resortes de la conducta humana
    Estudiar los resortes de la conducta animal es bastante fácil, y se ha hecho en los laboratorios de psicología con notables resultados. Pero la conducta humana es enormemente mas complicada que la conducta animal. Además de los imperativos fisiológicos, y por sobre ellos, el hombre es también movido por incentivos morales y sociales. Así, por ejemplo, el deseo de obtener la admiración y el respeto de sus conciudadanos, la ambición de conquistar fama y gloria, los sentimientos de honor, de justicia, etc., actúan a menudo como potentes resortes de la acción humana.
    Los seres humanos se ven colocados frecuentemente en situaciones muy complejas, en que intervienen muchos de esos resortes de la acción, a veces incompatibles entre si, son situaciones de conflicto.
    Factores que intervienen en la conducta humana
    Entre los factores que intervienen en la conducta humana, aparecen dos básicos, que son:

  • Los Factores biológicos
  • Los factores ambientales y de socialización

  • Factores Biológicos:
    Entre todas las posibilidades genéticas de dos, cada ser humano que nace hace su propia combinación de genes los cuales influyen en el desarrollo biológico y determina en parte la conducta. A ese elemento lo llamamos genotipo.
    Sobre esta estructura genética actúan otros factores como son los externos (alimentación, medicinas ingeridas durante el embarazo, estados emocionales durante este periodo, cómo aconteció el parto, etc.). A la unión de estos factores se les denomina fenotipo.
    Factores Ambientales y de Socialización:
    El medio ambiente es todo lo que nos rodea y todos los elementos ambientales son necesarios para el desarrollo físico e intelectual normal. La socialización se refiere a los modelos de conducta que adoptamos en los grupos, como son: la familia, la escuela, los amigos, etc.
    Conclusión
    La conducta humana viene dada por reacciones adaptativas a los estímulos ambientales. La psicología estudia la conducta del hombre a partir de la observación de su comportamiento y de sus condiciones.
    En la conducta humana existen factores influyentes, como son los factores biológicos y los factores ambientales o de socialización, estos últimos refiriéndose a la influencia de la familia, los amigos y la sociedad en el comportamiento de todo individuo.


    miércoles, 10 de septiembre de 2014

    Un Compañero Para Toda La Vida

    1- Elige a alguien como si fueras ciego.
    Cierra los ojos y observa qué puedes sentir de esa persona, de su gentileza, su lealtad, su comprensión, su devoción, su habilidad para ocuparse de ti, su habilidad para cuidar de sí mismo como un ser independiente. En nuestra cultura nos basamos mucho en lo que vemos con nuestros ojos externos. Pero cuando miramos al objeto de nuestro amor, es mucho más importante lo que vemos con los ojos cerrados.
    2- Elige a alguien que tenga la habilidad de aprender.
    Si hay algo que verdaderamente hace diferencia entre un amante para toda la vida y uno fugaz, es una persona que tenga la habilidad de aprender. Dice el refrán “el ignorante es poco tolerante”. Aquellos que no pueden aprender cosas nuevas, ver las cosas a la luz de lo nuevo, ser curiosos acerca del mundo y de cómo funcionan las cosas o las personas, a menudo se cierran y dicen. “No, esto tiene que ser así, de este modo” y para una relación de toda la vida es mejor estar con alguien que se abra y se cierre aprendiendo y evolucionando.
    3- Elige a alguien que quiera ser como tú, fuerte y sensible a la vez.
    Para no confundir el significado de estas palabras, no relacionarlas con la rigidez y la fragilidad. La fuerza en el sentido en que es fuerte un árbol: pueden soplar fuertes vientos pero se sostendrá porque es flexible y se moverá para adelante y para atrás con el viento. Y en cuando a la sensibilidad, estoy hablando de ver, estar alerta a las cosas que están alrededor de uno. Algunas personas pueden necesitar una pequeña ayuda en esto, pero a menudo en algún en algún lugar profundo en su mente, o en su corazón, ya están despiertos y alerta a todas estas cosas, si bien no saben cómo articularlas. Y es por eso que el número 2 es tan importante: la habilidad para aprender. Puedes tener todas las posibilidades, todas las potencialidades del mundo para ser amable, amoroso, devoto, bueno y el mejor amante conocido del género humano pero si no puedes aprender a desarrollar ese potencial. ¡Entonces no sirve de nada!
    4- Elige a alguien que cuando lo hieras, sienta dolor y te lo muestre.
    Y viceversa… elige a alguien que cuando te hiera, vea tu dolor y lo registre. Esto es muy importante. Hay muchos modos en que la gente muestra el dolor. A veces reclamando es una de las cosas que hacen las personas más extrovertidas. Reclaman, se vuelven locos… pero es su propia expresión de dolor. Lo peor es cuando le haces a tu compañero algo que no es amable, o que es impensado y él no muestra reacción. Como si no se permitiera a sí mismo mostrarse verdaderamente humano en tu presencia. Pasamos por muchas relaciones o unas cuantas, antes de encontrar a alguien con quien querríamos pasar nuestra vida. Sentimos las heridas en tantas relaciones que empezaban con grandes esperanzas pero que terminaban con fallas y accidentes. Por otro lado, te vas a encontrar con otro que no está intacto, que también está herido de algún modo. Como resultado de esto es que la habilidad de tu compañero de mostrar su dolor es tan importante como su habilidad para percibir tu dolor. ¡Es muy importante! Porque por naturaleza de las relaciones hay momentos de tensión en que presionamos o hicimos algo que lastimó al otro y esto no puede ser evitado completamente, pero no debe ser la misma herida una y otra vez. La gente tiene que aprender cada vez. Puede que alguien haya acumulado enojo y sufrimiento, heridas de los amantes anteriores, y haya adquirido así la habilidad de herir al nuevo amante y hasta ser desbordado por el deseo de herirlo. Entonces debe ser capaz de parar, de detenerse cuando ve el dolor en la otra persona.
    5- Elige a una persona que tenga una vida interior.
    Trabajando, dibujando, escribiendo, a través de la meditación, la religión, algo que ame. Elige a una persona que esté en viaje y te vea como a un compañero de camino, un compañero de viaje. La habilidad para estar completamente con el otro y al mismo tiempo enteramente separado es muy importante. Las relaciones son cíclicas y hay momentos para estar muy cerca el uno del otro y otros momentos para apartarse.
    6- Elige a alguien que tenga pasiones similares a las tuyas en la vida.
    Una relación construye una memoria. Estas memorias, lo compartido, son el “pegamento” lo que une la relación. Por el placer que es recordar buenos tiempos juntos, pero también los tiempos duros. Si no hay nada que verdaderamente disfruten juntos, es muy difícil pasar estos tiempos con el otro. Aun cuando cada uno pueda ser muy distinto del otro y hacer cosas muy diferentes, tiene que haber algo, algo tan simple como descansar juntos en la bañera o secarse juntos el pelo al sol, o dar vuelta a la manzana cada noche, o cualquier cosa de estas muy simple… sé que estarás pensando, cepillarse juntos los dientes a la mañana… Si, poco más que esto.
    7- Elige a alguien que tenga valores similares.
    En cuanto a tener hijos, al nacimiento de los niños, la familia, roles de hombres y mujeres y las ideas acerca del dinero y la religión. Tal vez todas estas cosas juntas son el ideal y no las puedas encontrar todas sobre todo al principio de la relación, pero puedes tener esto en cuenta. Elegir a alguien que tenga valores similares tiene que ver con disminuir las fricciones en la relación y estas cosas deben sintonizarse si ha verdadero compromiso. Esta sintonía debe darse también en un nivel pragmático y cuando se da en estos niveles prácticos en más fácil que pueda darse en otros niveles más sutiles.
    8- Elige a alguien compasivo, a alguien que sea capaz de escuchar, a alguien que te dé tiempo.
    Particularmente si eres una persona impulsiva, al tener un compañero que no sea tan impulsivo como tú, eventualmente hallarás cierta lentitud que será buena para ti. También alguien que sea un poco lento, al estar con un compañero que sea bien distinto se acelerará un poco. Y podrán después de un tiempo hallar un ritmo propio de la relación. A veces las personas tienen que estar ocho o nueve años hasta tener este ritmo completamente desarrollado. Lleva tiempo construir un milagro… no un milagro porque estén juntos sino por la fuerza que hay en el centro de una relación por la profunda guía del amor.
    9- Elige a alguien que se pueda reír de sí mismo.
    Poder hacer un chiste y reír de la situación y de sí mismo es muy importante. Pero supongamos que no tienes un compañero muy chistoso, elige a alguien que pueda parar una discusión y aprender a reírse de la situación (vuelve al punto 2, alguien que tenga habilidad para aprender)
    10- Elige a alguien a quien puedas tolerarle las fallas y características.
    En los momentos de tensión y cansancio, las cosas que más te atraerían de un compañero, las cosas más encantadoras, serían las que después te volvería loca… Así que no pienses que podrías vivir con alguien que tiene cosas que realmente molesta a las otras personas y que para ti no son importantes porque él o ella las está haciendo y él o ella es tu amante. Hay algunas cosas que son intolerables en cualquier relación sea el matrimonio o las sociedades y los negocios. Tales como el alcoholismo, el abuso sexual, el juego, las actividades criminales, Una persona que no dice la verdad, una persona que no te puede mirar a la cara, una persona por la que no podrías dar fe, una persona que puede hacer cualquier cosa por tapar sus errores. Todo eso sería construir una relación en un terreno inseguro.

    11- Ser amigos y no-solo amantes.
    Y no es solo que digas “si yo sé lo que eso significa, significa que me guste y que lo ame” Significa más que eso y un modo de juzgarlo es pensar. ¿Harías por tu pareja lo que estás dispuesta a hacer por tu mejor amigo? ¿Estás dispuesta a escucharlo, estás dispuesta a hablar de las cosas de las que él tiene ganas de hablar, a prestar atención a los detalles de lo que dice o tiene ganas de hacer? Esto no significa que tengan que estar cuidándose el uno al otro siempre y para siempre, pero sobre ciertas bases y en algunos detalles por cierto que deben hacerlo. Entonces cuando pienses en lo que harías por tu mejor amigo y en lo que harías por tu amante, las cosas se aclararán para ti.
    12- Elije a alguien que haga tu vida más grande y no más pequeña.
    Mil gracias a todos los que son mis compañeros de viaje enesta vida

    jueves, 14 de agosto de 2014

    LOS ESTADOS DE CONCIENCIA EN EL SER HUMANO


    La fuente del texto es de un extracto del libro de P.D. Ouspensky "Fragmentos de una Enseñanza Desconocida", capítulo VIII.


    "Hay cuatro estados de conciencia posibles para el hombre (recalcó la palabra "hombre"). Pero el hombre ordinario, o sea el hombre número 1, 2 ó 3, vive solamente en los dos estados más bajos de conciencia. Los dos estados de conciencia superiores le son inaccesibles y aunque pueda tener chispazos de estos estados, es incapaz de comprendedlos y los juzga desde el punto de vista de estos dos estados de conciencia inferiores que le son habituales.

    "El primero, el sueño, es el estado pasivo en el cual los hombres pasan un tercio y a menudo hasta la mitad de su vida. Y el segundo, el estado en que los hombres pasan la otra mitad de su vida es en el cual caminan por las calles, escriben libros, conversan de asuntos sublimes, participan en la política, se matan los unos a los otros; es un estado que ellos consideran como activo y que llaman de «conciencia lúcida» o «estado de vigilia». Las expresiones «conciencia lúcida» o «estado de vigilia» parecen haber sido escogidas en broma, sobre todo si uno se da cuenta de lo que debe ser una «conciencia lúcida» y de lo que es en realidad el estado en que el hombre vive y actúa.

    "El tercer estado de conciencia es el recuerdo de sí, o conciencia de sí, o conciencia de su propio ser. Es habitualmente admitido que tenemos este estado de conciencia o que podemos tenerlo a voluntad. Nuestra ciencia y nuestra filosofía han pasado por alto el hecho de que no poseemos este estado de conciencia y que por sí solo, nuestro deseo es incapaz de crearlo en nosotros mismos, sin importar cuan clara sea nuestra decisión.


    "El cuarto estado de conciencia es la conciencia objetiva. En este estado un hombre puede ver las cosas tal como son. Algunas veces en sus estados inferiores de conciencia puede tener chispazos de esta conciencia superior. Las religiones de todos los pueblos contienen testimonios de la posibilidad de un tal estado de conciencia que califican como «iluminación» o por otros varios nombres, y lo definen como indescriptible. Pero el único camino justo hacia la conciencia objetiva es a través del desarrollo de la conciencia de sí. Si a un hombre ordinario se le lleva artificialmente a un estado de conciencia objetiva y se le vuelve luego a su estado habitual, no recordará nada y pensará simplemente que por un lapso de tiempo había perdido el conocimiento. Pero en el estado de conciencia de sí un hombre puede tener chispazos de conciencia objetiva y recordarlos.

    "El cuarto estado de conciencia representa un estado totalmente diferente del anterior; es el resultado de un crecimiento interior y de un largo y difícil trabajo sobre sí.

    "Sin embargo, el tercer estado de conciencia constituye el derecho natural del hombre tal cual es, y si el hombre no lo posee, es únicamente porque sus condiciones de vida son anormales. Puede decirse, sin exagerar nada, que en la época actual, el tercer estado de conciencia no aparece en el hombre sino sólo por chispazos muy breves y muy raros, y que este estado no puede convertirse en algo más o menos permanente sino por medio de un entrenamiento especial.

    "Para la gran mayoría de las personas, aun las cultas e intelectuales, el principal obstáculo en el camino para adquirir conciencia de sí es que creen que ya la poseen; en otras palabras, están totalmente convencidas de tener ya conciencia de sí mismas y de poseer todo lo que acompaña a este estado: individualidad en el sentido de un «Yo» permanente e inmutable, voluntad, capacidad para hacer, y así sucesivamente. Por tanto, es evidente que un hombre no se interesará por adquirir, a través de un trabajo largo y difícil, algo que en su opinión ya posee. Por el contrario, si se lo dice, pensará que usted está loco o que intenta explotar su credulidad para un provecho personal.

    "Los dos estados superiores de conciencia — «la conciencia de sí» y «la conciencia objetiva» — están ligados al funcionamiento de los centros superiores del hombre.

    "Además de aquellos centros de los cuales hemos hablado, hay en el hombre otros dos centros, el «centro emocional superior» y el «centro intelectual superior». Estos centros están en nosotros; están plenamente desarrollados y trabajan todo el tiempo, pero su trabajo nunca llega a nuestra conciencia ordinaria. La razón debe buscarse en las propiedades especiales de nuestra pretendida «conciencia lúcida».

    "Para comprender la diferencia entre estados de conciencia, tenemos que regresar al primero, que es el sueño. Este es un estado de conciencia completamente subjetivo. Un hombre está sumergido en sus sueños, no importa si los recuerda o no. Aun si al dormido le llegan algunas impresiones reales, tales como sonidos, voces, calor, frío, sensaciones de su propio cuerpo, no suscitan en él sino fantásticas imágenes subjetivas. Luego el hombre se despierta. A primera vista éste es un estado de conciencia completamente diferente. Puede moverse, hablar con otras personas, hacer proyectos, ver peligros, evitarlos y así sucesivamente. Parece lógico pensar que se encuentra en una situación mejor que cuando estaba dormido. Pero, si profundizamos un poco más las cosas, si echamos una mirada dentro de su mundo interior, dentro de sus pensamientos, dentro de las causas de sus acciones, comprenderemos que está casi en el mismo estado que cuando estaba dormido. Y es peor aún, porque en el sueño él es pasivo, esto es, no puede hacer nada. Por el contrario, en el estado de vigilia, puede hacer algo todo el tiempo y los resultados de sus acciones repercutirán sobre él y sobre lo que lo rodea. Y, sin embargo, no se recuerda a sí mismo. Es una máquina, todo le sucede. No puede detener el Unjo de sus pensamientos, no puede controlar su imaginación, sus emociones, su atención. Vive en un mundo subjetivo de «quiero», «no quiero», «me gusta», «no me gusta», «tengo ganas», «no tengo ganas», esto es, un mundo hecho de lo que él cree que le gusta o no le gusta, de lo que él cree que desea o no desea. No ve el mundo real. El mundo real le está oculto por el muro de su imaginación. Vive en el sueño. Duerme. Y lo que él llama su «conciencia lúcida» no es sino sueño — y un sueño mucho más peligroso que su sueño de la noche, en su cama.

    "Tomemos algún acontecimiento en la vida de la humanidad. Por ejemplo, la guerra. Hay una guerra en este momento. ¿Qué significa? Significa que varios millones de dormidos están tratando de destruir a otros millones de dormidos. Por supuesto, rehusarían hacerlo si llegasen a despertar. Todo lo que sucede actualmente se debe a este sueño.

    "Ambos estados de conciencia, sueño y vigilia, son igualmente subjetivos. No es sino al comenzar a recordarse a sí mismo cuando un hombre puede realmente despertar. Y entonces toda la vida circundante adquiere para él un aspecto diferente y un sentido diferente. La ve como una vida de gente dormida, una vida de sueño. Todo lo que dicen los hombres, todo lo que hacen, lo dicen y lo hacen en el sueño. Nada de esto puede tener el menor valor. Sólo el despertar y lo que lleva al despertar tiene un valor real.

    "¿Cuántas veces me han preguntado ustedes si no sería posible detener las guerras? Por supuesto, sería posible. Bastaría que la gente se despertase. Parece una cosa pequeña. Sin embargo, es lo más difícil que puede haber porque este sueño es inducido y mantenido por la totalidad de la vida circundante, por todas las condiciones del ambiente.

    "¿Cómo despertar? ¿Cómo escapar de este sueño? Estas preguntas son las más importantes, las más vitales que un hombre tiene que hacerse. Pero antes de hacérselas deberá convencerse del hecho mismo de su sueño. Mas sólo es posible convencerse de esto tratando de despertar. Cuando un hombre haya comprendido que no se recuerda a si mismo y que el recuerdo de sí significa un despertar hasta cierto punto, y cuando haya visto por experiencia lo difícil que es recordarse a sí mismo, entonces comprenderá que para despertar no basta desearlo. Diremos, aún con más precisión, que un hombre no puede despertarse por si mismo. Pero si veinte hombres convienen en que el primero que se despierte despertará a los demás, ya tienen alguna posibilidad. Aun esto, sin embargo, es insuficiente, porque los veinte hombres pueden dormirse al mismo tiempo y soñar que se están despertando. Por consiguiente esto no basta; hace falta más. Estos veinte hombres deben ser vigilados por un hombre que no está dormido o que no se duerme tan fácilmente como ellos, o que se duerme conscientemente cuando es posible, cuando de ello no resulte daño alguno ni para él ni para los demás. Deben encontrar a un hombre de este género y contratarlo para que los despierte y no les permita volverse a dormir. Sin esto es imposible despertar. Esto es lo que hay que comprender.

    "Es posible pensar durante mil años; es posible escribir bibliotecas enteras, inventar millones de teorías y todo esto en sueño, sin ninguna posibilidad de despertar. Por el contrario, estas teorías y estos libros escritos o inventados por dormidos simplemente tendrán como efecto arrastrar a otros hombres al sueño.


    "No hay nada nuevo en la idea del sueño. Casi desde la creación del mundo se ha dicho a los hombres que están dormidos y que deben despertar. Por ejemplo, ¿cuántas veces se dice esto en los Evangelios? «Despertad», «vigilad», «no durmáis». Los discípulos de Cristo, aun en el Jardín de Gethsemani, dormían mientras su Maestro oraba por última vez. Esto lo dice todo. ¿Pero lo comprenden los hombres? Lo toman como una figura retórica, una metáfora. No ven en absoluto que debe ser tomado al pie de la letra. También aquí es fácil comprender por qué. Tendrían que despertar un poco o por lo menos tratar de despertar. En serio, a menudo se me ha preguntado por qué en los Evangelios no se dice nada acerca del sueño... En cada página se trata de esto. Esto muestra simplemente que la gente lee los Evangelios en sueño. En tanto que un hombre duerma profundamente y este totalmente sumido en sus sueños, no puede ni siquiera pensar que está dormido. Si fuera capaz de pensar que está dormido, se despertaría. Y así todo sigue, sin que los hombres tengan la menor idea de todo lo que pierden a causa de su sueño. Como ya lo he dicho, el hombre, tal como es, tal como la naturaleza lo ha creado, puede devenir un ser consciente de sí. Creado con este fin, nace para este fin. Pero nace entre dormidos, y naturalmente cae a su vez en su sueño profundo justo en el momento en que debería comenzar a tomar conciencia de si mismo. Todo colabora con esto: la imitación involuntaria que hace el niño de los adultos, las sugerencias voluntarias o involuntarias de estos, y su así llamada «educación». Todo intento de despertar de parte del niño es frustrado al instante. Fatalmente. Y cuántos esfuerzos son necesarios más tarde para despertar; y cuánta ayuda se necesitará cuando se hayan acumulado millares de hábitos que compelen al sueño. Uno se libra de esto muy raras veces. En la mayoría de los casos cuando un hombre es todavía un niño ya ha perdido la posibilidad de despertar; vive toda su vida en el sueño y muere en el sueño.

    ¿POR QUÉ LA GENTE GRITA CUANDO ESTÁ EFADADA? (Reflexión Tibetana)

    Cuenta una historia tibetana, que un día un viejo sabio preguntó a sus seguidores lo siguiente: ¿Por qué la gente se grita cuando están enfadados? 

    Los hombres pensaron unos momentos:
    -Porque perdemos la calma –dijo uno– por eso gritamos.
    -Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?
    –Preguntó el sabio– ¿No es posible hablarle en voz baja?
    ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enfadado?

    Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.

    Finalmente él explicó: 
    -Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enfadados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.


    Luego el sabio preguntó:
    -¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan, sino que se hablan suavemente ¿Porqué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

    El sabio continuó –Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.

    Luego dijo:
    -Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.


    miércoles, 13 de agosto de 2014

    LAS EXPERIENCIAS NEGATIVAS Y POSITIVAS

    Todos nos encontramos viviendo situaciones algunas de las cuales son positivas y otras negativas (al menos así lo creemos). Las experiencias negativas son necesarias para poder contrastarlas con las positivas y viceversa. Sin oscuridad no puede existir luz; es necesario experimentar frío para saber lo que es calor; sin saber lo que es el dolor no puede experimentarse placer, etc.

    Podríamos admitir que todos los acontecimientos que nos suceden están enfocados desde la perspectiva deEgo  (refiriéndome a la personalidad no al Yo Superior), es decir, desde nuestra personalidad, la cual es transitoria y se renueva vida tras vida, o sea, no es permanente.

    Si tuviésemos en cuenta que las causas que han generado los acontecimientos que vive el Ego en su nueva personalidad (sean positivos o negativos indistintamente), le son del todo desconocidas para él, ya que no tiene conocimiento directo de sus anteriores personalidades, entenderíamos el por qué no puede comprender las circunstancias que lo envuelven en el presente.

    Junto con lo anterior, si admitiésemos (aunque sea solo como hipótesis) de que el alma cuando reencarna elige, por voluntad propia, vivir una serie de situaciones y experiencias que considera que le serán útiles para su progreso (al margen de la retribución kármica de la que no puede desentenderse), quizás podríamos llegar a aceptar (no digo comprender) algunas de las circunstancias adversas que puedan suceder en el transcurso de la vida.

    Podríamos también considerar que nuestra labor en la vida es la de aprendizaje, y para ello utilizamos experiencias negativas o positivas, pero experiencias a la fin, las cuales al mismo tiempo de enriquecernos, crean conciencia de la realidad.

    Si al mismo tiempo aceptásemos que las situaciones cómodas y placenteras provocan un estancamiento del sujeto en las mismas, dado que al encontrarse a gusto en ellas no siente la necesidad de mejorar como individuo, y que esta actitud es contraria a la Ley de Evolución, la cual empuja siempre hacia adelante, forzando a toda forma de vida a la superación, mejora y perfeccionamiento de si misma...

    Si pensásemos que la finalidad y sentido de la vida (en nuestro actual periodo evolutivo) es el de alcanzar la perfección como humanos...

    Si por último creyésemos que no estamos solos en el Universo y que aunque nos consideremos importantes como individuos, no dejamos de ser una imperceptible partícula mas de su conjunto, y ateniéndonos a la Ley de Evolución entendiésemos (aunque quizás no aceptásemos) que todo proceso en la Naturaleza no es fortuito sino motivado y con un propósito definido y correcto. Y que la misma Ley de Evolución actúa sobre toda forma de vida (conocida o desconocida) y, por consiguiente, lo que puede ser positivo para una no forzosamente ha de serlo para la otra, pero que en el conjunto de su actuación prevalece siempre el beneficio del grupo antes que el individual...

    Que el que un conejo sea devorado por un zorro es negativo para el conejo pero positivo para el zorro...

    Que las lluvias intensas en una zona eliminan multitud de insectos, los cuales se consideran injustamente tratados, pero que al mismo tiempo esas lluvias favorecen el crecimiento de nueva vegetación la cual sale beneficiada...

    Que las células defensivas del organismo consideran negativo el ser expulsadas del cuerpo humano junto a la infección después de haber luchado heroicamente contra la misma, pero que si supiesen que su sacrificio individual permite a un ente superior continuar existiendo, probablemente se sentirían orgullosas y lo verían como positivo...

    Que la estatua de mármol piensa que son negativos los golpes que recibe por parte del martillo y cincel, pero que una vez observados frente al espejo los resultados de su sufrimiento y viendo la belleza de la obra final, transmuta lo que creía negativo como positivo...

    Si intentásemos expandir nuestra conciencia a estados superiores, probablemente tendríamos un ángulo de visión mas amplio de los acontecimientos y del por qué de las cosas, y quizás aprenderíamos a no darnos tanta importancia a nosotros como individuos ni a nuestras circunstancias personales, y observaríamos la realidad desde un punto de vista grupal, sintiéndonos al mismo tiempo orgullosos de ser parte de un “Algo Superior”, y quizás de esta manera confiaríamos totalmente en ese Ser, y no volveríamos a temer a los envites del destino, ya que al confiar en El sabríamos que lo que ocurre es lo mejor que podía ocurrir, y si ocurre es porque tenía que ocurrir, sabiendo desde lo profundo de nuestro ser, que aunque no sepamos los motivos, es por nuestro bien.

    MENDIGOS

    MENDIGOS
    No sólo son Mendigos los que andan por las calles mal vestidos, pidiendo de comer o beber porque tienen hambre, sed o frío…
    Hay en muchos rincones del mundo, miles de limosneros escondidos; elegantes, con techo, pan y vino, pero carentes de amor y sintiéndose por dentro vacíos.
    Mendigos de un abrazo, de consuelo, de un beso, una mirada, de la presencia de un verdadero amigo o simplemente de una palabra de cariño.
    Mendigos que sienten vergüenza de admitir que aunque tienen todo lo material, viven en la pobreza espiritual y se sienten frágiles como niños.
    Mendigos que darían todo lo que tienen por encontrar el verdadero amor o hallar dentro de sus familias la paz y el calor de hogar.
    Mendigos que temen volver a amar, porque ya bastante han sufrido han sido traicionados y heridos, tienen miedo de confiar.
    Hay muchos hombres y mujeres que les cuesta aceptar y expresar la necesidad tan grande que tienen de sentirse realmente amados y valorados; Madres que imploran la atención de sus hijos; abuelos olvidados, niños y jóvenes que aunque lo tienen todo, se sienten abandonados por sus padres.
    El amor y la amistad no se deben mendigar, se merecen por dignidad; fue la herencia que a todos sus hijos Dios por igual nos ha dejado;
    Pero aún así son demasiados los corazones rotos; que aunque por fuera se ven elegantes y bien vestidos; realmente en su interior están destrozados.
    ¿Cuántas veces hemos pasado por el lado de mendigos de amor y los hemos ignorado?
    ¿Cuántas veces hemos juzgado mal a personas que hacen lo que hacen, porque están hambrientos de ternura y afecto y nadie se los ha dado?
    A lo mejor tú o yo algunas veces nos hemos sentido carentes de cariño y anhelamos que alguien nos ame de tal forma que nos devuelvan la ilusión, lográndose reparar y fortalecer nuestro corazón.
    Son esos momentos en que hemos perdido lo que más hemos querido, o simplemente no hemos encontrado lo que tanto anhelamos, nos sentimos tan solos y deprimidos que creemos perder la razón.
    Seamos de aquellos que son capaces de brindar a todos amor y amistad, hagamos que amando sin distinción, logremos acabar con esa mendicidad; para que podamos construir un mundo mejor y pueda reinar por fin la paz en cada rincón.

    Aprovecha lo que tienes

    Cuánto tienes a tu alcance para hacer algo no es ni por asomo tan importante como lo que decidas hacer con ello. Muchísima gente que se volv...