viernes, 6 de julio de 2012

APRENDER A ESCUCHAR


Aprender para escuchar -y me refiero a escuchar en serio- es la cosa más importante que puedes hacer para mejorar lacomunicación en tu vida. 



Es increíble cuantos y que tan variados aspectos de nuestras vidas son controlados directa o indirectamente por nuestra capacidad (o más comúnmente, nuestra incapacidad) de escuchar. 

Nuestras relaciones amorosas atraviesan por problemas de comunicación, todos los días. 
Incluso el consumismo depende de nuestra escucha, la publicidad y las referencias nos ayudan a determinar que comprar y en donde comprarlo. 

¿Qué dices? ¿Eres bueno para escuchar? Odio desilusionarte, pero eso es lo que todos pensamos. Y, como la mayoría de las veces, todos nos equivocamos. 

Hay una gran diferencia entre la escucha ‘pasiva‘ que ofrecemos a otros y la ‘activa‘ que hipócritamente esperamos de los demás. 

La escucha activa consiste en dedicarte a mejorar tus habilidades para escuchar. Y eso incluye ponernos alertas respecto a nuestras reacciones, y más aún sobre nuestras tendencias. 

Oír es fácil. Todo lo que necesitamos es un par de oídos. Todos los tenemos, o al menos la mayoría (una disculpa adelantada a los que no). 
Escuchar requiere de tus oídos y tu cerebro. Desafortunadamente esto no sucede con toda la gente. 

“Pregúntale a un voluntario de las líneas de crisis como es escuchar. O mejor aún, conviértete en uno. Estas personas practican el arte de escuchar diariamente, y haremos bien en seguir sus enseñanzas.” 



Con todo esto, es razonable pensar, que al aprender a escuchar mejor, todos nos beneficiaremos. Es triste el hecho de que la mayoría de la gente de este mundo le gusta hablar más que escuchar. Yo soy así. Es difícil no serlo; la naturaleza y el desarrollo mismo, trabajan juntos para asegurar dicha situación. 
Pero incluso cuando estemos predeterminados para interesarnos sólo en nosotros mismos, no hay razón para no poder aprender a escuchar mejor. 

Como todo en esta vida, mejorar nuestra capacidad para escuchar requiere ir paso a paso. 

1.- Trabaja en tu lenguaje corporal 
Practica mirar de frente a la persona que estás escuchando,mantén contacto visual, incluso podrías inclinarte para estar más cerca de la persona. Es sencillo para tu lenguaje corporal dar la impresión de que no estás escuchando, lucha contra ello dando a la otra persona tu total atención. Si haces esto, las personas responderán de manera muy positiva, ya que les estarás dando lo que todos quieren, un terapeuta gratis. 

2.- Analiza el lenguaje corporal de hablante 
Mientras te mantienes alerta sobre tu propio lenguaje corporal, es importante que también observes el lenguaje personal de la persona con quien hablas, esto es una herramienta poderosa para mejorar tu capacidad de escuchar. Una parte muy importante de ser bueno escuchando es tener la habilidad de empatizar, de hacerte preguntas como: ‘¿Cómo me sentiría yo en esta situación? ¿Podría ponerme en su lugar?’ 
Al concentrarte en su lenguaje corporal, te darás cuenta que tal vez los demás no son tan diferentes a ti después de todo. Cuando eso suceda, la gente comenzará a abrirse más contigo, porque los haces sentir seguros y a la vez, importantes. 



3.- No interrumpas. 
En serio, deja que la gente termine. Si tu odias cuando la gente te interrumpe, ¿en verdad crees que a otros les gusta cuando tú lo haces? Deja de tratar a las otras personas como si no les importara. Incluso si tu crees que no haces esto, mira un poco hacia atrás y examina nuevamente tu tendencia a interrumpir. 

Esto es algo contra lo que he luchado, — y seguiré haciéndolo estoy seguro — por mucho tiempo. Incluso ahora cuando estoy consciente de ello, me encuentro algunas veces interrumpiendo a otras personas. O peor aún, comienzo a ignorarlos porque me concentro sólo en interrumpirlos. 

Cuando otras personas se dan cuenta que los estás invitando a hablar o expresarse, su primer instinto será abrirse más. Es un ciclo recíproco positivo: tu ayudas a la gente convirtiéndote en un recipiente donde vuelcan sus ideas o sentimientos, y de esta forma ellos confiarán más en ti, lo que lleva a mejores relaciones. 

4.- Alentar a otros a hablar 
El Karma funciona igual para escuchar. Si tu alentas a otras personas a que hablen, tarde o temprano verás los resultados de esa acción. Asiente con la cabeza cuando otros hablen, o utiliza palabras como ‘bien‘ ‘continúa‘, etc. Al hacer esto ellos responderán de manera positiva, lo que realmente haces, es recordarles que ellos están siendo escuchados, lo cual significa que apreciarán tu confianza y a la vez tu interés en ellos. 

5.- “Espejo” 
Vuelve a mencionar lo que estás escuchando de la otra persona, pero hazlo con tus propias palabras. O al menos, precede tus respuestas con frases como, “escucho que dices…” o “a mi me parece que tú…”. 
Esto nos ayudará a evitar malentendidos, lo cual es especialmente útil en situaciones potencialmente hostiles. Aprende el momento justo para usar ‘el espejo‘ con los demás. O mejor aún, aprende a hacerlo tan bien que ni siquiera noten cuando lo hagas. Notarás que tus conversaciones se vuelven más envolventes y productivas, cuando le haces saber a la gente de manera ‘literal’ que los estás escuchando. 



6.- Evita las discusiones. 
Por mucho que algunos disfrutemos de discutir, no podemos ir por ahí buscando pelea a cada momento, o incluso involucrarnos en una. Busca catarsis en la moderación y la calma. Si tratas de evitar las discusiones, dejarás de preocuparte tanto por ti mismo y por lo tanto, podrás centrarte en las preocupaciones de los demás, y a la vez te será más fácil comunicarte en igualdad de condiciones. 

7.- Nota los pequeños detalles 
La llave para el corazón de cualquier persona, son los detalles. Los humanos tienen una inclinación natural a los pequeños detalles más que a las grandes cosas. Esto se debe a que los detalles causan más impacto en nosotros -cuanto más sabemos sobre algo, más capaces seremos de empatizar con ello. 
Esto es particularmente cierto para la publicidad. Diariamente somos bombardeados con más de 3000 anuncios diferentes, entonces, ¿cómo es posible que los publicistas hagan notar su producto entre toda esta avalancha de anuncios? Muy sencillo, tratan de agregar un detalle en su producto que nos permita humanizarnos, y a la vez hacerlo más personal. 



8.- No trates de solucionar los problemas de otros (a menos que te lo pidan) 
Muchos somos culpables de tratar de solucionar problemas ajenos, y tal vez yo sea uno de los más culpables en este mundo. Fui criado para se un ‘resuelve-problemas’. En mi familia, el resolver tus propios problemas sin ayuda era motivo de orgullo. Es una forma de probar tus habilidades para enfrentarte a ‘la vida real’. Y eso es genial, hasta cierto punto. Pero al aventurarte a resolver problemas ajenos, deberás tener cuidado de no cruzar la línea, e ir tratando de brindar ayuda no solicitada. 

Todos tenemos problemas. No tiene nada de malo pedir ayuda. Sólo trata de no ir por la vida ondeando tu capa de un super héroe ‘resuelve-problemas’ cada vez que alguien trate de hablar contigo. Algunas veces, la gente solo quiere hablar… y hablar… y ser escuchada. Así que recuerda dejar un poco de espacio en tu corazón y tu cabeza, y moderarte un poco a la hora de ‘estar ahí’ sin tratar de resolverle todos sus problemas. 



9.- No juzgues 
Si alguien no es honesto contigo, es porque probablemente siente que lo juzgarás y lo harás sentir mal. Tal vez en el pasado has caído en este error, si así ha sido, eso debe terminar. Los humanos tenemos un miedo natural al rechazo, así que es vital que brindemos a otros la misma aceptación que deseemos para nosotros mismos. 
Asegurarles a las otras personas que poseemos una mente abierta es una buena forma de evitar juzgar y a la vez establecer una relación de confianza. 



10.- Se honesto 
La honestidad lo es todo. Si antes ge dicho que no hay nada más importante que escuchar, no hagan caso, la honestidad lo es más aún. La verdad engendra verdad, pero ser totalmente honesto a veces puede asustarnos, porque a veces significa confiarle a otros aspectos importantes o privados de nuestra vida. Pero no podemos esperar honestidad, si nosotros mismos nos negamos total y brutalmente a ella. 

Cierto, en algunas ocasiones las mentiras blancas son buenas, o incluso en el peor de los casos son la única y mejor opción, pero en situaciones en las cuales exiges la verdad, sería bueno que comenzaras por decir tu mismo la verdad. No hay sentimiento más bello que el saber que puedes confiar ciegamente en alguien. Bueno, tal vez el saber que alguien puede confiar ciegamente en ti. 



Mantén estas enseñanzas en mente. Ponlas en práctica a diario y cada vez que puedas. No hay cosa que la gente ame más que ser escuchado (realmente escuchado). Tal vez sea por eso que muchas personas visitan a los terapeutas y consejeros. Entre más objetivo, activo y comprometido seas a la hora de escuchar, más productivas y agradables serán tus conversaciones. 

Todo lo que necesitamos es un par de oídos, un cerebro, un poco de esfuerzo y empatía hacia la otra persona. 

Creo que todos podemos con eso 

EL PODER DE LA INTENCIÓN



Las 7 Fases de la intención:
Creatividad
Bondad
Amor
Belleza
Expansión
Receptividad
Abundancia
"Cuando cambias la forma en como miras las cosas, las cosas que miras cambian"
Un video largo, pero que vale la pena ver, esto nos recuerda que no solo hay una inmensa porquería en el mundo; posiblemente causada y mantenida por nosotros mismos de acuerdo a la serie de pensamientos que tenemos y por los que hemos sido influenciados.

Sino que también tenemos herramientas para poder ser mejores, crecer y poder cambiar cualquier situación de nuestro entorno, pero el cambio comienza en nosotros mismos.


Intención es un término con origen en el latín intentĭo que permite nombrar a la determinación de la voluntad hacia un fin. Lo intencional es conciente (se lleva a cabo en pos de un objetivo). Por ejemplo: “Perdón, no tuve intención de golpearte”“Mi intención fue llevar un poco de calma y no generar un nuevo enfrentamiento”“Estoy molesto porque aún no logró descubrir cuál es la intención de Romina”.
La intención suele estar vinculada al deseo que motiva una acción y no a su resultado o consecuencia. Si un jugador de fútbol golpea a un rival cuando intentaba patear la pelota, se dirá que fue un golpe sin intención, ya que el jugador en cuestión pretendía impulsar el balón y no lastimar al colega.
Esto hace que también sea posible distinguir entre la buena intención y la mala intención. Hay actos que se realizan con buena intención (con un objetivo noble) aunque sus consecuencias sean dañinas, mientras que otras acciones nacen con mala intención cuando su objetivo es herir o lastimar.
Un ejemplo de un comentario con buena intención que termina lastimando al prójimo ocurre cuando una persona le pregunta a otra sobre un determinado familiar, y el interlocutor se apena y le responde que falleció. El sujeto removió un recuerdo doloroso sin querer hacerlo, ya que realmente le interesaba saber cómo andaba la persona fallecida y, obviamente, no sabía de la muerte.
La filosofía, por último, define a la intencionalidad como la relación entre la conciencia y el mundo. Esto quiere decir que la intencionalidad está vinculada a la actividad de la mente con referencia a un objeto.

COMO VENCER AL MIEDO


¿Quién no tiene miedo?
Todos sentimos miedo en nuestra vida. Gracias a él hemos llegado a sobrevivir como especie. De no ser así habríamos muerto bajo las patas de un mamut hace miles de años.

Éste es el miedo que llamamos equilibrante porque está asociado a la prudencia, nos permite reconocer aquellas situaciones que pondrían en peligro nuestra propia integridad. Este miedo evita por ejemplo que digamos a un superior lo que realmente pensamos de él, o que nos quedemos en cama varios días cuando nuestra obligación es ir a trabajar.

Pero, ¿qué pasa cuando el miedo equilibrante se alarga en el tiempo y sin justificación aparente?: entonces se convierte en un miedo tóxico, que puede dañar nuestra salud y bienestar.
Pero, ¿qué es el miedo?
El miedo es una emoción con la que nacemos, pero que se puede ir modulando a través de la propia educación, el entorno, la cultura, etc.
Los griegos lo explicaban muy bien a través de la mitología: Venus, diosa del amor, mantuvo un romance con Marte, dios de la guerra. De él nacieron cinco hijos: Cupido (dios del amor erótico), Anteros (dios del amor correspondido), Cocordia (diosa del equilibrio y la belleza), Fobos (la fobia) y Deimos (el miedo). Como vemos, el miedo por tanto procede de la unión del amor y la guerra.

¿Esto qué quiere decir?. Que en la medida en que nosotros queramos o amemos algo temeremos perderlo.
Es muy fácil también apreciarlo en el famoso cuento Juan sin miedo: Juan era un chico que no conocía el miedo. Pasa mil aventuras y peripecias pero no consigue saber qué es sentir miedo. Solamente al final del cuento, cuando se casa con la princesa y todo funciona perfectamente es cuando siente temor por primera vez. Hasta ese momento Juan no tenía nada y por tanto no tenía por qué temer. Sin embargo, cuando nace su amor por la princesa, con él nace también el miedo a perderla.
¿Se ha utilizado el miedo a lo largo de la historia como sistema de gestión de equipos de trabajo?
Sí, indudablemente sí. ¡Y realmente funcionaba! Según decía Ford en los años 40 el gran problema que encontraba a la hora de contratar personal para sus fábricas era que "pido dos brazos y me llegan con cerebro". Lo que se buscaba eran autómatas como el conejito de Duracell que se limitasen a realizar las tareas que otros habían ideado.
En la actualidad todavía existe más de un 50% de empresas que gestionan basándose en el miedo, pero a diferencia de hace cincuenta años, este sistema no tiene mucho futuro.

En un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa, lo que vale es el talento, la innovación y la creatividad, y ninguna de ellas se puede desarrollar cuando existe el miedo.
¿Por qué?. Reacciones físicas ante una situación de miedo.
Cuando nos encontramos ante una situación de miedo nuestro cuerpo sufre una serie de cambios: el corazón palpita con más velocidad para enviar sangre a las extremidades y al cerebro, las pupilas se dilatan, y se producen tres hormonas: la adrenalina, la noradrenalina y los corticoides, también llamados hormonas del miedo. Los corticoides impiden que se produzca la conexión entre nuestras neuronas, la sinapsis, que como sabemos es la base de la creatividad.

Por tanto, es biológicamente imposible que una persona sea capaz de desarrollar todo su potencial cuando vive en una situación constante de miedo. Se paraliza.
¿Qué tipos de miedo conocemos dentro del entorno laboral?
El miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo a la pérdida de poder, miedo a no llegar a fin de mes y miedo al cambio.

- El miedo al rechazo se podría decir que es el miedo latino. Vivimos en una sociedad muy afiliativa, por eso necesitamos constantemente la aprobación del grupo. A este tipo de miedo pertenece la "vergüenza ajena", emoción que únicamente sentimos nosotros y que otras sociedades no entienden, y también el temor a hablar en público.
- El miedo al fracaso es más acentuado en sociedades anglosajonas. Esto es debido probablemente a su religión: mientras el catolicismo intenta crear la armonía del grupo y por tanto fomenta el miedo al rechado, la máxima del calvinismo es: "lo que hagas en esta vida será lo que alcances en la otra". 
- El miedo a la pérdida de poder es quizá el menos reconocido. En un estudio que se hizo con 185 directores generales, solamente un 6% reconocía padecer este miedo. Sin embargo todos sabemos cómo nos gusta influir en terceros y mantener nuestra parcela de poder.

Cuando hablamos del poder distinguimos varios tipos: el poder que da la jerarquía (soy tu jefe en el escalafón de la empresa), el poder del experto (domino un tema), el poder de tener algo que el otro quiere (yo tengo esta información y te la doy cuando quiera), el poder de la influencia (soy la secretaria del director general y le hago llegar la información como quiero), el poder de la opinión (yo te otorgo poder para influirme con tus opiniones).
- El miedo a no llegar a final de mes es el más extendido. Este temor únicamente respeta a los jóvenes que viven en casa de sus padres sin responsabilidades pero...pon una hipoteca en tu vida y conocerás este miedo.
- El miedo al cambio es el padre de los demás miedos porque detrás de él se desarrolla cualquiera de los otros cuatro. Una fusión, una reestructuración, etc, suponen que sintamos miedo a no ser acogidos por el grupo, a fracasar en los objetivos marcados, a perder nuestro puesto en la jerarquía o a perder el trabajo.
Cualquiera de ellos tiene la capacidad de paralizarnos y únicamente nosotros podemos lograr conquistarlo.
¿Cómo podemos conquistar el miedo?
Existen varios pasos para conseguir que el miedo no nos paralice:

1. Aceptar que tenemos miedo. Sabemos que todos lo padecemos y no es un síntoma de debilidad reconocerlo.
2. Identificar cuál es nuestro miedo. A veces no es fácil reconocerlo. En ese caso lo mejor es centrarnos en la otra cara de la moneda: ¿cuál es nuestra motivación?: ¿estar integrados en el grupo? ¿ganar mucho dinero? ¿alcanzar unos objetivos?. En función lo que nos motive tendremos miedo a perderlo. Por ejemplo, si nos encanta formar parte de un grupo homogéneo de personas, probablemente nuestro mayor miedo será al rechazo.
3. Mirar al miedo a la cara y hacerlo concreto. Nuestro peor enemigo siempre es nuestra propia cabeza. Nosotros somos capaces de imaginar cosas mucho peores que la realidad. Por eso son tan peligrosos los miedos ambiguos. Cuando un jefe te dice: "haz esto o atente a las consecuencias", probablemente pensemos en unas consecuencias mucho más dramáticas que las que luego realmente sucederán.

Por tanto, lo mejor es que ante una amenaza pongamos sobre el papel las posibles consecuencias. Por ejemplo, si me quedo sin trabajo, ¿cuántos meses de paro me corresponden? ¿tengo dinero ahorrado? ¿tengo contactos? ¿cuál es mi empleabilidad?, etc.

En definitiva, para superar los miedos lo mejor es centrarnos en nuestra motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.

Victor Frankl fue un psiquiatra judío que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según él, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tenían una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiré un libro", "cuando salga veré a mis hijos", "cuando salga contaré esto al mundo".

Como decía Nelson Mandela:

"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo"

jueves, 5 de julio de 2012

Emociones inteligentes? o emociones tóxicas?


Una persona realmente inteligente limpia sin cesar su espíritu y mente. De hecho, tú, cada día dedicas un momento al aseo corporal y material, ¿pero cuánto tiempo consagras a limpiar tu mente y tu alma?
Una ley espiritual asegura que el pensamiento determina nuestro comportamiento.
Tu alma y mente están condicionadas por un sistema de emociones y creencias que te conviene reprogramar. Según la ley de atracción, llamas a tu vida lo que crees y piensas.
Si tus creencias y emociones son negativas, a tu vida llegará lo oscuro, porque eso es lo que atraes, pero si son de amor y satisfacción, tu mente, alma y vida se llenarán de luz y paz. Elige limpiar tu alma de todo lo que la contamina.
La desconfianza, el miedo, el rencor, la culpa, la infravaloración y el orgullo, son basura. En especial, necesitas ser muy cuidadoso con estas siete emociones tóxicas: Odios, culpas, miedo, rabia, tristeza, celos, envidia. Busca por todos los medios que lo exterior, por más horrible que parezca, no afecte tu mundo interior. Eso es lo que logra el sabio y, por eso, permanece imperturbable cuando todos se alteran.
Una gran ayuda para estar armonizado y tener buenas emociones es regalarte pausas refrescantes para relajarte, orar y meditar. Puedes hacerlo en silencio o con música serena; también, visualizando algo hermoso o enfocado en tu respiración pausada. Hay muchas formas de meditar, y una de ellas es hacer muy bien lo que estás haciendo, sin distracciones.
Vive lo que haces cuando comes, caminas, lees o te bañas. Haz eso y nada más que eso. Hagas lo que hagas, hazlo totalmente, inmerso en lo que vives y apartado de todo lo demás. Entonces, no es raro que, de pronto, te sientas como flotando, en un estado sereno de fluir como el agua.
Parece raro, pero pocas personas logran hacer algo con toda el alma, porque su mente anda errática. Mientras comen o se bañan ella está en otro lugar, y necesitan aquietarse y controlar a la ‘loca de la casa’.
Por eso dijo un sabio: “cuando te sientes, siéntate; cuando camines, camina; cuando ores, ora”. Aprende a respirar, huye del ruido y el acelere, y vive lo que haces en un estado de meditación serena y sin temores.
Al violento y el envidioso casi siempre un gran miedo los apresa, devora y desequilibra. Ese miedo, en buena medida, nace de una gran inseguridad y serios vacíos emocionales.
El agresor infunde temor, quiere mostrar una fuerza que no tiene, y atacando, camufla su debilidad y fantasmas internos. El miedo es el motor de muchas reacciones dañinas: agresión, ira, engaño, envidia, celos. ¿Cómo amansar el temor? Reconociéndolo, afrontándolo, amándose y buscando la paz interior. Cuando un agresor recibe amor se desarma, ya que no hay antídoto más poderoso que el amor puro.


¿Quién no se encontró alguna vez con una secretaria mal humorada al entrar a una oficina? ¿Cuántas veces no recibió respuesta al saludar a un jefe? Estos detalles que parecen insignificantes en realidad son factores importantes que crean un ambiente “tóxico” en las relaciones laborales e influyen negativamente en los niveles de productividad. El experto en psicología organizacional, José Heresi, advierte sobre la necesidad de hacer un manejo adecuado de las emociones “tóxicas”, convirtiéndolas en emociones “inteligentes”para un mejor trabajo.
¿Pero qué es esto de emociones “tóxicas” y emociones “inteligentes”? Heresi explica que día a día existen problemas a los que uno debe enfrentarse, desde los más triviales como el que se nos terminó la pasta dental, hasta más complejos, como un conflicto laboral. Lo importante es que ante cualquier situación estresante, uno sea capaz de manejar adecuadamente la respuesta.
El especialista en relaciones humanas afirma que en el ámbito laboral, en vez de enfadarse, angustiarse, aturdirse, desesperarse o cualquier otra emoción negativa o “tóxica”, es mejor pensar en una estrategia inteligente para resolver el problema y no crear un clima más tenso.  “Es mejor controlar las emociones, vigilarlas ante los eventos inesperados logrando concertar con el otro, en beneficio de todos”, señala.
“Somos lo que pensamos; lo que producen nuestras emociones es nuestro pensamiento. Se tiene un pensamiento y éste inmediatamente dispara una emoción,  lo que hace que uno se sienta bien o mal”, agrega Heresi.
La capacidad de manejar inteligentemente las emociones, afirma Heresi, está dormida en la mayoría de las personas y lo único que hay que hacer es despertarla y alimentarla con dos actitudes claves: aprendiendo a escuchar y manejando adecuadamente la sabiduría.

Problemas más frecuentes
La baja autoestima, el exceso de susceptibilidad y la falta de especificación de funciones son algunos de los problemas más recurrentes que afectan las relaciones laborales de los bolivianos, según advierte José Heresi, especialista en Liderazgo para la Transformación.
La baja autoestima es común no sólo entre empleados sino también en  ejecutivos de alto rango. Pero a una persona con baja autoestima –según dice- es más fácil potenciarla hacia una autoestima positiva, que a alguien que cuenta con una autoestima demasiado alta, ésta es candidata silenciosa al “suicidio”, porque está acostumbrada a tener éxito y ante un eventual fracaso, se derrumbará fácilmente.
El exceso de susceptibilidad es otro problema frecuente en el país, sin embargo, crea menos problemas donde el espíritu de la gente es más franco y menos susceptible. En cambio, en las regiones donde hay mucha susceptibilidad, las personas se preocupan demasiado de las reacciones de los demás, lo cual resta energía y baja los niveles de productividad.
Otro problema es la falta de especificación de funciones, que hace que muchas veces se usurpen competencias entre compañeros.
Para Heresi, hace falta que los empresarios inviertan en el capital humano de su empresa, no sólo con capacitación y tecnificación, sino también con la formación en el manejo de las emociones, ámbito en el que existe total “analfabetismo”.
Pensamiento emocional
 Está científicamente comprobado que el pensamiento emocional domina aproximadamente el 90 por cierto de los comportamientos humanos. El pensamiento racional, el 20 por ciento.

La inteligencia no está relacionada sólo con las habilidades cognitivas. Las emociones desempeñan un papel determinante en la manera en que una persona se desarrolla.
¿Qué hacer para tener una sana relación con su compañero de trabajo? ¿Cómo incrementar las ventas en su empresa? Todos los días, el ser humano se enfrenta a innumerables situaciones que ponen a prueba su forma de ver el mundo y su forma de interactuar con el resto de la sociedad. Y muchas veces no sabe cómo reaccionar ante los propios impulsos y sentimientos.

Mente emocional

No parece una tarea fácil el saber cómo actuar ante sucesos que aparentemente están fuera de nuestro alcance. Pero por muy complicado que parezca, no es sorprendente que algunas personas puedan superar fácilmente obstáculos y logren controlar sus emociones frente a la infinidad de complicaciones en sus vidas.
Una de las tácticas que han tomado gran fuerza en los últimos años es la llamada “inteligencia emocional”, término que alude a la capacidad que tiene el ser humano para tomar conciencia de su vida a través del conocimiento y entendimiento de sus emociones y la comprensión de las actitudes de quienes lo rodean.

Popularización del término

Este término fue popularizado por Daniel Goleman quien, en su libro Inteligencia Emocional, publicado en 1995, estima que esta capacidad se puede organizar de la siguiente forma: primero, conocer las emociones propias, manejarlas y reconocerlas. Después, ser creadores de una motivación propia. Y finalmente, aprender a gestionar las relaciones.
Goleman señala que "la inteligencia emocional permite tomar conciencia de las emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustaciones que se soportan en el trabajo. Acentúa la capacidad para trabajar en equipo y permite adoptar una actitud empática y social que brinda mayores posibilidades de desarrollo personal".
Es decir, la inteligencia emocional ayuda a saber cómo reaccionar ante los obstáculos laborales y las peleas con parejas o amigos, además de que permite tomar una posición mucho más empática, lo que permitirá mejorar las relaciones interpersonales.Si bien adquirir habilidades para incrementar la inteligencia emocional no puede hacerse siguiendo una fórmula mágica, existen algunos métodos que pueden seguirse para lograrlo.

Cómo desarrollar la inteligencia emocional

  • Conozca sus propias emociones. Muchas veces se ocultan los sentimientos para evadir tristeza, enojo o hasta la misma felicidad. La inteligencia emocional invita a tomar conciencia de uno mismo a través del reconocimiento de un sentimiento justo en el momento en que está presente. Es decir, saber qué momento o situación nos despierta determinado sentimiento, sin confundirlo u ocultarlo.
  • Maneje sus emociones. ¿Cuántas veces ha reaccionado de manera violenta ante un enojo? Esto ocurre como consecuencia de permitir que las emociones controlen sus actos. La inteligencia emocional consiste en saber canalizar las emociones correctamente.
  • Motívese a sí mismo. Todos los días debe controlar la impulsividad y esperar para obtener su recompensa; esto le permitirá alcanzar sus objetivos y estar contento con sus logros.
  • Busque la empatía. Aprenda a reconocer las necesidades y emociones de quienes lo rodean, ya que le permitirá establecer sanas relaciones sociales y crear vínculos que mejoren su entorno.
  • Maneje sus relaciones. No se trata de engañar a la gente, al contrario: aprenda a actuar de acuerdo con las emociones de los demás. Por ejemplo, si su jefe llegó de muy mal humor al trabajo, no intente pedirle un permiso para ausentarse, ya que lo más probable es que obtenga una respuesta negativa.

Beneficios inteligentes

Algunas personas pensarán que probablemente sus reacciones emocionales son algo totalmente inherente a la naturaleza humana. Sin embargo, esta afirmación no considera los beneficios que las relaciones interpersonales pueden tener si antes de actuar se escucha con atención al yo interno, además de tratar de entender los sentimientos de quienes nos rodean.
Aplicar la inteligencia emocional es una forma de identificar y conocer nuestros sentimientos y, por lo tanto, las formas de reacción; al aplicarla se puede aprender a conocerse a uno mismo de tal forma que se identifique qué es lo que puede llevar al éxito y no al fracaso.
Las emociones inteligentes pueden convertirse en el secreto para mejorar el entorno personal, laboral y afectivo de cualquier persona.



RESILIENCIA,QUE ES?




La resiliencia es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. La resiliencia se sitúa en una corriente de psicología positiva y dinámica de fomento de la salud mental y parece una realidad confirmada por el testimonio de muchísimas personas que, aún habiendo vivido una situación traumática, han conseguido encajarla y seguir desenvolviéndose y viviendo, incluso, en un nivel superior, como si el trauma vivido y asumido hubiera desarrollado en ellos recursos latentes e insospechados. Aunque durante mucho tiempo las respuestas de resiliencia han sido consideradas como inusuales e incluso patológicas por los expertos, la literatura científica actual demuestra de forma contundente que la resiliencia es una respuesta común y su aparición no indica patología, sino un ajuste saludable a la adversidad.
"A pesar de traumas graves, incluso muy graves, o de desgracias más comunes, la resiliencia parece una realidad confirmada por muchísimas trayectorias existenciales e historias de vida exitosas. De hecho, por nuestros encuentros, contactos profesionales y lecturas, todos conocemos niños, adolescentes, familias y comunidades que "encajan" shocks, pruebas y rupturas, y las superan y siguen desenvolviéndose y viviendo -a menudo a un nivel superior- como si el trauma sufrido y asumido hubiera desarrollado en ellos, a veces revelado incluso, recursos latentes y aun insospechados".
(Michel Manciaux. La resiliencia: ¿mito o realidad)
PERSONALIDAD RESISTENTE (HARDINESS)
El concepto de personalidad resistente aparece por primera vez en la literatura científica en 1972, en relación a la idea de protección frente a los estresores. Son Kobasa y Maddi los autores que desarrollan el concepto, a través del estudio de aquellas personas que ante hechos vitales negativos parecían tener unas características de personalidad que les protegían. Así, se ha establecido que las personas resistentes tienen un gran sentido del compromiso, una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos y están más abiertos a los cambios en la vida, a la vez que tienden a interpretar las experiencias estresantes y dolorosas como una parte más de la existencia, En general, se considera que es un constructo multifactorial con tres componentes principales: compromiso, control y reto.El concepto de personalidad resistente está íntimamente ligado al existencialismo.
 Renacer, como el Ave Fénix, Volver a empezar después de una pérdida. Seguir tirando a pesar de un cáncer. Recuperarse tras una adicción. La “resiliencia” es la capacidad de auto sostén.
Por qué algunas personas, niños o adultos, logran salir adelante después de haber sufrido situaciones adversas, traumatismos y amenazas graves contra su salud y su desarrollo en tanto otras quedan seriamente afectadas para el resto de su vida? Hace dos décadas esta pregunta produjo un cambio radical en la manera de encarar las repercusiones personales y sociales que sufren los seres humanos después de una crisis severa. Más que de una nueva forma de tratar el llamado estrés postraumático, se trata de una mirada distinta acerca de la manera en que los diferentes seres humanos afrontan las posibles causa de ese estrés: malas condiciones y vejaciones en la familia, reclusión en campos de prisioneros, situaciones de crisis, como las causadas por la viudez o el divorcio, las grandes pérdidas económicas o de cualquier otra índole.
En lugar de preguntarse por las causas de la patología física o espiritual que esas catástrofes generan, el nuevo punto de vista supone indagar de qué condiciones está dotada esa minoría; por qué y de qué manera logra escapar a los males propios de los llamados «grupos de riesgo”. De los núcleos más expuestos se comenzó a trabajar con chicos de la calle y, dentro de ellos, con una minoría libre de las patologías a las que la teoría y las estadísticas parecían condenados fatalmente —alcoholismo delincuencia, adicción a las drogas, etc.—. Para convenirse, en cambio, en seres predispuestos a llevar una vida de proyectos y realizaciones en personas integradas y normales. Este fenómeno, denominado “resiliencia”, hoy es objeto del creciente interés de parte de educadores, psicoterapeutas y sociólogos. Se apunta a las potencialidades del sujeto (aquello que puede hacer bien) que a un pronóstico que lo condena por sus «fallas de origen” y al que sólo se puede ayudar rescatando a lo de lo que hace mal.
LOS TRES PILARES
Todos los seres humanos somos dueños en mayor o menos grado de una capacidad de resiliencia. Todos, niños y adultos, aprendemos a reponemos de las crisis, a seguir adelante. El lenguaje, popular refleja muy bien el sentimiento de que sólo hasta cieno punto somos vulnerables y que —salvo casos extremos— la gente se recupera más tarde o más temprano: “La vida continúa” “hay que seguir tirando”, “el mundo no se acaba’hoy”, etcétera. Pero, mientras existen seres dotados en alto grado de una resiliencia natural, que a veces son vistos como invulnerables a la adversidad, existen personas que por diversas causas se entregan a situaciones de estrés cada vez más notables, que acaban en crisis depresivas o enfermedades somáticas. «Es como si les faltaran elementos en la caja de herramientas de la vida grafican muy bien las licenciadas Lea Teitelman y Diana Arazi, psicólogas y docentes especializadas en esta nueva óptica que apuntala los aspectos más positivos de la personalidad
“Existen tres pilares que sostienen la capacidad de resiliencia», explican Teitelman y Arazi:
1)La capacidad de juego. No tomarse las cosas tan a pecho que el temor impida hallar las salidas. Y en esto e sentido del humor, el “mirar las cosas como desde el revés de un larga vista permite tomar distancia de los conflictos. La creatividad, la multiplicación de los intereses personales, los juegos de la imaginación relegan esas causas de alarma a su justo lugar, relativizarlas para no deprimirse.
2)La capacidad de encarar las situaciones con un sentimiento de esperanza. Y para ello es fundamental tener al menos a alguien en quien depositar los afectos, admiración, qué sirven como guías y estimulo. Es lo que en el lenguaje común de los grupos de resiliencia se conoce como “engancharse”. Esto que viene a veces naturalmente con el modo de ser de La persona, puede ser estimulado por educadores y terapeutas. Son esenciales asimismo las llamadas redes de sostén o de contención, vínculos que enriquecen e impiden que la persona se sienta en una intemperie vital. Amigos, un maestro, una comunidad barrial, los grupos de resiliencia obran con apoyo y estímulo permanentes.
3)El auto sostén. Se puede resumir como un mensaje que la persona elabora para si misma. “Yo sé que esto me va a pasar”, se dice ante un mal trance. O sea: “Me quiero, confío en mí, me puedo sostener en la vida.
APRENDER DIVIRTIÉNDOSE
“La novedad que aporta la idea de resiliencia, corrobora la doctora Maria Cristina Chardon, que investiga actualmente en temas de ‘educación y salud, es que se dictan cursos a maestros y expertos en pedagogía para que enseñen a vivir de otra manera. Es curioso que actualmente los docentes consulten ahora cómo transmitir el sentido del honor, el gusto por el juego. »
La resiliencia es más que resistir a los embates, al temor a los riesgos, es tomar cada circunstancia adversa como un desafío que pone a prueba todas las potencialidades de un individuo. Reemplaza el temor a no poder por el aliciente de pasar airosamente cada prueba. Toma ese reto como una diversión, no como una desgracia que lleva ala consabida frase “Esto tenía que pasarme a mí”, pasando por alto que a cualquiera le puede pasar de todo El sentido de la resiliencia ayuda «abrir la puerta para ir a Jugar”. Vivir como dice Leopoldo Marechal: "Con ese estricto sonido del juego que suele hacer de la pena la rosa"
Esta idea de diversión bien entendida, se extiende a la escuelas a la hora de clase y de hacer la tarea. Enseñar y aprender con una sonrisa no ha sido tomado hasta ahora como algo compatible con el estudio tradicional, por algo llamado ‘serio”. Hay en la adquisición de conocimientos un goce que suele ser robado al aula. Lo que el cambio de actitud intenta es evitar el estrés que con frecuencia produce la escuela cuando es vivida como un riesgo y una amenaza (“,Y si me aplazan?”; “Si me llaman hoy a dar la lección?”; «Como me fue —o me irá— en la prueba escrita?”) ¡Cuántos adultos han incorporado en su personalidad ese temor al fracaso escolar que muchas veces es responsable de posteriores frustraciones! Resaltar las aptitudes del alumno sin hacer hincapié en sus carencias es tema de los estudios actuales de la doctora Chardon. Otro aspecto de la capacidad resiliente llevada al campo de la educación y la salud.
LA TERAPIA DEL CIRCO
Volviendo a los chicos de la calle, los que por su condición de tales suelen tener mayores carencias (padres que se preocupen, maestros particulares, libros, lugar y tiempo para estudiar), es muy interesante la experiencia que se lleva a cabo en Chile. Se realizan talleres de circo con una frecuencia de tres horas un día por semana. Durante estos talleres los participantes son capacitados en las siguientes técnicas: malabarismo con clavas, pelotitas y argollas; acrobacia en el piso y saltos en trampolines bajos; piruetas y juegos de clown. Todo en un ambiente de juego, música y humor. Cuando los participantes alcanzan niveles de capacitación que les permite elaborar y participar de números artísticos, éstos realizan presentaciones en su comunidad. Aparte de lograr un medio de ida, los chicos se integran fácilmente en la sociedad y al apartarse de un medio que los daña encuentran incentivos para desarrollarse en otras direcciones. Otra manera de modificar sin prédicas ni represión los hábitos negativos que los hacen sentir inferiores y excluidos. “Los chicos podemos salir de la calle y dejar de metemos en problemas, siempre que no den otros lugares por donde andar, un sitio para llegar y sobre todo alguien que nos acompañe a caminar.” (Testimonio de un chico de la calle, citado en varios trabajos sobre resiliencia.)
COMO FUNCIONA UN TALLER
En diversos sitios del país, el tema de la resiliencia da lugar a cursos y a la formación de grupos o talleres. El objeto de ellos es no sólo afrontar las dificultades, sino salir de ellas fortalecido con la capacidad poder superar escollos nuevos, reconociendo así que si bien toda crisis supone un riesgo, apareja también un oportunidad. Un taller de resiliencia, como lo afirman las licenciadas Gloria Domínguez y Lidia Osipiuk, consultadas por RUMBOS, que dirigen un taller sobre el tema incluye consignas y ejercicios. Sus metas están contenidas en el Mandala de la Resistencia, que ilustra esta nota y en recuadro sobre nuestros derechos.
El origen del término
Mientras estrés es un término tomado de la mecánica que define el esfuerzo al que está sometido un material (por ejemplo, una viga), resiliencia se usa en la física de los materiales para expresar la capacidad de recuperación de ese esfuerzo. Tal como un objeto abollado recobra su forma primitiva si tiene la suficiente elasticidad, los seres humanos dotados de una resiliencia natural o adquirida serán capaces de salir de un agotamiento causado por estrés traumático u otras causas. Los terapeutas intentan desarrollar en el paciente una mayor plasticidad interior.
Un poco de historia
En 1982 dos investigadores norteamericanos, que trabajaron en una Localidad muy pobre Hawai, siguieron la evolución de 505 individuos desde su etapa prenatal (1955) hasta su adulto, o sea durante 32 años. Buena parte de esos sujetos se crió en hogares sometidos al estrés de la miseria, la mala relación entre los padres, el alcoholismo y los abusos. A pesar de esas condiciones se observó que cerca de la tercera parte de esos niños llegaban a adultos bien estructurados moralmente y una con visión optimista acerca de su porvenir.
Se habló primero de chicos invulnerables por causas que se consideraron genéticas. El afecto recibido era siempre la clave de esas excepciones afortunadas. De allí surgió la necesidad de pasar de la idea de invulnerable a la de resiliente, aplicada al ser humano capaz de generar sus propios recursos para salir fortalecido de situaciones que no son tomadas como la fatalidad de un destino sino como un desafío que alecciona y estimula.

Para consolidar la resiliencia, tenemos derechos:
1 A ser tratados con dignidad y respeto.
2 A equivocamos y ser responsables de nuestros propios errores.
3 A tener nuestras propias opiniones y nuestros propios valores
4 A tener nuestras propias necesidades, tan importes como las de los de demás
5 A experimentar y expresar nuestro pensamiento propio, así como a ser sus únicos jueces.
6 A cambiar de opinión, idea o línea de acción.
7 A protestar cuando somos tratados con injusticias
8 A intentar cambiar lo que no nos satisface.
9 A detenernos a pensar antes de actuar.
10  A pedir lo que queremos. A hacer menos de lo que humanamente somos capaces de hacer. A ser independientes.
11 A decidir qué hacer con lo  que es nuestro, con nuestro propio cuerpo y nuestro tiempo.
12 A sentir y expresar el dolor.
13 A ignorar los consejos.
14 A rechazar peticiones sin sentirnos culpables o egoístas.
15 A estar solos aún cuan do otros deseen nuestra compañía.
16 A no justificamos ante los demás.
17 A no responsabilizarse de los problemas ajenos.
18 A no anticiparse a las necesidades y deseos de los otros ni estar pendientes de su buena voluntad.
19 A no responsabilizarse de los problemas ajenos
 20 A no anticiparse a tas necesidades y deseos de los otros ni estar pendientes de su buena voluntad.
21 A elegir no comportarnos siempre de una manera positiva o socialmente convencional

SALUD EMOCIONAL


Qué es buena salud emocional?

Las personas que emocionalmente son sanas tienen control sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Se sienten bien consigo mismas y tienen buenas relaciones interpersonales. Pueden poner los problemas en perspectiva.
Es importante recordar que personas que tienen buena salud emocional algunas veces tienen problemas emocionales o enfermedades mentales. La enfermedad mental con frecuencia tiene una causa física tal como un desequilibrio químico en el cerebro. El estrés y los problemas en la familia, trabajo o el colegio a veces pueden desencadenar una enfermedad mental o hacer que esta empeore. Sin embargo, las personas que emocionalmente están sanas han desarrollado maneras de hacerle frente al estrés y los problemas. Ellas saben cuándo necesitan buscar ayuda de parte de su médico o de un asesor psicológico.


¿Y con respecto a la rabia?

La gente a veces no sabe cuál es la causa de su rabia, cuánta rabia están llevando por dentro o cómo expresar rabia. Usted puede tener rabia en relación con ciertos eventos, consigo mismo o en relación con las acciones de las demás personas. Además, muchas cosas pequeñas pueden acumularse y hacerle pensar que la vida es injusta.
Si usted se da cuenta de que se está poniendo demasiado irritable o de que está tomando riesgos que no son saludables (tales como tomar alcohol en exceso o abusar de drogas) usted puede tener un problema para resolver la rabia. Es muy importante que usted hable con un médico o con un asesor psicológico acerca de cómo obtener ayuda.


¿Qué puedo hacer para evitar problemas?

Primero esté al tanto de sus emociones y reacciones y trate de entenderlas. Aprender a diferenciar las causas de la tristeza, frustración y rabia en su vida le puede ayudar a manejar mejor su salud emocional. El cuadro a la derecha le da algunos otros consejos útiles.




Consejos para lidiar con sus emociones





  • Aprenda a expresar sus sentimientos en formas adecuadas. Es importante que la gente que está cerca de usted sepa cuando hay algo que le está molestando a usted. Guardar sentimientos de tristeza o de rabia dentro de si consume energía adicional y puede causar problemas en sus relaciones interpersonales y en su trabajo o escuela.
  • Piense antes de actuar. Las emociones pueden ser muy fuertes. Pero antes de que usted se deje llevar por sus emociones y diga o haga algo de lo cual podría arrepentirse tómese tiempo para pensar las cosas.
  • Empéñese por lograr llevar una vida balanceada. Saque tiempo para hacer las cosas que disfruta. Concéntrese en las cosas positivas en su vida.
  • Ocúpese de su salud física. Su salud física puede afectar su salud emocional. Cuide de su cuerpo haciendo ejercicio con regularidad, comiendo alimentos saludables y durmiendo lo suficiente. No abuse de las drogas o del alcohol.



¿Cómo afecta el estrés mis emociones?

Su cuerpo responde al estrés produciendo hormonas de estrés. Estas hormonas le ayudan a su cuerpo a responder a situaciones de necesidad extrema. Pero cuando su cuerpo produce demasiadas de esas hormona durante un período de tiempo largo, las hormonas agotan su cuerpo y sus emociones. Las personas que están continuamente bajo los efectos del estrés (tensionadas) con frecuencia son emocionales, ansiosas, irritables e incluso depresivas.
Si es posible trate de cambiar la situación que está causando su estrés. Los métodos de relajación tales como la respiración profunda y la meditación, y el ejercicio, también son útiles para afrontar el estrés.


¿Los problemas emocionales se pueden tratar?

Sí. Asesoría psicológica, grupos de ayuda y medicamentos pueden ayudar a las personas que tienen problemas emocionales o que padecen una enfermedad mental. Si usted tiene un problema emocional presente hable con su médico de familia. El médico le puede ayudar a encontrar el tipo de tratamiento adecuado.



Nos dimos cuenta de que somos seres profundamente emocionales y de que si no entendemos nuestras emociones frecuentemente no tenemos poder sobre nuestras propias emociones ni sobre el mundo.

Llegamos a creer que por medio de llegar a conocer nuestras propias emociones poderosas podemos maximizar la paz y el gozo en nuestras vidas.

Tomamos la decisión de comenzar a entender como nuestra manera de pensar y nuestras acciones frecuentemente están profundamente definidas por nuestras emociones pasadas y presentes.

Llegamos a un entendimiento de que únicamente por medio de tomar un inventario emocional detallado,- un inventario de nuestra ira, miedo, angustia, disgusto y vergüenza y por medio de evaluar lo que realmente nos interesa y lo que realmente nos hace feliz – verdaderamente seremos capaces de cambiar nuestras acciones.

Que hemos expresado a otros, cuando ha sido apropiado, y a nosotros mismos la naturaleza exacta de nuestros sentimientos ganando así algún poder sobre ellos.

Llevando acabo todos los pasos mencionados arriba nosotros naturalmente nos preparamos para aceptar el mundo como es y a otros como son.
Por lo arriba mencionado llegamos a aceptarnos a nosotros mismos como somos y a entender que hemos hecho lo que hemos hecho debido a sentimientos no controlados de dolor y por lo tanto es contraproducente y dañino culparnos a nosotros mismos y a otros.

Hicimos una lista de todas las personas a quienes hemos lastimado e hicimos un inventarios de como nos sentimos a la hora que los lastimamos y hicimos enmiendas cuando era apropiado


Hemos tratado de entender porque nos sentimos de la manera que nos sentimos y así entender porque hicimos lo que hicimos. Hemos llegado a entender que sentimos antes de que pensamos. Hemos trabajado en entender que otros, igual a nosotros, tienen problemas para controlar las emociones y así, frecuentemente lo que ellos hacen

Hemos continuado pensando acerca de nuestras emociones básicas, diariamente si es posible. Hemos llegado a conocer cada emoción de nuestra propia manera personal. Hemos vigilado nuestros sentimientos de culpa y cuando hacemos cosas que lastiman  a otros vemos lo que estábamos sintiendo en ese momento, así entendiéndonos a nosotros mismos mejor, y al mismo tiempo haciendo enmiendas a aquellos a quienes hemos lastimado.

Buscar, a través de la práctica de un inventario emocional diario y una meditación de ese inventario, el control sobre nuestras acciones y sobre nuestras vidas.

Habiendo llegado a conocer nuestras vidas emocionales hemos ganado la habilidad de emplear nuestro interés y nuestra experiencia en un nuevo tipo de interacción con otros, uno de interés mutuo que nos guiará a maximizar el gozo en nuestras vidas y con otros.

Aprovecha lo que tienes

Cuánto tienes a tu alcance para hacer algo no es ni por asomo tan importante como lo que decidas hacer con ello. Muchísima gente que se volv...